Haciendo tapping a distancia por su hijo, una madre logra identificar qué le ha causado sufrir una crisis de asma y logra aliviarlo.
Estimado David:
Quiero compartir contigo el siguiente caso, que espero pueda servir a los demás.
Mi hijo es asmático desde muy pequeño. Sus crisis han ido desapareciendo con el tiempo y actualmente, a sus 20 años, ya casi no las tiene.
Sin embargo, este Domingo por la mañana, muy temprano, siento a mi hijo correr hacia el baño en busca de su Ventolín. (Medicamento que toma para las crisis de asma).
Ante mi asombro, comencé con las preguntas de rutina, como madre psicóloga que soy: «Estás preocupado por algo?», «Ha pasado algo importante en estos días que me quieras contar?», «Estás nervioso por los exámenes?» (El chico está en plena época de exámenes en la Universidad).
Y en todos los casos su respuesta fue: «No mamá, que no!!!»
Así que me quedé muy tranquila con sus respuestas, digamos que más bien, me quedé muy angustiada, pero me tenía que ir.
Ya en el coche, de camino a Barcelona, empecé a hacer tapping en sustitución de mi hijo.
«Voy a hacer EFT, en nombre de mi hijo.»
«Aunque tenga esta crisis de asma, me quiero y acepto profundamente a mí mismo.»
«Esta crisis que me angustia.»
«Este asma que no me deja respirar.»
«Este ahogo que no sé porqué me viene ahora.»
De pronto, empecé a decir frases cuyos términos eran bastante inusuales para mí. El lenguaje parecía más de un adolescente que de una mamá psicóloga. Sentía que me estaba poniendo, realmente, en el lugar de mi hijo.
«Tal vez, esté así porque las chicas no quieren ligar conmigo, a pesar de ello, me quiero y acepto profundamente.»
«Tal vez, esté jodido por mis exámenes.»
«Tal vez….»
Y fue entonces cuando una idea apareció por mi cabeza.
«Tal vez, esté preocupado porque aún no me han llamado del trabajo.»
(Mi hijo está esperando la confirmación de su contratación para trabajar en los meses de verano. Él cuenta con el dinero que ganará en dichos meses para pagarse sus estudios, pero faltan muy pocos días y aún no le han confirmado).
A fin de confirmar si la idea tenía verdadera fuerza, volví a hacer tapping pronunciándola:
«Tal vez, esté preocupado porque todavía no me han llamado.»
Y he aquí, que sentí que ese era el quid de la cuestión, porque todo mi cuerpo respiró, profundamente. De inmediato dejé de hacer tapping. Cogí el móvil y llamé a mi hijo.
Ni siquiera le pregunté cómo se encontraba y pasé directamente a lo que había descubierto.
«No te preocupes si no te han llamado. Mañana hablo con el jefe (es amigo mío desde hace muchos años) y le pido que te confirme cuanto antes.»
«De verdad vas a hacer eso?», me respondió sorprendido, feliz y sumamente agradecido.
«Sí, tranquilo.»
Entonces sentí que mi hijo respiraba aliviado y que sin haberlo podido expresar, había encontrado aquello que le estaba «ahogando.»
Esta técnica es desveladora. Permite descubrir los puntos álgidos que causan los síntomas.
Sincronicidad con mi hijo? Intuición de madre? Empatía? No. Simplemente, EFT. Una herramienta poderosa que libera las emociones y nos marca un camino para sanar.
Mil gracias otra vez y muchos éxitos desde aquí.
ALEJANDRA MITNIK FISCHMAN
Prof. Lic. en Ciencias de la Educación (Argentina)
Lic. en Psicología M.N. 9.814 (Argentina)
Hipnóloga Clínica
Consteladora Familiar
Especialista en EFT (Tapping)