Hola a todos,
Este artículo encierra un GRAN mensaje que espero capte la atención de algunos de nuestros “escépticos y dubitativos” amigos pertenecientes a comunidades psiquiátricas y médicas.
En círculos convencionales, la Esquizofrenia Paranoide es una enfermedad psicótica difícil de tratar y rara vez, si alguna, responde después de un tratamiento. Este mensaje proporciona una excepción digna de elogio, en donde EFT y otro procedimiento energético relacionado (Eminencias Frontales de Kinesiología Aplicada) han conseguido una mejoría espectacular después de tan solo una larga sesión (unas 5 horas).
Tam Llewellyn-Edwards de UK da frecuentes talleres de EFT. Una de sus estudiantes, Francesca Hamon aplicó estos procedimientos energéticos a “Richard” para su Esquizofrenia Paranoide de larga duración. Los resultados, aunque no aportan “una cura instantánea generalizada”, lo que mucha gente equivocadamente espera con estos procedimientos, fueron impresionantes. Francesca hizo varios seguimientos a lo largo de 8 semanas. Después de la primera semana ella informa lo siguiente…
«Después de una semana Richard ha estado afuera solo, y únicamente ha necesitado gritar una o dos veces cada vez, en lugar de las 25-30 veces que hacía antes”
He hablado sobre este resultado con dos psiquiatras experimentados y los dos lo consideraron extraordinario. Aquí está el artículo de Francesca completo, con los detalles de la sesión. Por favor, consulten con médicos para enfermedades serias como ésta.
P.D.: Ha habido otros informes favorables de procedimientos energéticos relacionados usados con problemas psicóticos—algunos de los cuales los encontrarán en nuestra página web.
Por Francesca Hamon
La Situación
Soy nutricionista y terapeuta energética en Londres, con preparación en EFT y otra terapia energética (llamada Eminencias Frontales, que aprendí de la Kinesiología aplicada). Aunque normalmente no trato personas con esquizofrenia, tuve hace poco la oportunidad de ayudar a “Richard”, al que conozco desde hace años.
Richard vive solo en una ciudad diferente a la mía, así que mi sesión llevó la mayor parte del día con él. Me concentré en los temas que tanto él como su familia dijeron que hacían difícil su convivencia en la comunidad.
Ha tenido síntomas de esquizofrenia paranoide los últimos 17 años. Al final de su adolescencia vio a un psiquiatra que le dio fármacos para la ansiedad y las “tendencias esquizofrénicas”’. Posteriormente su enfermedad empeoró, desarrolló paranoia profunda y tuvo severos episodios psicóticos los años siguientes.
Cuando yo le atendí, el era agorafóbico y dependiente del alcohol. Algunas veces el podía ir solo afuera pero era extremadamente aterrador para él. La mayoría de los días el podía dejar su piso solamente en taxi.
Estaba atormentado cada momento del día con pensamientos terroríficos, voces en su cabeza y memorias de abusos en el pasado. Algunas de ellas eran reales y otras eran imaginarias.
Cuando sale afuera, grita agresivamente (lo que es aterrador para otras personas). El nunca ha herido a nadie intencionadamente, pero a menudo ha roto objetos, incluyendo pertenencias de otras personas.
Ha estado en diversos períodos y protocolos de medicación desde principios de los 80. Actualmente está tomando benzodiazepine, un antidepresivo tricíclico y dos neurolépticos, además de prociclidina para paliar los efectos secundarios de los neurolépticos.
Nota Importante: No ha habido ningún cambio en su medicación desde el momento de nuestra sesión ni durante el seguimiento de las siguientes 8 semanas que aparece al final de éste artículo.
La Sesión
Después de hablar algo en general para comenzar nuestra comunicación, hablamos de los sentimientos que tiene Richard cuando grita en la calle. El dice que se siente “aterrorizado, humillado y temeroso” antes de gritar. El espera que alguien le acuchille pero tiene que gritar porque Dios lo pide. El busca el valor para hacerlo y grita fuertemente “25-30 veces”. El valora su intensidad emocional para gritar en 10 .
Hablamos sobre los sentimientos que le hacen gritar en la calle, y esto me ayudó a comprender los aspectos implicados. Muchas de sus “memorias” ni siquiera ocurrieron, pero él creía que sí.
Primeramente, usé mi otra técnica energética más globalmente en varios aspectos de su gritar en la calle. Esto bajó su intensidad a 6 . Después hablamos de los aspectos que quedaban, donde supe que se sentía muy culpable por haber apuñalado a un niño. Usé la fórmula básica de EFT incluyendo el procedimiento de 9 pasos.
La frase preparatoria que usamos fue: “Aunque me siento realmente mal porque apuñalé a un niño, creo en que Dios me ama de todos modos”.
Llevó 10 minutos encontrar esta frase. El no podía decir ‘Me acepto completa y profundamente’ porque no aceptarse a sí mismo es una gran parte de su problema. Era demasiado doloroso decir ‘Sé que Dios me ama’. Sin embargo decir ‘Creo en que Dios me ama’ estaba bien porque dijo que él quiere creer que Dios le ama.
El necesitaba que le instigara en cada sección de la frase. La decía ligeramente diferente cada vez y añadía el ‘de todos modos’ al final.
Después de dos rondas de EFT en ‘apuñalar a un niño’, su intensidad bajó a un 3 . Estaba agotado y quiso parar. Después de 15 minutos más con otro trabajo con los meridianos con “apuñalar a un niño”, su intensidad bajó a un 2 .
Después de 15 minutos, hicimos la técnica “De suelo a techo”, Que llevó su intensidad emocional directamente a 0. Dijo que se sentía clarificado y más calmado pero aún agotado. Luego hice otra media hora de otro trabajo de meridianos globalmente en su memoria de quedarse encerrado en el armario.
Finalmente, le di algún consejo nutricional y utilicé otra terapia energética sobre los ruidos que le hacían realizar rituales obsesivo-compulsivos.
La enfermedad de Richard hacía más complicado localizar cada aspecto de un problema. Aún así, sentí que la sesión había ido muy bien. Al final, sus niveles de intensidad para todo lo que habíamos tratado estaban en 0. El sentía que su mente había sido sanada y no pensaba que tuviera más problemas. Después dijo ‘Este resultado se mantendrá todo el tiempo mientras me comporte. Si no lo hago, podría volver a un 3’. Esto mostraba que aún había algunos aspectos por despejar.
Seguimiento:
Después de una semana: Richard había estado afuera solo y únicamente había tenido necesidad de gritar una o dos veces cada vez en lugar de las 25-30 que hacía antes. Estaba más calmado y no tuvo ningún episodio psicótico. El creía que su mente había sido sanada. Sonaba más positivo y equilibrado que cuando había hablado con él por teléfono antes de la sesión. Sorprendentemente, su agorafobia se había reducido un poco. (Yo había decidido no tratar esto en la primera sesión en caso de que él saliera más a menudo aún con algo de su comportamiento abusivo).
Después de dos semanas: El todavía parecía más equilibrado y más positivo que antes del tratamiento. Estaba deseando recuperarse de su enfermedad y sus planes eran más prácticos y conscientes de lo que yo había esperado.
Después de tres semanas: la agorafobia (que yo no había tratado) había regresado pero los otros cambios positivos permanecían y él aún creía que su mente se había sanado.
Después de ocho semanas: los efectos positivos han permanecido con él. Hay todavía mucho trabajo por hacer, pero después de solo una sesión él está más calmado, con más aceptación de sí mismo y con más control de su vida.
Francesca Hamon
Traducido por Montse Ceide – Escribir a Montse – Ir a su sitio Web