Resumen
Un gran número del personal de servicio militar de los Estados Unidos que regresa de Irak y de Afganistán presenta el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), así como otras afecciones psicológicas comórbidas, por lo que es necesario hallar protocolos y tratamientos que sean eficaces en un corto periodo de tiempo. En este estudio, se evaluó una muestra de 11 veteranos y miembros de su familia, en busca del TEPT y otras afecciones. En las evaluaciones, se empleó el SA-45 (Symptom Assessment [Evaluación de Síntomas] 45) y la PCL-M (la Lista de Comprobación de Síntomas Militares del TEPT), utilizando un diseño de medidas repetidas, intra-sujeto, de series de tiempo. Se obtuvo una medición de base 30 días antes del tratamiento y de nuevo justo antes del tratamiento. Entonces, se trató a los participantes con una breve terapia novedosa de exposición, EFT (Técnicas de Liberación Emocional), durante cinco días. Durante el post-test, se registraron mejorías estadísticamente significativas en los valores del SA-45 y la PCL-M. Dichos beneficios se mantuvieron en ambos seguimientos a los 30 y 90 días en el índice de sintomatología general, el total de síntomas positivos, y en las subescalas de ansiedad, somatización, ansiedad fóbica y sensibilidad interpersonal del SA-45 y del TEPT. El resto de escalas del SA-45 también mejoraron en el post-test, pero dicha mejoría no se mantuvo de manera consistente en los seguimientos a los 30 y 90 días. Se obtuvieron datos del seguimiento a un año de 7 participantes y se observaron las mismas mejorías. Resumiendo, tras el tratamiento de EFT, el grupo ya no daba positivo en TEPT, y la gravedad y la extensión del malestar psicológico disminuyeron de forma significativa; asimismo, la mayoría de dichos beneficios se mantuvieron con el tiempo, lo que sugiere que EFT puede resultar una intervención eficaz en el post-despliegue.
Palabras clave
Veteranos, Trastorno del Estrés Postraumático (TEPT), terapia de exposición, depresión, ansiedad, Técnicas de Liberación Emocional (EFT)
Por Dawson Church
Introducción
Según un informe encargado por el Departamento de Asuntos relacionados con los Veteranos de los Estados Unidos, todos los veteranos en zona de guerra tienen el riesgo de padecer trastorno de estrés postraumático (TEPT; Institute of Medicine, 2006). Algunos psiquiatras militares calculan que el número de tropas estadounidenses que necesitan tratamiento para el TEPT puede superar los 300.000 (Iraq Vets Stress Project, 2008). Otras estimaciones sitúan el porcentaje del TEPT en el 27% de oficiales no comisionados que sirven en tres o más destinos (Shenker, 2008). Además, el TEPT suele darse junto con lesiones cerebrales traumáticas (LCT) y adicciones, así como con depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental (Boston University, 2008). Breslau, Davis, Andreski y Peterson (1991) descubrieron que el 83% de los individuos que dieron positivo en TEPT cumplían con los criterios diagnósticos de otros trastornos psicológicos. Por lo tanto, un tratamiento exitoso debe abordar estas complejas afecciones concurrentes (Tanielian & Jaycox, 2008).
La mayoría de los casos de TEPT son complejos, ya que su origen radica en múltiples sucesos emocionalmente traumáticos, en lugar de en un único y sencillo incidente traumático, lo que complica aún más el tratamiento. El TEPT está relacionado con enfermedades físicas, largas hospitalizaciones y otros costos sociales (Boston University, 2008). Además, cada vez con mayor frecuencia se exige al personal militar que sirva en repetidos despliegues y se ha demostrado que la proporción del TEPT aumenta con una mayor exposición al combate (Clancy et al., 2006). Todo ello ha espoleado los esfuerzos para evaluar los protocolos y tratamientos del TEPT, como el meta-análisis de Bradley, Green, Russ, Dutra y Western (2005), que descubrieron que la terapia cognitiva conductual, la terapia de exposición y los movimientos oculares de desensibilización y reprocesamiento (EMDR) eran terapias eficaces. Dada la amplia población de veteranos que dieron positivo en TEPT, se necesitan terapias que resulten eficaces en un reducido número de sesiones.
