Aquí se presenta un uso muy práctico de EFT durante situaciones intensas y llenas de ira. Angela Treat Lyon nos lleva paso a paso a través de un caso así, con una dama lívida. Los nombres fueron cambiados para proteger la privacidad.

Por Angela Treat Lyon

Recientemente fui a un evento mercantil, invitada por una amiga (“Sandi”), cuya compañía había montado un aparador allí. Era sábado por la tarde, había gente esperando ser atendida en cada aparador, niños correteando sin atención de sus padres, y las personas en el aparador de Sandi se veían como si estuvieran a punto de perder el último rastro de cordura. Ella me llevó aparte y me pidió hacer una sesión improvisada en la trastienda con su gerente. Accedí.

Ella me presentó a “Karen”, una mujer bajita y de aspecto dinámico de alrededor de 50 años de edad quien parecía estar a punto de sufrir una apoplejía en los siguientes tres segundos si no era calmada. Nos fuimos detrás de la pantalla que separaba la parte trasera del aparador de la parte de atención a los clientes, y ella me preguntó qué era lo que yo iba a hacer. Le dije que me gustaría saber en general, qué era lo que estaba ocurriendo antes de hacer cualquier cosa, sólo para ver si era apropiado que yo prestara mi ayuda, o si ella necesitaba otra cosa. Karen sonrió y apreció eso, y simplemente dijo que ella estaba enloqueciendo de ira y que no podía aguantar eso ni un minuto más.

Le dije que podría ayudarla a suavizar la intensidad de los sentimientos que ella tenía en ese momento usando una pequeña terapia de meridianos, ya que Sandi me había dicho que Karen estaba familiarizada con la acupresión. Y le dije que lo que íbamos a hacer era un poco parecido a eso, combinado con frases específicas y usando sólo unos cuantos puntos.

Su rostro estaba enrojecido con ese color rojo justo-en-la-superficie que se presenta cuando uno está a punto de estallar, así que yo quería atender eso de inmediato. Le mostré el punto karate y le pedí que sólo lo golpeara mientras ambas hacíamos sonidos de grrrrr, y decíamos (sin el aunque): “¡Estoy tan enojada! ¡Estoy tan furiosa! ¡Apenas puedo aguantarme!” Hicimos eso durante alrededor de uno o dos minutos. Tomó una respiración profunda y se paró un poco más erguida. Fase Uno completa. Su rostro perdió las manchas rojizas.

Entonces empezamos a hacer tapping en los puntos de la cara, diciendo:

¡Estoy tan ENOJADA!

Estoy tan en…….ada con xxxxxx

¡Esos ——–s!

¡Estoy furiosa!

¡Estoy que no me aguanto!

Hicimos alrededor de dos rondas, muy calladamente – pero con gran intención – para que los otros no pudieran oír, y ella se relajó un poco más.

Le pregunté que cuál sería la intensidad de sus sentimientos en una escala del cero al diez. ¡Ella explotó! “¡No aguanto eso! ¡Me enoja más de lo que ya estoy! ¡No quiero hacer esto si es lo que tengo que hacer! Y empezó a salir.

¡Vaya! Eso fue una sorpresa. Así que, en lugar de correr tras ella, simplemente dije: “Está bien, no hay problema, puedo entenderlo. Me pregunto lo que pasaría si nos concentráramos en transformar la energía y la intensidad en energía creativa en lugar de enfocarnos en el enojo”. Lo cual era lo que estábamos haciendo de cualquier manera, pero quería re-encuadrarlo sin hacerla quedar mal o tratar de convencerla de hacer algo que ella no quisiera hacer.

Le agradó eso. Regresó a mi lado. “¡Sí! ¡Eso es exactamente lo que me gustaría hacer!” dijo. Así que le pregunté la razón por la que estaba tan enojada, y si podíamos incorporarla al tapping.

Karen estaba molesta por haber tenido no sólo que organizar el aparador para la compañía, y que le habían informado tan sólo diez días antes del evento que la habían elegido a ella para hacerlo. Era un evento internacional con muchas personas muy importantes, con cobertura de radio, y todo lo que eso implicaba. La presión era enorme.

Karen no sólo tuvo que organizarlo y darle publicidad, sino que le habían dicho que “sería una buena idea que ella estuviera allí”, después de que ya les había dicho que había preparado a las personas que atenderían el aparador para atenderlo y desmontarlo por su cuenta. Había estado anticipando un par de bien merecidos días de descanso, y ahora ella había tenido que permanecer ahí desde las 8.00 a.m. hasta las 9.00 p.m. sin descanso.

¡Yo también estaría enojada! Pero –dijo que no quería hablar de ninguno de sus jefes o gerentes, o de que no pudo sostener su petición de tomar sus días de descanso, o del hecho de que temía perder su trabajo si hubiera objetado. Sólo quería enfocarse en la energía.

¡Bien! De eso es de lo que se trata de cualquier forma, ¿verdad? Le pregunté si sentía alguna tirantez o nudo o presión o dolor en su cuerpo –¡Como si no fuera obvia la forma en que sus hombros estaban casi hasta sus oídos, y su estómago estaba todo apretado!

Ella dijo que tenía una gran pelota de energía en su estómago. Dado que no quería hablar acerca de lo “negativo”, sólo hicimos tapping así:

Voy a soltarlo ahora.

Voy a soltar mi energía negativa ahora.

Elijo transformar esta energía en poder creativo

Elijo enfocarme en mis habilidades e intenciones

Elijo transformar cualquier cosa que no me gusta en energía creativa

Elijo estar viva y despierta y divertirme aunque parezca difícil

Hicimos eso por alrededor de cinco o seis rondas. Sus hombros se relajaron y bajaron de la altura de sus oídos, su estómago se veía relajado, sus pies parecían estar anclados en lugar de queriendo correr fuera de allí, había parado de temblar y su color era maravilloso. Suspiró profundamente dos veces, y su voz se hizo profunda y suave en lugar de tensa e histérica.

Me dijo que el nudo en su estómago ahora estaba tibio y se sentía como un “sol apoyador”, y que su dolor de cabeza había desaparecido (¡yo ni sabía que lo tenía!), y que ya no estaba enojada. Y que sabía que lo que le estaba ocurriendo se debía a sus propias elecciones y que las revisaría nuevamente más tarde y vería lo que podía hacer para prevenir que esto volviera a ocurrir.

En total, nos tomó menos de diez minutos hacer esta pequeña sesión de alivio, y sin embargo, si no la hubiéramos realizado, ella estaba en tal estado físico que no me habría sorprendido saber que ella había sufrido un ataque al corazón o cerebral al final del día.

Fue sorprendente no entrar a las llamadas frases negativas, pero resultó fácil observar que si trataba de mantenerme en la línea de las sesiones ordinarias, ella habría abandonado. Fue más importante calmar la intensidad antes de que ella explotara y se dañara a sí misma, así que sólo seguí su guía. Obtuvimos resultados que le agradaron y le funcionaron tanto a ella como a su mente/cuerpo. Eso es lo que queremos ¿no es así?

Aloha –

Angela Treat Lyon

Traducido por Ana Paula Aguirre Hall – Escribir a Ana Paula

InEnglish.gif