Christine Disant nos habla de cómo utiliza EFT para ayudar a un paciente de Alzheimer’s y a su esposa. Aunque no pretende que EFT pueda curar tan difícil enfermedad, sí que ayuda con los estreses diarios de cuidar a un enfermo y a paliar los miedos del enfermo mismo. Escribir a Christine y visita el sitio web de Christine.
Artículo traducido y publicado con permiso de www.practicallearners.com
Cuidar de un ser amado que enfrenta una enfermedad seria es una tarea difícil. Estamos preocupados por ellos, pero no podemos permitirnos el demostrarlo ni tomar tiempo para nosotros mismos. Queremos estar siempre en la mejor forma, siempre disponibles para ellos. Queremos encontrar la energía para parecer que estamos en control, aún cuando realmente no nos sintamos así.
Pero cuando se trata de pacientes con Alzheimer, existen otras complejidades. Queremos mantenerlos felices y cómodos. Esto no siempre es fácil pues ellos pueden sentir pánico por ninguna razón “real,” pueden no reconocernos, cuestionar todo lo que hacemos, hacer algo inesperado y que posiblemente sea dañino para ellos mismos, y por supuesto olvidan en segundos cualquier cosa que les hayamos dicho o cualquier cosa que hayan hecho. Todo eso es un gran reto, por no decir más.
Uno de los aspectos más difíciles puede ser que NOSOTROS sabemos que no van a mejorar. Es un viaje largo y sabemos que será difícil. Pero ¿qué podemos hacer?
Cuando me pidieron que ayudara a “John,” un familiar que estaba en las etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer, creí que no podría hacer mucho por él. Es un desorden degenerativo, y no hay cura en este momento. Sin embargo, no me había dado cuenta de todas las formas positivas en las que EFT podía ayudarle. Ahora hemos tenido cerca de 9 meses de sesiones semanales con John y su esposa Mary, y los resultados han sido notables. Aunque EFT no pretende curar la enfermedad de Alzheimer, ciertamente alivia la carga diaria, tanto para el paciente como para su pareja/cuidador.
Aquí hay unos cuantos ejemplos:
Reducir el pánico cuando a John se le deja solo:
John estaba razonablemente bien cuando Mary lo dejaba solo por períodos cortos de tiempo. Sin embargo, dos veces en esa etapa, aunque él “sabía” que Mary no iba a regresar antes de las 3 de la tarde, él empezaba a llamar a su teléfono móvil a las 2:30 preguntando dónde estaba. Preocupada de que pasara otra vez, Mary decidió actuar preventivamente en su próxima cita al salón de belleza.
El día antes de la cita y otra vez en la mañana antes de ir, hizo algo de EFT con John para ayudarlo a recordar cuándo y a dónde iba, y cuándo volvería. Ella se enfocó en asegurarle que él estaría bien durante ese tiempo. Ella fue a su cita y regresó a encontrar a John contento, esperando pacíficamente en su casa.
Dejar ir un enojo de varios días:
John estaba muy molesto porque había tenido dos RMI. Él pensaba que se los habían hecho con días de separación (en realidad se los habían hecho con semanas de separación y por motivos diferentes), y que el doctor era incompetente. Él mismo pertenecía al mundo de la medicina. Él hablaba de estos RMI una y otra vez, y otra vez por horas y días. Mary no lo había trabajado con él porque se acercaba el día en el que tendrían una sesión conmigo. En la próxima sesión, le pedí a John que me contara su historia mientras hacía tapping en los puntos con él. Trabajamos su enojo por la “incompetencia” del doctor, hasta que pude hablar acerca del RMI y él ya no sintió que fuera un problema. ¡Mary estaba encantada!
De mal humor a pacífico:
John siempre estaba de mal humor. Su esposa no sabía qué pasaba. Tuve una sesión de 20 minutos con John y me contó que fueron a un funeral el día anterior. John recordó el funeral de su padre y por supuesto también pensó en el fin de su propia vida. Al trabajar el enojo y el miedo asociados, John se relajó otra vez. En la tarde, Mary me envió un correo electrónico para contarme que el día había pasado sin problemas, para su tranquilidad.
El terapeuta de lenguaje y doctor de John apreciaron los cambios que vieron después de unas cuantas semanas, pero el mejor testimonio es de Mary. Sigo teniendo sesiones semanales con ambos. A medida que Mary aprende a usar EFT para calmar la ira de John, el miedo y el pánico diariamente, su carga de cuidadora es más fácil de llevar, aun cuando la enfermedad progresa.
Debo mencionar que todo esto ocurre por Skype (internet y cámara web), Mary y John viven en Francia y yo vivo en Irlanda.
Quiero agradecer a Deborah Mitnick, Sarajane Thomas y Virginia McDowell que han escrito acerca de su experiencia con pacientes de la enfermedad de Alzheimer en www.eftuniverse.com cuando empecé a investigarla, y me apoyaron en ese entonces. Sarajane me puso en contacto con Julian Dean, cuyos 12 años de experiencia con la Asociación Americana de Alzheimer como desarrollador de programas y entrenador de cuidadores y su inmensa amabilidad son un gran apoyo. También estaría muy interesado si alguien quisiera compartir su experiencia con EFT y la enfermedad de Alzheimer. Cuanta más gente trabaje en esto, más probable será que encontremos una mejor manera de optimizar el uso de EFT con esta enfermedad.
Christine Disant
Traducido por Gisel Sotelo – Escribir a Gisel