El método utilizado en este estudio, EFT o Técnicas de Liberación Emocional, suele aplicarse clínicamente en esquemas de tiempo muy limitados. Un estudio piloto de seis sesiones de EFT con veteranos de Irak y Vietnam arrojó reducciones significativas en el TEPT, la depresión, la ansiedad y la extensión y la gravedad de los síntomas psicológicos (Church, Geronilla & Dintel, 2009). Los beneficios obtenidos seguían presentes en el seguimiento. EFT ha demostrado ser eficaz en otras poblaciones que han dado positivo en TEPT, como las víctimas de accidentes (Swingle, Pulos & Swingle, 2000). Los estudios sobre los veteranos de Irak y Vietnam tratados con EFT de cuatro a seis sesiones han mostrado mejorías en el TEPT y en síntomas psicológicos concurrentes (Dintel, 2008). EFT pertenece a una familia de terapias conocida como Psicología Energética, que se utiliza para tratar enfermedades físicas, así como síntomas psicológicos (Feinstein, Eden & Craig, 2005). Un tribunal británico está estudiando actualmente la eficacia de EFT en los veteranos británicos, después de que numerosos estudios recopilados por personal médico del Servicio Nacional Británico de Salud (NHS), que aplicó dicha terapia, manifestaran tener éxito con el TEPT (Brown, 2008). La Psicología Energética ha demostrado ser eficaz en muchos trastornos de ansiedad (Feinstein, 2008a), y los estudios clínicos de numerosas fuentes sugieren que resulta eficaz para tratar el TEPT (Carbonell & Figley, 1999).
Diepold & Goldstein (2009) descubrieron que cuando se rememoraba un recuerdo traumático, se producían cambios en las mediciones electroencefalográficas cuantitativas (qEEG) que no se hallaban presentes al rememorar acontecimientos neutros. Tras el tratamiento con una forma de Energía Psicológica denominada TFT, las lecturas del qEEG tomadas durante el recuerdo traumático se correspondían a los resultados normales, y dichos beneficios se mantenían en el seguimiento a los 18 meses. Diepold y Goldstein también descubrieron que las mediciones subjetivas del malestar (SUD) estaban en línea con los resultados del qEEG. Se ha empleado la Psicología Energética en muchas zonas en conflicto, de Kosovo a Ruanda, para tratar el estrés traumático, y los informes de los practicantes, los supervivientes y los funcionarios locales de salud indican resultados positivos tanto en los desastres naturales como en los causados por el hombre (Feinstein, 2008b).
Uno de los dilemas que conciernen el tratamiento de las experiencias de combate es que rememorar un incidente traumático puede traumatizar de nuevo al individuo, en lugar de desensibilizarlo (van der Kolk, McFarlane & Weisaeth, 1996). Por este motivo, las terapias como el EMDR sólo se administran en entornos clínicos, en los que las abreacciones del cliente pueden tratarse de inmediato. EFT minimiza este problema de seguridad. Mollon (2008) manifiesta una ausencia de malestar en los clientes durante las intervenciones con EFT, y según un estudio de personal médico que emplea tanto la Psicología Energética como otras técnicas como la terapia cognitiva conductual y el EMDR, éste se inclina por la Psicología Energética en los casos en los que se rememoran recuerdos traumáticos por esta razón (Schulz, 2008). Sus hallazgos se corresponden con otros informes en los que el malestar del cliente disminuye con el tratamiento de EFT aunque se evoquen recuerdos de combate traumáticos específicos (Church, Geronilla & Dintel, 2009; Dintel, 2008).
Se administra EFT de la forma estándar descrita en El manual de EFT (Craig, 2008), y de forma resumida en un breve protocolo estándar consensuado empleado por los investigadores en los estudios clínicos de EFT. Las experiencias clínicas que se desprenden del presente estudio, de dos otros estudios de EFT para el TEPT, más cientos de estudios facilitados por personal médico, se resumen y estandarizan en EFT for PTSD (Craig, 2009).
Protocolo de tratamiento
Los veteranos del presente estudio fueron tratados con EFT de forma intensiva durante 5 días. EFT es una terapia de exposición que combina tanto el elemento cognitivo como el somático. El elemento cognitivo de EFT implica una auto-valoración del grado de malestar, y empareja una afirmación de exposición abreviada con una afirmación de auto-aceptación. El individuo valora su grado de malestar en una escala de 11 puntos de tipo Likert, en la que el 0 representa una ausencia completa de malestar, mientras que el 10 representa el malestar máximo posible (Wolpe, 1973). Son las llamadas unidades subjetivas de malestar (SUD), que informan tanto al médico como al cliente sobre la gravedad de los síntomas que padece el cliente y constituyen una medida repetida para valorar el progreso del tratamiento.
El hecho de emparejar una afirmación de exposición con un elemento de auto-aceptación es lo que en EFT se denomina “frase de preparación”. La frase de preparación típica tiene una estructura simple: “Aunque tengo (problema manifestado), me acepto completa y profundamente”. He aquí ejemplos extraídos de experiencias de combate reales: “Aunque odié tener que disparar al muchacho cuando se dirigía corriendo a mi pelotón y tiraba de la anilla de una granada, me acepto completa y profundamente”, o bien “Aunque tengo ganas de vomitar cuando pienso en aquella vez que tuve que arrastrar de los escombros el cuerpo en descomposición de mi compañero, me acepto completa y profundamente”.
