Fco. Javier nos relata cómo su miedo al Osito Tappy escondía un miedo a perder peso. Haciendo tapping con el osito, le ayudó a superar ese miedo y ahora lo utiliza para finalizar sesiones con sus clientes. Escribir a Fco. Javier y visita el sitio web de Fco. Javer
Parece que un tema particular entre todos nosotros los que trabajamos dando terapias es el del auto sabotaje, o en otras palabras: somos candil de la calle y oscuridad de nuestra propia casa. De todo corazón ayudamos a otros, pero a la hora de trabajar en nosotros mismos, es donde viene el problema.
Ahora veo que como dijo ET: “no estamos solos!” Antes yo creía que eso nada más me sucedía a mi y veo que no. Porque tal parece que es común esto entre terapeutas, les voy a comentar algo que me sucedió:
Cuando fui al segundo encuentro de EFT en México, uno de los compañeros conferencistas fue Till Schilling, que llego con sus Osos, Tappy Bear. Yo ya conocía los osos de antes por Internet y también porque en el primer encuentro los llevó Deborah Miller. En el primer encuentro por varios contratiempos no pude asistir a las conferencias de Deborah; había tormenta y el avión se desvió, luego mis maletas se emborucaron. En fin, fue buscar maletas y perder conferencias. Así que no presté atención a los osos.
Cuando los vi con Till, me llené de miedo. De ese miedo que te recorre la columna de una forma sabrosa; sientes el escalofrío como te recorre la espalda. En fin, adquirí dos osos y los llevé al cuarto donde estaba hospedado. Luego por la noche cuando llegué estuvimos platicando ya hasta tarde Till, Bob Worthington y yo en el jardín, luego me gano el sueño y me fui a dormir. Cuando entré a la pieza, volteo y estaba la bolsa azul donde se guarda el oso Tappy. Tenía abierto el cordón que cierra de tal forma que estaba abierto con una circunferencia como de cuatro pulgadas. Por ese círculo se miraba la parte de la coronilla del oso y como si fuera un ojo, el punto de tapping que tiene el oso en la coronilla, de tal forma que al verlo se miraba y lo sentí como la mirada de alguien, ¡como si fuera un hámster gigante que se asomaba con un solo ojo por la bolsa!… ¡que me asustó! y recuerdo que pensé: «Desgraciado, me estabas cuidando a que entrara para asustarme!»
Regresé a Mexicali y por una semana ni vi a los osos. Ni me quería arrimar a donde estaban. Al siguiente domingo como a eso de las tres de la tarde, tomé un oso y empecé a hacer una terapia sin tener algo definido, simplemente hice tapping en él; como a la tercera ronda diciendo: «aunque le tengo miedo a este oso» y luego: “este miedo que tengo a lo desconocido.”
De pronto sentí unas nauseas de campeonato y empecé a vomitar, pura agua, porque no traía nada en el estomago. Duré vomitando buen rato, hasta parecía que tenia contrato: ojos llorosos, mocos por mayoreo, la cara tan roja que parecía «cara de tomate» y así de modo incontrolable. Quedé agotado y me di cuenta que tenia un miedo muy, muy profundo y grande a … bajar de peso!
Qué forma de auto sabotaje. Por un lado por salud debo bajar de peso y por otro lado, tengo un gran miedo a bajar de peso. Esto del oso fue el domingo; todo el domingo estuve como atarantado (¿más?). El lunes amanecí con el cuerpo como si King Kong se hubiera sentado arriba de mi. El martes traje una fiebre que como la bolita de la canción: se me sube y se me baja. A eso de las 6:45 de la tarde de pronto se me quitó todo; desapareció todo síntoma, como si jamás hubiera estado con fiebre.
Eso me pasó y se los narro aquí porque como seres humanos somos muy complicados, pero debemos seguir en la lucha. Claro que es muy cómodo no hacer nada y solo flotar, pero nosotros los efeteros pertenecemos a una clase especial. Una vez que conocemos y sentimos el placer liberador de EFT ya no lo queremos soltar.
