Dawn Norton nos brinda esta historia muy útil que vuelve a impulsar nuestro principio de “Probémoslo en Todo”. Tarde o temprano, todos nos encontramos con bebés que gritan u otros escenarios “imposibles”. No olviden a EFT en momentos como esos. Podría constituir la diferencia entre recuperar la paz o entrar en el infierno.
Por Dawn Norton
Yo estuve cuidando a un niño de 5 meses de una amiga mía durante tres días esta semana. Cuando ella me lo trajo esta mañana, me explicó que él no había estado durmiendo bien durante algunos días y que esta mañana él estaba algo molesto.
El pudo hacer una siesta corta de mañana, pero yo tenía que hacer algunas diligencias y tuve que despertarlo. No podía volver a dormirse. Estaba bastante raro y decidí alimentarlo. Mientras yo le calentaba el biberón, se puso histérico. El tipo de llanto a los gritos que todos queremos detener “YA”.
Cuando finalmente pude tomarlo en brazos y darle su biberón, él se atragantó con la leche, lo que hizo que gritara más aún. Entonces se me pasó por la mente nuestra consigna “Probémoslo en todo”.
Así que yo omití la frase preparatoria y simplemente comencé a hacer tapping en él diciendo: “Estoy molesto” en cada punto. A él no le gustó la primera vuelta, pero cada vuelta subsiguiente lo calmó y lo tranquilizó más. Entonces yo comencé a alternar: “Estoy molesto, estoy bien”.
Después de tres vueltas, traté nuevamente de darle su biberón y se lo tomó todo. Comenzó a llorar un poco más, así que hice dos vueltas más alternando frases otra vez. Sentí que literalmente se derretía en mis brazos y que se aflojaba la tensión. Lo miré maravillado al darme cuenta que se estaba quedando completamente dormido. Lo puse en su cama y durmió por dos horas y media, más de lo que había dormido de una vez en los dos días anteriores. Se despertó muy feliz. Yo estaba emocionado de que EFT lo hubiera calmado tanto y me fascina que tenga un éxito tan rápido como éste, aunque todavía yo sea tan novata en esta técnica.
Dawn Norton
Traducido por Dalila Milicúa
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