A veces sentimos estrés o ansiedad y no somos capaces de discernir el motivo. Puede que lloremos o tengamos arrebatos de rabia, pero no sabemos exactamente porqué; puede que digamos: «Es simplemente estrés».
Blair Hornbuckle es una lego (no es terapeuta) que aplicó EFT creativa y discretamente con un niño de tres años que mostraba estrés por medio de una rabieta de mal genio inexplicable. Resulta que este jovencito había estado yendo a terapia y sus terapeutas no podían aliviar este comportamiento; simplemente le dejaban que «llorase hasta que se cansase».
(Suspiro)
Aquí tenéis la historia.
Por Blair Hornbuckle
Hola Gary:
Me llamo Blair Hornbuckle y llevo unos ocho meses en tu lista de correo. Aprendí EFT de un hipnoterapeuta que participó en uno de tus talleres; también ella me prestó tu segunda serie de vídeos. Soy una persona lega, no una terapeuta, y he estado usando EFT conmigo misma, mi familia y mis amigos.
Este es un ejemplo referente al estrés y la ansiedad.
Mis amigos «Gina» y su esposo vinieron a dar un paseo por el bosque mientras estaban cuidando a un niño de tres años, cuyos padres son un par de médicos muy atareados. El niño pasa mucho tiempo con mis amigos, incluso noches. Volvimos de nuestro paseo con «Evan», que había estado de muy buen humor todo el día. Cuando llegó a la casa estaba muy tímido y se alejaba de mí cuando le saludé, pero se había abierto un poco cuando empezamos a pasear. Cuando estuvimos de vuelta a la casa nos sentamos a orillas del riachuelo y estuvimos echando piedrecillas al agua.
Cuando llegó el momento de marcharse, Evan se puso fuera de sí en una rabieta de mal genio. Mi amiga «Gina» lo llevó en brazos subiendo la colina, mientras él gritaba y sollozaba, revolviéndose en sus brazos. Lo sentó en el coche y dejó la puerta abierta. Él seguía gritando cuando nos alejamos un poco del coche para hablar.
Le pregunté qué es lo que hacían normalmente cuando se ponía de esa forma. «No podemos hacer nada», me dijo. «Tiene que salirse con la suya; si le hablo se pone peor y acabamos peleándonos, así que lo tengo que dejar a solas». Me contó que Evan estaba viendo a dos terapeutas (un logopeda y uno conductual), por lo que le pregunté qué es lo que sugerían los profesionales cuando tenía ese tipo de episodios. «Nada. Ellos simplemente le dejan que llore hasta que se canse».
Pensé que eso no es muy lúcido. ¿Por qué no probar con EFT?
Le pedí permiso para «probar algo» a lo que ella estuvo de acuerdo. Caminé hacia el niño que aún gritaba y dije: «Está bien. Sé que estos momentos son difíciles para ti». Estiré mi mano para tomar su manita y comencé a hacer tapping en el punto de kárate. «Aunque estás verdaderamente disgustado ahora mismo, todos te queremos». Hice tapping alrededor de los ojos… «Aunque estás verdaderamente disgustado ahora mismo, estás bien tal y como eres». Hice tapping en su cara, luego en su pecho, y dejó de llorar. Comenzó a sonreír y se limpió las lágrimas; yo terminé la secuencia haciendo tapping en el dorso de su mano, que sostuve un instante y luego solté. Él estaba sentado en silencio. Me giré hacia «Gina» y vi que estaba muda de asombro con la boca abierta por la impresión.
«¿Qué hiciste? No escucha a nadie cuando se pone así, y si le intentamos tocar ¡se pone furioso de veras! ¿Qué hiciste?»
Le expliqué un poco sobre EFT y le sugerí que tal vez sería útil que sus padres lo aprendieran. «¿Sus padres? ¿Y yo qué?», dijo ella. «Yo lo necesito».
Paz para ti, Gary
Blair Hornbuckle
Traducido por Ana Saval-Badía Escribir a Ana
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