Linda Compton emplea EFT con una clienta sometida a quimioterapia, cuyos síntomas desaparecen en cuestión de minutos. Tal vez queráis informar al respecto a oncólogos o incluso a todos los médicos que conozcáis. Me han informado de muchos casos en los que EFT ha logrado reducir o eliminar los efectos secundarios de muchos fármacos. Por favor, consultad con el médico cualquier problema de salud.
Por Linda Compton
Apreciado Gary:
Ayer me pidieron que participara en una “visualización espiritual” para un grupo de mujeres “supervivientes al cáncer” de toda el área de la bahía, incluyendo Santa Cruz y Monterrey. Habían pasado juntas el fin de semana en un retiro en Lafayette.
Durante la sesión matutina, se comentó que dos de las mujeres necesitaban una plegaria, ya que recibían quimioterapia y no la aguantaban muy bien. Una no se hallaba presente, por estar en cama, y la otra estaba allí sentada, con la cabeza gacha.
Cuando finalizó el retiro y me disponía a marcharme, vi a una de las mujeres sentada en el vestíbulo, con la cabeza entre las manos, esperando a que la vinieran a recoger. Me incliné para hablarle y le pregunté cómo se sentía. Me contó que tenía el estómago fatal por culpa de la quimioterapia. Dijo que la “quimioterapia se la estaba cargando».
Le pregunté cuáles eran los síntomas específicos que padecía y me respondió que algo de dolor, hinchazón y lo que parecía un reflujo ácido. Le pregunté si quería aliviar dichos síntomas practicando juntas una técnica llamada EFT. Respondió que estaba dispuesta a probar cualquier cosa.
Empezamos con una primera ronda de EFT, tras una valoración de la intensidad de un ocho:
Aunque me duele el estómago por la quimioterapia,
Aunque siento el reflujo ácido en mi estómago,
Aunque tengo molestias en el estómago de un 8 de intensidad.
Tras una ronda completa, sonrió y dijo que se sentía bien. Le pregunté si “bien” quería decir “completamente bien” o “sólo bien” y respondió que “sólo bien”. Al preguntarle por su nivel de intensidad actual, respecto al ocho inicial, respondió que era de un tres. Así que le expliqué que no tenía por qué conformarse con estar sólo bien y que podríamos repetirlo. Estuvo de acuerdo.
Hicimos una segunda ronda y bajó de tres a cero. Sonreía, con el rostro iluminado por el color. Su rostro, antes pálido, era ahora de un moreno sonrosado. Parecía sorprendida y me preguntó qué era lo que había sucedido. Le expliqué el proceso y comentó que se sentía mucho mejor y que le costaba creerlo. Dijo también que no se sentía tan bien del estómago desde antes de la quimio. El proceso duró cinco minutos en total.
Dos rondas, en menos de cinco minutes, consiguieron este increíble alivio de los síntomas de la quimioterapia.
Gracias,
Linda Compton
Asesora Personal de Vida
Traducido por Eva Llobet Martí