La parte somática de un tratamiento de EFT consiste en que el sujeto o el terapeuta froten o golpeen 12 puntos del cuerpo con uno o dos dedos de las manos. Cinco de esos puntos se encuentran en la cabeza, dos en el torso y cinco en la mano. Los puntos de la cabeza se encuentran en la parte interna de cualquiera de las cejas, la parte huesuda de la cuenca exterior del ojo, la parte inferior de la cuenca del ojo bajo la pupila, bajo la nariz y bajo el labio inferior. Los puntos del torso se hallan en el límite interno de la clavícula, cerca del esternón, y bajo el brazo, justo debajo de las costillas inferiores. Los puntos de la mano se hallan en la cutícula más cercana al torso del pulgar y de cada uno de los dedos, con excepción del dedo anular, y la parte carnosa externa de la palma, que se denomina, de forma conveniente, “punto de karate”.
Tras valorar el SUD, el tratamiento de EFT empieza repitiendo tres veces la frase de afirmación mientras se golpea el punto de karate con los dedos de la mano opuesta. Entonces, se golpea cada punto de 5 a 10 veces. Es lo que se conoce como “ronda de tapping”. Tras una ronda de tapping, vuelve a valorarse el nivel de SUD. Si la cifra no ha descendido, pueden realizarse una o más rondas de EFT, hasta que la valoración SUD sea de cero o ronde esta cifra.
EFT fue desarrollado por Gary Craig (2008), basándose en un método anterior y mucho más elaborado conocido como Terapia del Campo del Pensamiento o TFT (Callahan, 2000). Algunos defensores de EFT y de otros métodos de Psicología Energética atribuyen la eficacia de los tratamientos a la localización de los puntos de tapping, que están situados en los extremos de los meridianos de acupuntura de la Medicina Tradicional China (Gallo, 1999). En cambio, otros atribuyen los mecanismos de acción de la Psicología Energética a mecanismos biomecánicos más convencionales, como por ejemplo:
• Un incremento de la regulación de la interacción simpático-parasimpático y del eje HPA (Hipotálamo-Pituitario-Adrenal) (Lane, 2006).
• Un descenso de la hiperexcitación del sistema límbico y de otras estructuras cerebrales relacionadas con la respuesta de lucha o huída generada por la exposición al trauma (Feinstein, 2008a).
• Cambios en la amígdala y en la zona cingular anterior del cerebro (Belmingham et al., 2006).
• Uso de las propiedades semiconductivas del tejido connectivo (Oschman, 2006).
• Regulación a la baja e incremento de los índices de consumo de cortisol y de otras hormonas del estrés (Church, 2008).
• Un incremento de la expresión de los genes tempranos inmediatos de regulación del estrés (TEGS; Church, 2009).
Según Mollon (2008), la nomenclatura “energía” empleada por los defensores de este grupo de terapias puede resultar engañosa, y su eficacia puede explicarse por completo en términos de los mecanismos psicológicos ya conocidos, como los descritos por los autores mencionados anteriormente. La generalización de dichos mecanismos es digna de mención; durante la respuesta de estrés se ven afectados sistemas orgánicos al completo. En respuesta a un estímulo de estrés (ya sea una amenaza ambiental objetiva o una experiencia subjetiva, como un recuerdo traumático), se produce una reubicación absoluta de los recursos psicológicos. El cuerpo desvía recursos de sistemas no esenciales como la digestión, la inmunidad y la reproducción, hacia sistemas esenciales de supervivencia como la musculatura periférica, el sistema cardiovascular, la producción de insulina y el sistema respiratorio. Es necesario llevar a cabo más estudios para determinar qué mecanismos físicos, por sí mismos o en combinación con otros, pueden generar los efectos de reducción del trauma de EFT y de otras terapias de Psicología Energética.
Método
Los 11 participantes de este estudio cubrían un amplio espectro sociodemográfico. Sus edades oscilaban de los 26 a los 61 años, con cuatro mujeres y siete hombres. Habían servido en guerras desde Vietnam a la segunda guerra de Irak. Nueve eran veteranos, y para valorar el impacto del TEPT en los militares transferidos, 2 eran miembros de la familia de veteranos. Una era la madre de un veterano que también participaba en el estudio; otra, la esposa de un veterano que también participaba en el estudio. Las discapacidades físicas iban de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) a la osteoartritis; 2 de los participantes usaban sillas de ruedas de forma habitual.
