Por el Doctor Fred Feldstein
Tengo una historia increíble acerca de un caballo angustiado y su dueña de 15 años. Mi hija de 8 años, Briana, y yo fuimos hoy a una excursión a caballo, durante una hora, cerca de mi casa. La guía de la excursión era una chica muy dulce de 15 años, y empezamos a hablar de curaciones energéticas, mientras cabalgábamos. Ella y su caballo estaban justo delante de mí, así que era fácil llevar una conversación. Hablamos acerca de muchos temas referentes al rendimiento, porque ella había patinado sobre hielo y ganado medallas de oro, pero tuvo que dejarlo porque se rompió un tobillo y ya no pudo patinar más.
Mientras cabalgaba me dijo que tenía un caballo llamado Dewy que tenía algo mal en la pata trasera derecha. El veterinario dijo que era una lesión del tejido blando, y le había inyectado esteroides y ácido hialurónico, pero no había servido de nada. El caballo todavía estaba cojo y no podía ejercer presión sobre su pata.
Le dieron una medicación muy fuerte durante 3 días, y el veterinario dijo que si servía de ayuda quería decir que definitivamente se trataba de una lesión del tejido blando. Pues bien, sí que ayudó, pero el caballo no podía seguir con la medicación durante más de 3 días, y sin ella, volvía a cojear. El veterinario dijo que podría tardar hasta 9 meses en curarse completamente. Me encantan este tipo de desafíos.
Le dije que iba a intentar una técnica energética que conocía cuando volviéramos a los establos. Sin embargo, yo no quería esperar tanto tiempo así que empecé a hacer tapping en sustitución para Dewy, mientras estábamos en el sendero. Agarrando las riendas con mucho cuidado con una mano, comencé a hacer tapping con la otra, como si yo fuera Dewy.
Aunque tengo este dolor en mi pata trasera derecha, y no sé por qué me duele, y no puedo ejercer presión sobre ella, aún así soy un caballo estupendo.
Aunque tengo esta cojera, y mi dueña no me puede montar a causa de ello, aún así soy un caballo estupendo.
Aunque todavía me queda algo de dolor y de cojera, yo elijo dejarlo ir ahora.
Tras un par de secuencias, al irnos aproximando al final del sendero, yo estaba muy emocionado por ir a ver a su caballo Dewy. Ella pensó que iba a hacer algo en ese momento, pero le dije que ya lo había hecho, y le pedí que sacara su caballo fuera de los establos para ver cómo caminaba. Para su sorpresa, y debo admitir que para la mía, no cojeaba. Ella exclamó: “Pero si estaba completamente cojo esta mañana, y ahora no se ve ninguna señal de cojera”.
¡El poder de EFT es increíble! ¡Gracias de nuevo, Gary, por una herramienta para ayudar a todas las criaturas de Dios!
Les deseo mucho éxito
Fred Feldstein
Traducido por Sophie da Costa