Chuck Frank nos trae otro de esos “casos imposibles” que EFT trata con éxito. Describe la recuperación de su cliente de esta manera: “El levantó la pluma y escribió su nombre. Era una escritura lenta pero bonita y completamente legible. Estaba con la boca abierta y tenía la expresión de “¡Oh, dios mío!” en su rostro. Miraba su nombre escrito fijamente y con sobrecogimiento.
Por Chuck Frank
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Sentía que tenía que contarte esta historia que me ocurrió recientemente. Estaba en Los Angeles visitando a mi amigo; juntos hacemos un montón de seminarios sobre hipnosis. Yo estaba sentado hablando con su madre, y su padre, de 84 años, entró a la habitación y me preguntó si había algo que yo podía hacer para ayudarlo con su mano derecha. Le había estado temblando mucho por los ultimos 12 años. El era relojero profesional y por 12 años no había podido trabajar con sus manos ni siquiera para escribir su nombre. Tenía un aneurisma en el lado derecho de su cabeza y le habían hecho cirugía en ese lugar; poco tiempo después su mano derecha comenzó a temblar.
El estaba sentado en la cama y le pregunté cómo se sentía acerca de la falta de funcionalidad de su mano y dijo que era como una “broma de mal gusto”. Le pedí que me diera un número en la escala de 0 a 10 sobre el nivel de intensidad de su sentimiento y dijo 10 de 10. Hicimos aproximadamente siete rondas de tapping y descendió a cero. Le pedí que tomara la pluma y escribiera su nombre. Me aseguró que no podía y que no lo había hecho en 12 años. Le pregunté qué tenía que perder con probarlo.
El levantó la pluma y escribió su nombre. Era una escritura lenta pero bonita y completamente legible. Estaba con la boca abierta y tenía la expresión de “¡Oh, dios mío!” en su rostro. Miraba su nombre escrito fijamente y con sobrecogimiento. Le pedí que escribiera su domicilio y lo hizo, y esta vez un poco más rápido. Nos sentamos y reímos y tuvimos uno de esos momentos increíbles de “esto es un milagro y me ocurrió a mí.”
Conversamos y después de unos minutos noté que había duda en su rostro. Le pedí que escribiera su nombre de nuevo. Esta vez lo escribió rápidamente como si nunca hubiera cesado de escribir en 12 años. No hay necesidad de decir que la expresión de su rostro era invalorable. Cuando al principio entré en su dormitorio, se lo notaba letárgico y mirando televisión con algunas almohadas debajo de su cabeza. Menos de una hora más tarde le pedí que le mostrara a su esposa lo que era capaz de hacer. Fuimos a la cocina y él ahora estaba resplandeciente con una sonrisa de 1000 vatios y literalmente se lo veía 40 años más joven. ¡Comenzó a bailar con su esposa! El sentimiento de alegría que todos tenían en esa cocina era hermoso.
¡¡¡Nunca tomé ninguna de tus clases, solamente compré los DVDs de tus clases y estoy obteniendo resultados como este constantemente!!!
Abrazos para ti.
Chuck Frank
Traducido al castellano por Laura Livov