Se evaluó el TEPT utilizando la PCL-M. Se valoraron los síntomas psicológicos empleando el cuestionario SA-45. El uso de una valoración multisintomática para afecciones concurrentes resulta de utilidad; según los datos del Departamento de Defensa, el 49% de las tropas de la Guardia Nacional, el 38% de las tropas del ejército y el 31% de los Marines manifestaron síntomas psicológicos tras el despliegue (Defense Health Board Task Force on Mental Health, 2007). Los participantes también completaron un diario del sueño durante 7 días y antes del tratamiento facilitaron una lista de problemas en sus propias palabras. Los participantes del estudio constituían una muestra de conveniencia extraída de candidatos que enviaron peticiones por correo electrónico a la página web de EFT, en respuesta a una llamada a veteranos con TEPT y a miembros de sus familias para recibir tratamiento en un formato de una semana intensiva.
Se evaluó a los sujetos un mes antes de empezar el estudio, al inicio del primer día de tratamiento, al final del último día de tratamiento, a los 30 y 90 días después del tratamiento, y al año del tratamiento. Las valoraciones incluían el SA-45 30 días antes, un diario del sueño una semana antes del tratamiento, un segundo SA-45 y una PCL-M al inicio del primer día del tratamiento, un tercer SA-45 y una segunda PCL-M al final del último día, un diario del sueño la semana siguiente, y PCL-Ms, diarios del sueño y SA-45s 30 días, 90 días y un año después. Un ayudante de investigación recopiló datos de calibración in situ, y datos previos y de seguimiento, por correo electrónico. Un estadístico independiente llevó a cabo todos los análisis en ciego y en otro lugar. No hubo abandonos en la muestra durante el periodo requerido de recopilación de los datos, de 90 días, aunque sólo 7 de los 11 individuos completaron el seguimiento opcional a un año.
La PCL-M es una herramienta de auto-valoración empleada por los militares para evaluar la gravedad del TEPT (Weathers, Linz, Herman, Huska, & Keane, 1993). Consta de 17 elementos. Los encuestados manifiestan en qué grado “les afectó dicho problema el mes pasado”. Una pregunta de la muestra sería: “El mes pasado, ¿cuánto le han afectado recuerdos, pensamientos o imágenes inquietantes y repetitivos, de una experiencia militar estresante?”. La valoración emplea una escala de 5 puntos que va del 1 (en absoluto) al 5 (muchísimo).
El SA-45 permite medir con rapidez los síntomas psicológicos con base en un grado de malestar. Se rige por una base de datos de 18.000 sujetos y emplea los mismos elementos, dominios de síntomas y estructura que el cuestionario SCL-90 (Lista de Comprobación de Síntomas), de 90 elementos. Se trata de una valoración de 45 preguntas. Se pide a los encuestados que puntúen cada elemento en una escala de gravedad del 1 (en absoluto) al 5 (muchísimo). Como en las mediciones primarias, el SA-45 tiene nueve subescalas, que miden:
Ansiedad: nerviosismo, tensión, pánico, aprensión.
Depresión: estar desanimado, desesperado, sentirse solo, baja autoestima, pérdida del interés por vivir.
Obsesivo-compulsivo: pensamientos, impulsos o acciones no deseados, pero a los que uno no se puede resistir.
Somatización: percepciones angustiosas de disfunciones corporales.
Ansiedad fóbica: miedo irracional a una persona, lugar, objeto o situación concretos.
Hostilidad: agresión, irritabilidad, rabia, resentimiento.
Sensibilidad interpersonal: sentirse inferior, cohibido.
Ideación paranoide: desconfiar de los demás.
Psicoticismo: pensamientos enfermizos, alucinaciones, creer en el control del pensamiento.
Aparte de estas subescalas, el SA-45 dispone de dos medidas de los problemas psicológicos generales. Una es el Índice Somático General o GSI, que mide el malestar psicológico general. El segundo, el Total de Síntomas Positivos o PST, mide la extensión de los síntomas, independientemente de su gravedad. Numerosos estudios han validado la fiabilidad del SA-45 (Davison et al; Maruish, 1999).
A menudo el insomnio está presente en el TEPT (Lamarche & De Koninck, 2007), por lo que los participantes completaron un diario del sueño durante 7 días, empezando la semana antes del tratamiento, y en momentos determinados subsiguientes. El diario del sueño contenía puntuaciones numéricas de la calidad del sueño, del número de ocasiones en que el sujeto de despertaba a lo largo de la noche, y la calidad de la función durante el día subsiguiente. Se recopilaron dichos datos en una única composición de puntuación de trastorno del sueño (SDS), que recogía del valor más bajo posible, 2 (pocos trastornos del sueño), al 60 (máximo de trastornos del sueño).
