Una de las cosas más importantes que podemos hacer es enseñar a nuestros niños a hacer tapping constantemente a medida que crecen. Esto servirá para neutralizar todas las cosas negativas que acumulan a lo largo de los años, dando como resultado adultos mucho más libres. Dianne Peck nos motiva respecto a este punto y en el proceso, se ocupa de los cólicos. Por favor, consulte con el doctor en todas las cuestiones médicas.
Por: Dianne Peck
Hola Gary,
Me gustaría compartir la experiencia que he tenido con EFT y mis nietos gemelos. Ahora tienen once meses de edad y he sido parte del equipo de cuidados padres-abuelos, desde su nacimiento.
Empecé a utilizar EFT con ellos cuando sólo tenían unos pocos días de nacidos. No estaban enfermos ni en dificultades y todo salió bien durante su nacimiento por cesárea. Pero sé que para cada bebé, hay un cierto grado de traumatismo y mi respuesta natural fue bañarlos en el reconfortante efecto del tapping.
Su mamá y yo empezamos a hablar con ellos, asegurándoles que estaban seguros y que eran muy, muy bienvenidos, muy, muy amados, muy, muy apreciados y atesorados.
Al principio hice tapping en mí misma para ellos, con frases preparatorias tales como:
A pesar de que yo, Alistair, estoy en este lugar tan extraño, me amo profundamente y me acepto a mí mismo
Aunque ya no me siento envuelto por la frontera segura del cuerpo de mi madre…
Aunque ya no puedo sentir a mi lado el cuerpo de mi hermano…
Aunque abruptamente me sacaron de la oscuridad y el silencio del único mundo que conocía…
Aunque la digestión es una nueva experiencia para mi cuerpo… y creo que no me gusta mucho…
Pero gradualmente empecé a hacer tapping en sus diminutos rostros y algunos puntos del torso que podía alcanzar (la mayoría de las veces sus brazos cubrían su pecho). Usé la punta de mi dedo anular, que nos han dicho, tiene los músculos más débiles, porque sentí que produciría la presión más suave.
A menudo hice tapping, aun sin ninguna frase preparatoria, simplemente en silencio manteniendo la intención de su comodidad física y emocional. El propio ritmo del tapping parecía ser eficaz.
A las seis semanas les diagnosticaron cólicos. Antes del diagnóstico nos habíamos sentido tensas por la preocupación. Cuando el doctor dijo: «No sabemos por qué sucede y no hay absolutamente nada que puedan hacer al respecto. Ellos sólo tienen que superar esto por su cuenta. Probablemente empezaran a ver alguna mejoría en seis semanas», supe cual era nuestro siguiente paso.
El primer paso fue liberarnos a nosotras mismas de nuestro propio nivel de ansiedad y, a continuación, hacer tapping con los bebés.
Aunque no sé por qué tengo cólicos, me amo profundamente y me acepto a mí mismo y a mi nueva vida.
Aunque los médicos no saben cómo hacerme sentir mejor…
Aunque sólo quiero llorar todo el tiempo…
Aunque no puedo digerir mi comida fácilmente…
Aunque estoy estresado y no sé por qué…
Aunque la adaptación a mi nueva vida es difícil…
Aunque quisiera estar todavía en el cuerpo de mi madre y no tener que digerir la comida…
Aunque siento esta tristeza que no entiendo…
En cuarenta y ocho horas, el 90% de los síntomas del cólico se habían ido y han permanecido lejos.
Ahora, a los once meses, los bebés adoran que les hagamos tapping. Les hacemos tapping a diario, especialmente cuando se van dormir. Todavía me sorprende un poco observar su respuesta.
Inmediatamente se relajan, inclinan su cabeza hacia atrás, obtienen un aspecto de felicidad en el rostro, cierran los ojos y nos permiten hacerles tapping durante varios minutos cada vez.
Dicho esto, he aprendido que seleccionar el momento para hacer tapping es importante. Cuando están llorando y molestos, tocar su cara sólo aumenta su molestia. Dejan muy claro cuando se sienten receptivos para que les hagamos tapping y cuando no, he sentido que es más eficaz hacer tapping en mí misma durante estas circunstancias…
Hasta este momento, todavía estamos usando sólo los puntos de la cara para hacerles tapping.
Ha sido una experiencia maravillosa, Gary. Es una dicha que tus amigos exclamen, «¡Qué bebés tan felices!» Y tengo que confesar que algunos de mis momentos más preciados como abuela han sido cuando un papá o una mamá vienen con un bebé y dicen, «no se va a tranquilizar, ¿podrías hacerle tapping por unos momentos?» Por supuesto que sí.
Con mucho agradecimiento para EFT,
Dianne Peck
Traducido por Rosario Cortes
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