Hoy en la mañana asistí a misa de 7am con dos de mis hijos y a la salida comentamos el sermón del padre Miguel. Como venía al caso les platiqué la siguiente parábola: la de las ranas y el escorpión (creo que es de Antony de Melo). Estaban dos ranas en un arroyo y estaba en una orilla un escorpión que quería cruzar, una rana de dice a la otra rana: «Le voy a ayudar al hermano escorpión a cruzar a la otra orilla.» La otra ranita le contesta: «No lo hagas, te va a picar y te vas a morir.» La primera rana le dice: «No creo que lo haga, pues le voy a ayudar y no creo que sea así, tan malo.» Bien. la rana va con el escorpión y le dice «Hermano escorpión, yo te ayudo a ir a la otra orilla, pero promete no picarme.» El escorpión le dice: «Está bien hermana rana, no te picaré.»
Se sube el escorpión sobre la rana y ahí va sobre su espalda y al llegar a la otra orilla, ¡Rájale! ¡que le da tremendo picotón!
¡Dicen que le inyectó como una onza de veneno! (¡que para una rana es como si a uno le inyectaran una dosis para caballos!) Ahí esta la pobre rana moribunda y le dice: «Hermano escorpión, tu me prometiste que no me ibas a picar,» y el escorpión le responde: «Perdóname hermana, es mi naturaleza.»
Este es el privilegio que descubrimos con EFT: podemos cambiar nuestra naturaleza, o lo que creíamos que era nuestra naturaleza. Se acabó aquello de «así soy y que, nunca voy a cambiar.» Ahora con EFT solo NO cambia el que NO quiere cambiar, pero el que no quiera cambiar, ¡que disfrute su inconsciencia! Un imán siempre va a trabajar su magnetismo con lo que es de Hierro, pero su «naturaleza» le impide que se pegue al aluminio o al bronce.
Con EFT nosotros podemos modificar nuestra naturaleza y gracias a Dios tenemos tantos instrumentos (y lo que falta por descubrir) como el Oso de Till, Tappy, que ahora lo uso para mis terapias también con adultos, cuando de cierto tema creo yo y cree el consultante que ya no hay mas que escarbar, me saco de la manga mi arma secreta y les digo: «Bien, como ya acabamos, te traje este postre: solo haz tapping en este osito y ya cerramos. Yo voy a ser tu guía, esta bien?»
Todos ven al oso con simpatía pero ni saben que somos cómplices en la liberación y empezamos: «Aunque ya no tengo nada que liberar de (este tema) y me siento libre porque ya saqué todo… oye, oye, ya recuerdo que me faltó esta cosa o aquel coraje, esta culpa, NO, ¡creo que hay mas!» y ahí vamos de nuevo con mas rondas. Por esto les recomiendo que usen a este oso, ¡es fabul-OSO!
Pueden contactar a Till Schilling en http://www.tappybear.com/index.htm Aunque tiene un nombre de origen alemán este tipazo (con cariño) habla el español perfecto, pues es nacido en Bolivia, así que pueden contactarle y les contestará de inmediato. Por favor no echen en saco roto este fabuloso instrumento de sanación como lo es este fabul-OSO TappyBear. Búsquenlo en internet y vean los ojotes que tiene el oso, luego me cuentan como les fue.
Les envío un abrazo desde Mexicali Baja California, en el Noroeste de México; la única ciudad del mundo que tiene el sol a 3 manzanas de distancia (esta hoy a 46 grados a la sombra).
Fco. Javier Gómez Solorio
EFT Terapias personales, cursos.
Javier es un experimentado practicante de EFT que siente un profundo amor y respeto hacia todos aquellos que se cruzan en su camino en busca de ayuda. A lo largo de sus años ayudando a la gente, ha desarrollado una técnica personal que llega muy profunda y rápidamente al tema raíz. Siempre que una persona le elije para lograr su salud, se pone en manos del Creador y sigue Su voluntad, logrando que sus semejantes encuentren el alivio que buscan.