Estructura del tratamiento
Antes de iniciar el tratamiento, los participantes enviaron por correo electrónico al coordinador de la investigación su lista de problemas psicológicos conflictivos relacionados con el combate. El número de problemas iba del 4, número más bajo, al 30, el más alto. En su lista personal de problemas, los participantes también manifestaban sus síntomas físicos. Manifestaron problemas de diabetes, temblores, tinnitus, impotencia, abuso de dosis de medicación, artritis, gingivitis, sobrepeso, abuso de tabaco o alcohol, dolores de cabeza, herpes labial, desorden temporomandibular, diverticulitis, síndrome del intestino irritable, náuseas y dolor agudo. Los auto-informes psicológicos incluían desesperación, culpa, ira, ideas suicidas, paranoia, ansiedad, ataques de pánico, lapsos de memoria, resentimiento, pena, miedo y pesadillas.
Todos los participantes firmaron un formulario de consentimiento informado. EFT fue administrado por seis practicantes, que eran psicoterapeutas titulados o instructores formados personalmente en EFT por el fundador de la técnica, Gary Craig, que estaba presente. Se administró el método estándar de EFT descrito en El manual de EFT (Craig, 2008). Se grabaron las sesiones para evaluar la fidelidad del tratamiento, algo que valoró Craig diariamente. El periodo de tratamiento intensivo empezó con una reunión de grupo la noche previa a los primeros tratamientos de EFT. Los participantes recibieron una charla introductoria sobre EFT. El coordinador de la investigación calificó la actitud de los participantes durante esa noche introductoria de “negativa y escéptica”.
Los siguientes 5 días se siguió la misma rutina: cada mañana a las 8:30h los participantes se reunían con el practicante de EFT asignado. Revisaron su lista de problemas con el practicante, valoraron los progresos logrados respecto al día anterior con la puntuación SUD, identificaron cualquier nuevo problema o recuerdo traumático del combate que surgiera y definieron en qué querían centrarse al día siguiente. Entonces se les asignó un practicante y una sala. Las sesiones duraban unos 60 minutos y cada veterano recibía de dos a tres sesiones diarias, en función de la disponibilidad de los terapeutas y del problema del cliente. Cada practicante llevaba a cabo cuatro o cinco sesiones diarias. Los participantes también tenían la opción de pasar ratos en una gran sala pública en la que en ocasiones se administraba EFT, para que pudieran observar tratamientos, pero pocos ejercieron esta opción. Cada día la última sesión de tratamiento finalizaba a las 17:00h.
Cada día a partir de las 17:30h Craig se reunía durante unos 90 minutos con los seis practicantes de EFT, para revisar la fidelidad, y el grupo rellenaba un informe con los progresos de cada participante. De acuerdo con dicha valoración, se asignaban los participantes a un practicante concreto, para el día siguiente, teniendo en cuenta factores como la buena relación, la especialidad del practicante y la experiencia que tuviera éste con los problemas de los participantes.
Los practicantes manifestaron que aunque podían facilitar la resolución de la mayoría de traumas relacionados con el combate en el curso de los 5 días, no podían abordar el resto de problemas de la vida de los participantes. Uno de los participantes, por ejemplo, tenía problemas de abuso de sustancias, además de un grave trauma de combate; a causa de las restricciones de tiempo, el tratamiento se centró en el segundo problema, más que en el primero. Una minoría de los participantes redujeron a 0 sus puntuaciones SUD en todos sus traumas de combate y empezaron a añadir otros traumas no militares a su lista de problemas con los que trabajar a diario. Al final del estudio, se entregó a los participantes un DVD instructivo de EFT para casa. Las valoraciones se completaron la mañana del primer día y la tarde del último día. Se recopilaron otros datos de calibración enviando formularios a los participantes por correo electrónico, y estos los devolvieron por correo ordinario.
Resultados
Utilizando la PCL-M, se evaluó la puntuación del TEPT de los participantes antes y después del tratamiento, a los 30 y 90 días, y al año después del tratamiento. Se considera que una puntuación total de 50 en la PCL-M indica que se ha dado positivo en TEPT en las poblaciones militares (Centro Nacional para el TEPT, 2008). La puntuación más baja posible es de 17 y la más alta de 85. La puntuación media del grupo fue de 62. Tras el tratamiento, el promedio era de 23. A los 30 días, el promedio era de 32; de 33 a los 90 días y también al cabo de un año (Figura 1).
El SA-45 proporciona puntuaciones regladas para cada subescala. La figura 2 recoge los valores de la muestra por encima de lo normal en cada punto. La figura 3 refleja los valores de las dos escalas generales, indicando la extensión y gravedad de los síntomas.
