Christina Elvin de Inglaterra nos ofrece dos ejemplos de la utilización de la Técnica Cuente su Historia para emociones intensas. En esencia, esta técnica requiere que el cliente cuente su historia mientras hace tapping. Los beneficios son, a menudo, excelentes. En cada uno de estos casos, los resultados de una sesión comprehensiva, parecen no sólo colapsar la rabia envuelta, sino también ayuda a rebajar la adicción al alcohol.
Por Christina Elvin
Parte de mi trabajo de los últimos 5 años conlleva el educar personas que tienen problemas relacionados con alcohol o drogas, en centros para los desposeídos. Les ofrezco técnicas, consejos, y formas de comprender, ver de manera diferente, eliminar y manejar su rabia-que es a menudo la razón primaria por la que usan alcohol y drogas. Sintieron que no podían adaptarse y usan estas sustancias para enmascarar sus problemas. Utilizo, cuando puedo, EFT, y es por eso que me llaman la “Tutora Tapping”.
Quisiera contarles sobre dos hombres a quienes ayudé utilizando EFT.
John A
El primero, John A, tenía un problema con el alcohol desde que salió del ejército. El ejército había sido su vida y estuvo en algunos sitios muy peligrosos, habiendo cumplido dos turnos en el Norte de Irlanda en su peor época, la Guerra del Golfo y Bosnia – esto me mostraba que no tenia miedo, de hecho era muy valeroso y se le había reconocido como tal, (medallas). Sin embargo, al ser descargado lo habían dejado ‘en el aire, sin su familia’ (sus palabras). Como muchos ex – militares, buscó alivio en el alcohol para adaptarse a su “nueva vida”.
Al poco tiempo de haber dejado el ejército, su novia falleció y se encontraba tan devastado que a través del alcohol empezó a hacerse daño personal. Se mutiló cortándose parte de un dedo. Tenía una reputación de ser un “cuenta-historias” y sus historias sobre sus hazañas no eran muy creídas por su “público”. Yo le escuché y le creí pudiendo detectar TEPT cuando hablaba de “ciertas cosas”. Así que aproveché la ocasión un día cuando la temperatura estaba agradable, y que no había nadie en la sección de manejo de rabias para ayudarlo a “abrirse”, para hacerlo que me cuente “su historia”.
En lo que hablábamos un poco mas de su vida, sus ojos empezaron a ponérsele llorosos, así que le pedí que simplemente hiciera tapping alrededor de sus cejas y de continuar haciendo tapping en los otros puntos mientras “contaba su historia”. Dijo sentirse ridículo haciendo el tapping pero le hacia sentirse con ganas de reír. Muchas fueron las veces que hicimos tapping en una situación de grupo- sobretodo al sobrevenir las tensiones- y provocaron risas y chistes resultantes del tapping. Levantaba la tensión.
Surgieron mas lagrimas, pero como éramos los únicos en el área, estaba bien, se sentía “seguro” conmigo. Me dijo que yo le “oía y le entendía”. Me contó mas sobre su carrera en el ejercito y como se había sentido al salir. Me habló hasta de su madre y cómo se sentía al no haber asistido a su funeral porque estaba borracho. Las lágrimas iban y venían y de pronto, con una gran sonrisa en su cara, me agradeció por “permitirle sacarlo todo”. Todo el tiempo, mientras contaba su historia, le estuve dirigiendo a moverse al siguiente punto de tapping y yo lo hacia conjuntamente con él para que no se sintiese incómodo.
La sesión terminó, y como dije, estaba sonriendo y no era el efecto del alcohol pues cuando asisten al centro tienen que estar “secos”. Cualquier olor a alcohol y los “sacan afuera”. Estuvimos haciendo tapping por alrededor de una hora. Parecieron tan solo unos minutos.
John A. no volvió al centro después de esa sesión, el había asistido regularmente cada semana por casi dos años y cuando pregunté por él, se había mudado a un pueblo a unas 40 millas de distancia a “empezar nuevamente”. Seis meses después, no teníamos noticias de él. ¡Genial!
JOHN B.
El segundo, John B., me fue referido por su problema de furia, y bebía también. No sabía lo que tenia que hacer excepto llegar a cierta hora. Le pregunté la razón por la que creía que lo habían enviado a mí, a la sección de manejo de ira. El había causado “daño a la propiedad” pero no lo recordaba.
Su historia se revolvía alrededor de haber amenazado a su ex esposa y su marido, y haber irrumpido en la casa (que también era su antigua casa). Así que le hice unas preguntas “incomodas” (sus palabras). Sin embargo en lo que me respondía, las lágrimas empezaron a fluir- a cántaros. Y pude lograr que este alto (1.90m) ex policía me cuente su historia utilizando la Técnica de Cuente su Historia- pidiéndole que haga tapping continuamente ya que su historia era muy intensa.
Debido a que era un policía respetado y muy querido, lo habían llamado a atender un accidente de tráfico donde había ocurrido una fatalidad- una niña pequeña quien había estado siendo llevada al jardín de infancia. ¡Era su hija! ¡El hombre se desmoronó! – No podía mantener la mente en su trabajo, y acudió al alcohol para bloquear lo ocurrido y poder internalizar la ira que sentía. El matrimonio sufrió y su esposa se divorció de él. Eventualmente ella se volvió a casar y él se enteró. Toda su ira reprimida la ahogaba y la tragaba pasándola con alcohol.
Trabajamos cuarenta y cinco minutos de corrido con los pañuelos todos empapados. Lloraba como un niño- lo cual era un alivio para él. Al final de la sesión me pidió no contarle a nadie lo que había llorado. Pero, saliendo de la sesión, nadie hubiese pensado que estuvo llorando porque en su cara se reflejaba una enorme sonrisa y me dijo sentirse “mucho mejor” ahora que todo estaba al descubierto. John B., quien no era un asiduo en este centro en particular dejo de venir pero se mencionaba que él también se había “mudado” para “empezar nuevamente” (se le conocía afuera del centro).
Es realmente maravilloso poder ver la transformación que sobreviene a algunas personas cuando pueden “soltar” y utilizar una “técnica simple” (sus palabras) como EFT.
En los últimos cinco años, he utilizado EFT en mí misma, con mis clientes y en mi trabajo, al igual que he entrenado a muchos a utilizarla en ellos mismos- y todavía me sorprenden los maravillosos éxitos que pueden obtenerse de esta técnica tan sencilla.
Christina Elvin
Traducido por Leopoldo Proaño, EFT-ADV – Escribir a Leo
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