Deborah Mitnick comparte una sesión espontánea de EFT que no sólo impresionó a una acupunturista profesional, sino trajo posibilidades refrescantes a la vida de su nueva amiga. Como ella relata, “Me sentí un poco cohibida, trabajando con una acupunturista “oficial” con este trabajo energético, pero logré soltar mi cohibición y simplemente seguir haciendo lo que sabía tendría un resultado positivo… Después me dijo que 40 años de culpa e incapacidad para perdonar se había derretido… Ella dijo que nunca había sentido tan energetizada y que nunca había visto que algún paciente suyo hubiera tenido el tipo de resultado que logró conmigo.”
Por Deborah Mitnick, LCSW
Fue un descubrimiento casual. Estaba haciendo una caminata amigable con una mujer, hace unos días. Nos conocemos hace algunos años. Se suponía que era simplemente una caminata “para conocernos”.
Pero ustedes saben que estas cosas pasan. Ella comenzó a contarme algo sobre su vida, yo le pregunté si quería probar “este asunto del tapping” y probablemente ustedes pueden predecir el final de esta historia.
Después, ella me dijo que habían desaparecido 40 años de culpa e incapacidad para perdonar. Ella es una acupunturista jubilada. Dijo que nunca se había sentido tan energizada y que nunca había logrado que uno de sus pacientes obtuviera el tipo de resultado que ella había alcanzado gracias a mí.
Se los voy a contar. Todos los detalles han sido alterados para preservar la confidencialidad.
«Elena» es una acupunturista jubilada de 75 años que ha estado sufriendo sentimientos de culpa por más de 40 años. Al parecer, la culpa comenzó con un comentario que ella le hizo a su esposo que ella siempre había considerado que dañaba la relación. Desde entonces, ella mantuvo una distancia con él. A su vez, su esposo dice que no se ha sentido amado desde que ocurrió el primer incidente. En realidad, nunca discutieron sobre este incidente, pero ESO quedó entre ellos desde aquel día.
Este asunto ha teñido cada parte de la vida de Elena y ha resultado costoso tanto para su vida de pareja como para su carrera profesional. A pesar de que ella era una excelente acupunturista, se da cuenta de que ella «nunca dio un 100%» de sí misma a su trabajo o a sus pacientes a causa de su necesidad de mantener la distancia que ella reproducía constantemente en su matrimonio.
A pesar de que escuchaba con atención a sus pacientes, tenía conciencia de que había en su cabeza un constante “resquemor de culpa” que le impedía tener completa eficiencia en su trabajo. La culpa es costosa, muy costosa y se paga tanto en lo personal como en lo laboral. Ella dijo que a pesar de que sus pacientes recibían beneficios considerables con el trabajo que hacían con ella, ella igual se daba cuenta de que podía haber sido más eficiente si no hubiera vivido todo el tiempo bajo esa nube de culpa. Antes de nuestra “sesión de caminata” juntas, ella nunca se había podido perdonar por su “proceder erróneo”.
Cuando comenzamos, su nivel de malestar estaba en 10. Hicimos tapping sobre “esta traición a mi marido”, “esta culpa sobre el pasado”, y “no merezco superar esta emoción culpable”. Todas estas vueltas hicieron que su nivel de malestar se redujera a 0.
Durante nuestra caminata, ella informó que la culpa simplemente se había desvanecido y que nunca se había sentido tan energizada con ningún otro procedimiento. La temperatura de su cuerpo aumentó y ella “podía sentir cómo la energía (positiva) la recorría. Siguió exclamando: “¡Ay, no puedo creer que esto haya desaparecido!”.
Yo me sentí levemente inhibida, trabajando con una acupunturista «oficial» en esta tarea energética, pero me las arreglé para dejar de lado mis inhibiciones y simplemente continué haciendo lo que yo sabía que iba a tener un resultado positivo. Yo también era consciente de donde estábamos, caminando por la calle y de que yo estaba haciendo tapping por todos lados en esta linda señora. Los autos pasaban. La gente caminaba. De todas maneras, yo seguí enfocada en mi trabajo (al menos, bastante enfocada, considerando las distracciones que generan la gente y los autos), hasta que decidí que tenía que hacer tapping en sus tobillos. Así que, allí estaba yo, en medio de una calle bastante agitada, con esta señora mayor de pie por encima de mí y yo encaramada, haciendo tapping locamente en sus tobillos. Por un momento, permito que mi “observador” dé una mirada y ¡me doy cuenta del tipo de escena que hacíamos las dos! Bueno, ¡esa es la vida de un terapeuta energético dedicado! Caminaríamos, después haríamos tapping y después caminaríamos un poco más. (¡Debo admitir que ésta no fue mi caminata más aeróbica!).
En algún momento utilicé el procedimiento de Piso a Techo (¿Calle a Cielo?) y el de los 9 Pasos. También le hice hacer tapping para el “Perdón” y ahí fue donde ella experimentó el cambio cognitivo que dio como resultado el éxito de la sesión. Ella dijo: “Esto sucedió hace mucho tiempo. En esa época, yo sólo estaba haciendo lo mejor que podía. Ya es tiempo de que me perdone y rectifique mi conducta con mi esposo. Nuestra vida juntos es hermosa. Ya es tiempo de que yo reconozca eso y comience a disfrutarla. Gracias por su ayuda. La acupuntura y la terapia tradicional nunca produjeron este tipo de resultado en mí. Me siento energizada y viva en una forma que no experimenté durante muchos años. Ahora estoy totalmente viva.”
Elena me llamó el día siguiente de nuestra caminata para hacerme saber que ella continuaba teniendo un alto nivel de energía y que “Ahora ella estaba funcionando al 100%». Su esposo notó el cambio inmediatamente y Elena dijo que su relación había sanado. Ella comenzó a escribir el informe profesional que había querido escribir para un diario de acupuntura, pero que no había podido hacer por falta de enfoque.
Cuando yo era una terapeuta tradicional (antes de EFT y de otras nuevas terapias poderosas), este tipo de resultado probablemente hubiera tomado unos seis años, si llegaba a lograrlo.
Por el contrario, esta sesión llevó 23 minutos y la culpa costosa y persistente ya no se encuentra en ningún lado.
Estoy contenta de haber estado con Elena, aunque fuera por un breve período de tiempo. Estuve allí para ser testigo de su “nacimiento” espiritual. Me sentí en paz por ella.
Deborah Mitnick, LCSW
Traducido por Dalila Milicúa
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