Nuestros ciudadanos mayores desarrollan muchos asuntos en sus mentes y cuerpos deteriorados. Afortunadamente, como Renee MacRandal de Irlanda nos muestra, EFT ayuda a calmarles su dolor.
Por Renee MacRandal.
«Betty» se había sumergido en sus emociones toda su vida y ahora, a sus 80 años de edad y sentada en una silla de ruedas en un asilo en donde ha estado por ya 4 años, ella continua repitiendo una y otra vez «me siento mal… quiero llorar». Esto es de una mujer la cual se enorgullecía al decir «nunca he llorado». Las preguntas en sus ojos mientras lo decía, daban la impresión que de alguna manera ella sabía de la extrañeza de lo que sentía. Esto era el fondo que hacia la situación más conmovedora y patética para ellos aquellos que la conocían.
Intente confortarla pero estaba inalcanzable. Las enfermeras dijeron que no había nada que ellas pudieran haber hecho, ya que ella ya había tomado sus medicamentos, y estaba así cada tarde en las últimas semanas. Ella no podría parar.
Era desgarrador escuchar ese llanto del corazón e, imposible soportarlo, pensé en mi arma secreta – EFT. Le hice tapping a ella, haciendo una ronda silenciosa y diciendo las palabras, ella no podía decirlo por ella misma. Ella me pregunto, que era lo que estaba haciendo. Como no había sentido en tratar de explicarle, le dije «solo te estoy tocando, ¿esta bien?» «por supuesto», murmuró.
Cuando termine la segunda ronda, ella me comunico con voz fuerte – «no estoy triste, ¿quien dijo que quería llorar?» Estuvo calmada por el resto de mi visita, y no ha repetido las suplicas desgarradoras en mis siguientes visitas.
Sinceramente, Renee MacRandal
Traducido por Jesús Alfredo Cruz Pérez Escribir a Jesús Alfredo Ir a su Sitio WEB