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Figura 1. Cambios en las puntuaciones del Trastorno del Estrés Postraumático (TEPT) antes y después del tratamiento, y seguimientos
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Figura 2. Cambios en las puntuaciones de nueve afecciones psicológicas. Los datos de cada periodo de tiempo indican, de izquierda a derecha, las puntuaciones para la ansiedad, la depresión, etc.
Se analizaron los datos mediante un modelo linear generalizado (GLM) de análisis de varianza de medidas repetidas para cada subescala SA-45, las escalas acumulativas (GSI y TEPT), la PCL-M, y las puntuaciones del sueño (Figura 4). Se empleó el lambda multivariado de Wilks para establecer la importancia global de los modelos. Se llevaron a cabo tests posthoc de Tukey en los modelos estadísticamente significativos. Se eligió el análisis de medidas repetidas menos riguroso, por encima de enfoques más estrictos como el análisis de covarianza, dada la pequeñez de la muestra, la falta de un grupo comparativo, y la naturaleza exploratoria del estudio.
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Figura 3. Cambio en la gravedad y la extensión globales de los síntomas
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Figura 4. Calificaciones de trastorno de sueño
Los modelos GLM globales para las escalas acumulativas, todas las subescalas SA-45 excepto dos, y la PCL-M resultaron estadísticamente significativas (p <.01). Las escalas de hostilidad y de psicotismo resultaron escasamente significativas (p <.1). Se llevaron a cabo tests de seguimiento posthoc en todos los modelos significativos. Se halló una diferencia estadísticamente significativa entre el pre-test a los 30 días, la puntuación post-test, el post-test a los 30 días y a los 90 días, en todos los modelos. Además, se descubrió una diferencia estadísticamente significativa entre el pre-test y todas las puntuaciones post-test para el GSI, el PST, y las subescalas de la ansiedad, la somatización, la ansiedad fóbica y la sensibilidad interpersonal. Dichos beneficios se mantuvieron en los post-test a los 30 y 90 días en todas las subescalas, excepto en la de la somatización, como avala la falta de relevancia estadística entre las puntuaciones post-test y las de los 30 y 90 días. La mejoría en las puntuaciones de la subescala de somatización no se mantuvo en el seguimiento, como indica la relevancia estadística entre las puntuaciones post-test y las de los 30 y 90 días. Sin embargo, no se produjo un regreso a los niveles iniciales, lo que indica que en el seguimiento se mantuvo algún grado de mejora. Se detectaron mejorías en el resto de subescalas, de depresión, obsesiva-compulsiva, y de ideación paranoide, en el post-test, aunque no se mantuvieron de manera sistemática durante los post-test a los 30 y 90 días. En las subescalas obsesiva-compulsiva y de ideación paranoide, el post-test a los 30 días regresó al nivel pre-test, aunque mejoró ligeramente en el post-test a los 90 días. En el caso de la subescala de depresión, el post-test a los 90 días regresó al nivel pre-test. El análisis de medidas repetidas GLM para el PCL-M también resultó estadísticamente significativo, F(3,8) = 26.4, p <.001. Los tests Tukey posthoc pusieron de manifiesto una mejora estadísticamente significativa del pre-test al post-test, que se mantuvo en los post-test a los 30 y 90 días (véase la Tabla 1). Estaban disponibles los datos del sueño completos de 7 de los participantes. Se observó una tendencia en las puntuaciones del sueño, por la que la calidad del sueño mejoraba con el tiempo F(3,4) = 26,4 p <. 083).
Se obtuvieron datos del seguimiento a un año de 7 de los 11 participantes. Se realizaron test-t emparejados para establecer si las puntuaciones del SA-45, la PCL-M y el sueño en el seguimiento a un año habían regresado a los niveles del pre-test y del pre-test a los 30 días. Se presentan los resultados en las Tablas 2 y 3. Con la excepción de la subescala de hostilidad, todas las subescalas del SA-45 y los dos índices globales eran considerablemente inferiores respecto al nivel del pre-test a los 30 días. Asimismo, la mayoría de subescalas del SA-45 y de los dos índices globales eran considerablemente inferiores respecto al nivel pre-test. La hostilidad, la sensibilidad interpersonal y la paranoia eran inferiores; sin embargo, la diferencia no resultaba significativa desde el punto de vista estadístico. Además, la PCL-M era considerablemente inferior. No se halló diferencia estadísticamente significativa en cuanto al sueño. Estos hallazgos indican que los beneficios observados con el tratamiento de EFT se mantuvieron 1 año más tarde en estos 7 participantes.
