Afiyah Woods, de Trinidad & Tobago, emplea EFT sintonizándose a la edad de 7 meses y haciendo tapping en las cuestiones no resueltas de aquella niñita. ¡Y es todo un éxito! Afiyah afirma, «Ni decir que experimenté un alivio tan profundo que me asombró lo completo y simple que resulta EFT.»
Por Afiyah Woods
Hace unos meses fui a ver a un terapeuta que me hizo algunas regresiones y descubrí que uno de mis bloqueos emocionales más arraigados había tenido lugar a los siete meses. Al parecer, resulté herida y, por el motivo que fuera, los adultos que me rodeaban entonces no prestaron atención a mis llantos. El dolor por verme ignorada quedó registrado tan profundamente en mi psique que creó una necesidad emocional en mi interior que atraía las experiencias más dolorosas a mi vida.
El trabajo psicológico que he podido llevar a cabo en mí misma me permite entender mejor mis motivaciones, pero nunca he sido capaz de deshacerme de este doloroso vacío en el punto de mi estómago en el que recibí el golpe de pequeña. Además, el dolor en mi corazón por haber sido ignorada nunca desapareció y crecía con cada experiencia dolorosa de mi vida adulta.
Recientemente, un encuentro traumático con un funcionario me desencadenó una profunda depresión. Como era habitual, me vi abrumada por un sentimiento de profunda soledad, sin nadie a mi alrededor que me ayudara. Sin embargo, esta vez me vi a mí misma como el bebé de 7 meses que había sido, llorando con fuerza sin que nadie acudiera a ayudarle.
Deseaba desesperadamente hacer algo por ella y me acordé de EFT y de los buenos resultados que había obtenido con cuestiones menores como dolores de cabeza y en las articulaciones. Me dirigí a ese bebé, manteniendo una imagen mental de su dolor, diciendo en voz alta, Aunque estás herida y nadie acude a rescatarte, te aceptas completa y profundamente.
A medida que hacía tapping y me iba identificando con las emociones, empecé pronto a llorar y me envolvió el dolor inflingido a esa niñita inocente. Lloraba copiosamente, pero no dejé de hacer tapping. Entonces, cuando abordaba la segunda ronda de tapping, vi a aquel bebé que era yo, que dejaba de llorar de repente y miraba a su alrededor. Dejó de llorar de forma tan repentina que me sorprendió, la adulta y yo dejamos de llorar también.
Continué haciendo tapping hasta completar la ronda y vi que la bebé se sentaba en la cuna, y cogía un juguete que tenía a su lado y empezaba a jugar con él mientras gorjeaba suavemente. Se la veía feliz y sonreía completamente. Ni decir que experimenté un alivio tan profundo que me asombró lo completo y simple que resulta EFT.
Me sentí como si me hubiera quitado un peso de la espalda y una sensación de hormigueo recorrió mi columna. Desde entonces me he sentido mucho más satisfecha con mi vida y estoy deseando ver cómo será a partir de ahora con esta nueva sensación de libertad. Le estoy muy agradecida a este boletín por el trabajo útil que lleva a cabo. Gracias a todos.
Afiyah Woods
Traducido por Eva Llobet Martí
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