Hola a Todos,
Varias vueltas en los grandes juegos de una feria de diversiones hicieron que Bobby tuviera ganas de vomitar. Lean cómo Eloisa Ramos le brindó alivio a través de EFT y presten especial atención a su perseverancia. Ésta no fue una maravilla de un minuto. Por favor, consulten con los doctores para todos los problemas médicos.
Por Eloisa Ramos
Llevé a mi hija de 11 años y a otros tres primos, un varón y dos nenas (edades 10-12), a la Feria del Condado. Las nenas ya habían ido antes, pero era la primera vez para Bobby. Se dirigieron directamente hacia la montaña rusa. Todo estuvo bien durante cuatro vueltas. Mientras los esperaba para que se bajaran de la quinta vuelta, vi la cara de Bobby cuando estaba bajando por la rampa y supe que no se estaba sintiendo bien. Le pregunté cómo estaba. Mientras tocaba su estómago, me dijo, “- No bien.” Le sugerí que se sentara sobre el pasto conmigo y que descansara por un rato. Las tres niñas se fueron saltando y corriendo hacia otro juego.
Le di agua a Bobby y me quedé cerca de él para hacerle EFT por sustitución. Usé testeo muscular sobre mí para ver cuáles meridianos estaban bloqueados y qué los estaba bloqueando: surgió miedo, entonces hice tapping sobre mí para eso. Noté que comenzó a bostezar cuando hice esto. Después él simplemente se recostó en el pasto, se veía realmente adormilado, y sus piernas estaban algo encogidas hacia su panza
Él descansó por unos buenos 20 minutos. Sin embargo, cuando las nenas volvieron con hambre, Bobby parecía no poder pararse ni moverse mucho. Mandé a las chicas a que se compraran un tentempié y le pregunté a Bobby si quería que llamara a su mamá para que lo viniera a buscar y dijo “sí”.
Yo no me podía comunicar con la mamá de Bobby. Recién eran las 2:30pm, y habíamos planeado que lo viniera a buscar a las 5:00pm. No podía dejar a las chicas completamente solas (es una feria grande) y tampoco podía esperar que ellas se quedaran sentadas conmigo y Bobby hasta las 5:00pm.
Le dije a Bobby que seguía sin tener suerte para comunicarme con su mamá. Él se sentó y dijo, “-Bueno, si aquí hay frutillas, eso me ayuda cuando tengo náuseas.” Le pregunté, “-Entonces, ¿te parece que estás descompuesto?” Él contestó, “-Sí, yo como frutillas cuando tengo fiebre.”
En este lugar no había frutillas frescas. Yo había estado esperando que su malestar en el estómago fuera temporario, pero ahora sabía que él creía que estaba enfermo y que lo mejor sería que su mamá lo viniera a buscar.
Debido a que la mamá de Bobby no estaba devolviendo mis llamadas, le dije a Bobby, “-Todavía no puedo comunicarme con tu mamá, ¿te gustaría probar hacer algo de tapping con EFT y ver si te ayuda?” Él ya conocía el tapping de EFT porque su madre y yo lo hacemos a menudo. Estuvo de acuerdo.
Le pregunté en dónde le dolía y movió su mano alrededor del área del estómago. Le pregunté cuánto le dolía, siendo 10 el peor dolor que pudiera tener. Él dijo 8. Entonces, con la música sonando fuerte, el ruido de los juegos y la gente caminando cerca de nosotros, empezamos a hacer tapping.
Aunque mi estómago me duele y tengo ganas de vomitar, soy un chico genial. Repetimos esto dos veces más.
Hicimos tapping en los puntos de la ronda corta, “Mi estómago me duele, no me siento bien, creo que tengo ganas de vomitar, mi estómago está mal”.
Después de esa ronda, le pregunté, “¿Cómo se está sintiendo tu panza ahora?” Dijo que estaba mejor, ahora era un 6.
Volvimos a hacer tapping, Aunque mi estómago todavía me duele, soy un chico genial.
Fuimos interrumpidos debido a que las chicas volvieron y les dije que esperaran por lo menos 10 minutos más. Allá se fueron a otro juego. Noté que el rostro de Bobby bajaba un poco cuando las nenas se fueron. Continuamos haciendo tapping.
Aunque me estoy perdiendo toda la diversión, soy un chico genial.