Tabla 1. Promedios, desviación estándar y Pruebas de Significación para el SA-45 y la PCL-M
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NOTA: SA-45 = Symptom Assessment 45; PCL-M = Lista de Comprobación de Síntomas Militares del TEPT; tests Tukey posthoc: a>b, p<.05; c>d, p<.05; e
Tabla 2. Pre-test a los 30 días y seguimiento a un año. Promedios, desviación estándar y resultados de los -tests –t emparejados (N = 7)
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Tabla 3. Pre-test y seguimiento a un año. Promedios, desviación estándar y resultados de los tests-t emparejados (N = 7)
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Discusión
Se han empleado elementos de EFT como la reestructuración cognitiva y la terapia de exposición, para tratar los efectos del estrés del combate. A estas terapias ampliamente estudiadas, EFT y otras técnicas de Psicología Energética añaden el tapping, el tacto u otros impulsos somáticos que podrían reformar los procesos cognitivos que intervienen en la mejoría de los síntomas psicológicos. Dichos impulsos podrían también introducir información psicológica incongruente que, junto con un recuerdo traumático, podrían interrumpir la activación de lucha o huída del eje HPA (“Si realmente os persiguiera el enemigo, no estaríais ahí sentados, haciéndoos tapping en el cuerpo”).
Todavía quedan por probarse cuestiones tales como cuántos tratamientos de EFT resultan eficaces para el TEPT y con qué secuencia. Seis sesiones de terapia de EFT quincenales de una hora de duración han arrojado descensos positivos considerables en las puntuaciones de depresión, ansiedad y TEPT, así como descensos en los niveles de cortisol, una hormona primaria del estrés (Church, Genomilla & Dintel, 2009).
En un ensayo piloto aleatorio controlado de los niveles de cortisol en los pacientes normales que rememoran recuerdos emocionales, una única sesión de EFT de una hora de duración dio lugar a importantes descensos en los niveles de cortisol, en comparación con la psicoterapia o con la ausencia de tratamiento, lo que indica que EFT afecta de forma positiva la bioquímica del estrés (Church, 2008). El personal médico que emplea EFT en la Administración de Veteranos y en los hospitales militares, así como en los pacientes ambulatorios, manifiesta mejorías en los síntomas del TEPT (Proyecto del Estrés en los Veteranos de Irak, 2008). En una serie de estudios en los que se empleó EFT con veteranos de Vietnam e Irak, hombres y mujeres, Dintel (2008) registró descensos importantes en las puntuaciones de los participantes tanto en la PCL-M como en el SA-45, tras seis sesiones.
Un método potencialmente beneficioso de administrar EFT a los veteranos es el formato de grupos amplios. Un estudio de 216 trabajadores sanitarios que no recibieron tratamiento individual, sino que se auto-aplicaron EFT durante dos horas en grupos de 15 a 70 sujetos, arrojó descensos significativos inmediatos en el dolor físico, el deseo de sustancias adictivas, los niveles SUD, recuerdos traumáticos y síntomas psicológicos (p <.001), de acuerdo con el SA-45 (Church & Brooks, 2008). Dado que EFT dispone de resultados positivos medibles en la bioquímica del estrés y en los problemas psicológicos en un abanico de sesiones que va de las 2 horas al protocolo de 5 días que recoge este estudio, serán necesarias más pruebas de resultados de distintos protocolos de administración de EFT para establecer un estándar sólido basado en las pruebas para tratar a los veteranos con TEPT.
La escasez y la diversidad demográfica de la muestra hacen que resulte imposible generalizar los resultados de este estudio. La ausencia de un grupo de comparación limita todavía más la capacidad de concluir que los cambios positivos observados fueron el resultado del tratamiento, no un efecto placebo. Otras variables que podrían llevar a confusión son la regresión al medio, las características de la demanda del entorno terapéutico, los efectos de la novedad, efectos no específicos como la atención simpática y la presión implícita en los participantes para registrar mejoras. Además, las puntuaciones de los cuestionarios empleados en este estudio no constituyen un diagnóstico formal del TEPT, aunque algunos de los veteranos hayan sido objeto de dicho diagnóstico por parte de sus cuidadores primarios. El personal médico militar considera que las puntuaciones de tests estandardizados como la PCL-M sugieren más que diagnostican. Resulta preferible una entrevista estructurada con personal médico, empleando valoraciones como la Escala para el TEPT Administrada por el Clínico o la Versión de Entrevista de Escala de los Síntomas de TEPT.
