Saludos a todos/as,
Los atracones de comida tienen muchas raíces emocionales, muchas de las cuales están fuera de la conciencia del cliente. Escuchad cómo Carol Solomon, PhD ayuda a su cliente a descubrir, y resolver, varios asuntos como estos.
Por Carol Solomon, Ph.D MCC
Mi cliente, Carla, estaba desesperada por parar sus atracones de comida para, así, poder adelgazar. A pesar de querer perder peso, Carla veía a la gente delgada como vulnerable, expuesta y débil. En el fondo temía que “el viento se la llevaría” si adelgazaba. Pensaba que sus creencias sobre la gente delgada eran superficiales, pero resultó ser mucho más profundo que eso — varios asuntos emocionales subieron a la superficie.
Aunque pienso que la gente delgada es débil, y no quiero ser así, me amo y acepto completamente.
Aunque tengo miedo de salir volando si no como lo suficiente…
Aunque pienso que la gente delgada está expuesta y es vulnerable…
Aunque no sé lo que significa esto, o cómo llegué a creerlo… lo siento amenazante… como si no pudiera ni existir si no como lo suficiente.
Frases recordatorias:
La gente delgada es débil
La gente delgada es vulnerable
La gente delgada está expuesta
No pueden protegerse a sí mismos
No quiero ser como ellos
Podría salir volando por el aire
No me siento segura al perder de peso
No sé lo que esto quiere decir, pero lo siento como momentos atemorizantes en mi pasado… como si mi propia existencia se hubiera visto amenazada.
A lo largo de esta secuencia, Carla hizo algunos enlaces importantes. De niña, los padres de Carla la hacían comer 3 comidas diarias, “para que no se pusiera demasiado delgada”, pero le impedían comer porquerías.
Carla se sentía frecuentemente privada, de modo que se daba atracones en secreto y, además, se comía sus comidas regulares para que sus padres no se dieran cuenta. Cualquier cosa que le privaran de comer… eso era lo que quería. De adulto, Carla no podía limitarse a 3 comidas regulares sin sentirse privada.
De niña, Carla había sido abusada. “Esperó” terminar su niñez con la promesa de que podría tener y hacer lo que quisiera. De adulto, se rehusaba a restringir su selección de comidas y odiaba que le dijeran qué hacer. (Tenía una niña de 5 años por dentro, dando patadas y rehusándose a transigir).
Aunque he estado esperando toda mi vida para llegar a adulta para poder tener y hacer lo que se me antoje…
Aunque ODIO que me digan qué hacer… ninguna dieta me va a decir qué hacer…
Aunque no me gusta esperar… quiero tenerlo en el momento… y tengo miedo de que no sea suficiente…
Aunque me rehúso a sentirme “privada” aunque me está costando…
Frases recordatorias:
No me gusta esperar
Tengo que tenerlo ahora
Puede que no aguante todo el día
No va a ser suficiente
Me rehúso a privarme
VOY A TENER lo que quiero
Nadie me va a decir qué hacer
No me puedes obligar (la voz de la niña de 5 años por dentro)
En este punto, Carla comenzó a describir su abuso de niña, donde aguantó numerosas veces ser golpeada/ o ser testigo de los golpes recibidos por su hermano en manos de su padre. Como muchas víctimas de traumas, Carla se desligaba mentalmente durante el abuso. “Yo podía desconectar mi cabeza de los hombros. Podía dejar mi cuerpo y quedarme quietecita.
Carla sabía que “quedarse bien quietecita” era la clave para su sobrevivencia. A pesar de lo mucho que el abuso dolía, correr o rebelarse lo hubiera hecho peor. El modo de sobrevivencia de Carla radicaba en imaginarse que todo su peso se iba a los pies. El “peso en los pies” impedía que saliera corriendo y, de ese modo, minimizaba el abuso. Hasta se imaginaba usando botas de plomo que la anclaban.
Carla también creía que si mantenía una capa de relleno (peso adicional) en su cuerpo, el abuso dolería menos. Si el relleno no estaba ahí, no tendría protección. De adulto, aún pensaba que el “relleno” la mantenía segura. No se sentía segura al perder de peso.
Aunque tenía mis botas de plomo para mi propia protección, y me obligué a quedarme quieta “y aceptarlo”, escojo saber que ahora estoy libre y que SÍ es seguro perder peso.
Aunque me atemoriza perder peso, y estar sin relleno, de todos modos me amo y acepto.
Aunque tengo miedo de ser como esas personas delgadas, escojo saber que puedo perder peso y aún estar segura.
Frases recordatorias:
Tenía puestas mis botas de plomo
Para no salir volando
Solo era una niña
Pero tenía la inteligencia de saber qué hacer
De no hacerlo peor
Quería correr
Estaba aterrorizada
Pero sabía que solo lo haría peor
De modo que me obligaba a “aceptarlo”
Era tan fuerte
Sabía lo que tenía que hacer y lo hacía
Pero era una situación horrible
Mi pesadez me mantenía fuerte
Pero ya no necesito eso
Estoy segura
Soy fuerte
No necesito esperar más, y no necesito ponerme “peso”
Yo escojo soltar esta pesadez y este relleno
Ya no lo necesito
Puedo estar segura sin él
Estoy segura
He soportado tanto de niña, y me honro por lo duro que ha sido
Eso era entonces… ahora es ahora
Me puedo quitar las botas de plomo
Puedo ser fuerte Y delgada
No tiene nada que ver con comida
Carla se sentía increíblemente aliviada de hacer estas conexiones. Sus atracones disminuyeron mucho, y ahora puede comer 3 comidas diarias saludables sin rebelarse.
Trabajé con Carla 12 sesiones. Estaba asombrada de su progreso usando EFT comparado con terapia tradicional. Su pregunta al final de esta sesión era “¿Cómo he podido lograr más en 12 sesiones de lo que logré gastando miles de dólares y cientos de horas de terapia tradicional?” ¡Eso es EFT!
Con amor,
Carol Solomon, Ph.D. MCC
Traducido por Gladys Muñoz Escribir a Gladys