Supe que esto le había llegado porque sus ojos se llenaron de lágrimas cuando lo repetía. Hicimos tapping con la ronda corta: “Mi estómago todavía me duele, me estoy perdiendo de toda la diversión, no me estoy divirtiendo.”
Le pregunté cómo estaba su estómago ahora, y con la voz más animada dijo: “-Está bien. Sólo se siente mal de a ratos.” Entonces hicimos tapping nuevamente:
Aunque mi estómago se siente mal de a ratos, soy un chico genial.
Hicimos esto tres veces e hicimos tapping en los puntos de la ronda corta con la frase recordatoria, “mi estómago se siente mal de a ratos”.
Ahora le pregunté, “-¿Cómo está tu estómago? ¿Se fue el dolor o hay algo más que no se siente bien?”. Dijo que el estómago estaba bien, pero que sentía como si alguien le estuviera presionando el pecho. Le pregunté cuán fuertemente lo estaban presionando. Puso la palma de su mano en su pecho y me mostró. Entonces hicimos tapping:
Noté que su respiración estaba constreñida cuando hablaba. Entonces continuamos.
Aunque se siente como si alguien me estuviera presionando el pecho y eso está haciendo que me cueste respirar, soy un chico genial.
Asintió con la cabeza mientras dijo, “-Eso está haciendo que me cueste respirar”. Hicimos tapping en los puntos de la ronda corta, “Alguien me está presionando el pecho, me resulta difícil respirar.”
La dificultad que estaba teniendo para respirar era muy notoria mientras hacíamos tapping. Esto me recordó al asma. Su papá tiene asma. Terminamos la ronda y dijo que se sentía un poco mejor, repetimos otra ronda.
Aunque todavía es difícil respirar… con la frase recordatoria, “Todavía se siente como si alguien me estuviera presionando el pecho”. Nuevamente se sintió mejor. Estábamos terminando la tercera ronda con, Aunque todavía es un poco difícil respirar… cuando las saludables y activas nenas volvieron a aparecer. Les dije que se sentaran, que necesitábamos otros 5 minutos.
Volví a chequear con Bobby y le pregunté cómo estaba. Él respondió, “-Lo único que quiero es ir a mi casa”. Le dije, “-Hagamos sólo una ronda más”. Él estuvo de acuerdo.
Aunque sólo quiero ir a mi casa, soy un chico genial. Lo repetimos tres veces y comenzamos a hacer tapping sobre los puntos de la ronda corta. Fui interrumpida nuevamente por el teléfono. Tuve que contestar porque esperaba que fuera la mamá de Bobby. Dejé de prestarle atención a Bobby y levanté la llamada.
Era mi hermano quien llamaba para llevar a los chicos a comer. Le expliqué mi situación con Bobby y le pregunté si le importaría llevarlo a su casa. Como dijo que no tenía problema en hacerlo, volví a dirigirme a Bobby para chequear nuevamente con él. Fue como si el reloj hubiera retrocedido una hora. Bobby estaba recostado tranquilamente en el pasto sobre su panza, con las piernas flexionadas hacia arriba, jugando con el Game boy de mi hija. Le dije, “-Bobby, mi hermano te puede llevar a tu casa si quieres, de lo contrario pasarán dos horas hasta que tu mamá pueda venir”. Sin quitar sus ojos del Game boy, él dijo, “-Está bien, puedo esperar a mi mamá”. “-¿Estás seguro?”, le pregunté y él dijo “Sí.”
Él se veía y sonaba completamente normal para mí, entonces simplemente arreglé con mi hermano para llevar a los chicos a comer. Nos levantamos y nos fuimos de la feria caminando. Bobby estaba bien. ¡Ordenó y se comió un perro caliente grande y una limonada!
Volvimos a la feria. Después de 45 minutos las chicas querían volver a los grandes juegos. Todos se subieron a la Estrella Caída. Se sentaron todos juntos sobre una plataforma que sube hasta la cima y luego cae abruptamente, una y otra vez. Me aseguré de poder ver el rostro de Bobby desde el suelo.
Me preguntaba cómo le estaría yendo. ¡Tenía una enorme sonrisa todo el tiempo! Supe que estaba completamente bien. Bobby se quedó hasta las 7pm. Volvió a su casa feliz y con la experiencia positiva de haber ido al parque de diversiones gracias a EFT.
Eloisa
Traducido por Patricia Carvia
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