La solidez de los beneficios de los participantes en el presente estudio se corresponde con otras investigaciones publicadas. Los sujetos de un estudio de EFT sobre la fobia realizado por Wells, Polgrase, Andrews, Carrington y Baker (2003) mantuvieron los beneficios logrados en un seguimiento a los 6 meses, mientras que otro estudio que empleó el SA-45 en una muestra de 102 individuos normales (Rowe, 2005) mostró mejoras a los 6 meses del tratamiento respecto a las puntuaciones de base del pre-test. Un análisis reciente de estudios previos de Psicología Energética publicados (Feinstein, 2008a) mostró que los beneficios se mantenían en todos los estudios que incluían una valoración del seguimiento. También se observaron mejoras a largo plazo en víctimas de trauma de áreas siniestradas tratadas con Psicología Energética (Feinstein, 2008b).
El grupo de este estudio era heterogéneo. Futuros estudios deberán estudiar a los miembros de las familias de militares por separado, para determinar el alcance del TEPT transmitido. Futuras investigaciones también deberían estudiar por separado los veteranos de Irak I (Operación Tormenta del Desierto) de los veteranos de Irak II (Operación Libertad para Irak), para establecer los efectos de EFT en cada grupo, especialmente en lo que concierne al efecto del paso del tiempo en la gravedad de los síntomas y a si los tratamientos resultan más o menos eficaces en traumas de origen reciente.
Futuros estudios deberían incluir también diagnósticos clínicos del TEPT, marcadores biológicos y exámenes médicos. Se han observado correlaciones entre el bienestar psicológico y los síntomas fisiológicos en muchos estudios, como el hallazgo reciente, en una población de 212 veteranos de Vietnam sanos, que un nivel elevado de ira, hostilidad y depresión incrementa los marcadores de riesgo de la proteína en las enfermedades vasculares (Boyle, Jackson & Suarez, 2007). Dichos factores de riesgo no disminuyen con el paso del tiempo; un estudio a gran escala halló importantes correlaciones entre los traumas emocionales no resueltos y enfermedades cardiacas, cáncer, diabetes e hipertensión, hasta 50 años después del trauma original (Felitti et al., 1998). La historia de uno de los participantes del estudio, un hombre de cincuenta y tantos años, ilustra los componentes somáticos perdurables de los recuerdos emocionalmente traumáticos:
Soy un veterano de Vietnam y padezco TEPT. En la Administración de Veteranos también me diagnosticaron un trastorno bipolar o maníaco-depresivo. Tengo pesadillas y pasé el año 1997 en hospitales e instituciones. Me medico para el trastorno bipolar; resulta difícil acceder a cualquier tratamiento alternativo en la Administración de Veteranos. Mi vida no era realmente estupenda, todo me resultaba un desafío. Cuando fui al encuentro de EFT, no sabía en qué me metía. Nunca había estado en la costa oeste, ni había subido a un avión, porque odio volar.
Uno de mis malos recuerdos de la Guerra de Vietnam estaba relacionado con un ataque enemigo en el que tuve que sacar cuerpos del fango. Hablé acerca de ello en el encuentro de EFT y la intensidad fue tan elevada que tuve que salir de la habitación, porque sentí que iba a vomitar. Después de aplicar EFT, puedo pensar en el mismo incidente sin sentir casi intensidad al respecto. Ya no forma parte de mis sueños. Es un tipo de libertad del que jamás creía que disfrutaría. También se han desvanecido otros recuerdos de guerra. El encuentro resultó extraordinario.
He practicado EFT desde entonces. Mi vida ha cambiado 110%. Una vez que empiezas a trabajar con EFT manejas las cosas de un modo totalmente distinto. Se produce un giro en todo, desde el sueño a las pesadillas, pasando incluso por los pensamientos suicidas. No puedo explicarlo. Ahora quiero ayudar a otros veteranos enseñándoles esta técnica. Volaré a donde haga falta para ayudar a otros veteranos con EFT.»
La experiencia de este participante, en que es capaz de descargar la intensidad emocional de un recuerdo de guerra que le provoca náuseas, es un caso recurrente en los estudios de EFT; cientos de ellos pueden encontrarse en la página web de EFT, www.eftuniverse.com. Cuando el veterano descubrió que podía manejar un problema emocional antiguo, los recuerdos de los cuerpos, estuvo en disposición de abordar un problema emocional desencadenante actual, su miedo a volar.
Algunos de los participantes se enfrentaron a obstáculos considerables al abandonar su entorno terapéutico y volver a su rutina familiar, como la pérdida de sus hogares y puestos de trabajo, dificultades a la hora de obtener medicación, o la bancarrota. El tratamiento se centró en los traumas relacionados con el combate; resultaba obvio para los terapeutas que los participantes sufrían otros traumas como abusos en la infancia, abusos sexuales y adicciones, pero tratarlos estaba fuera del alcance del protocolo de una semana de duración. Por ejemplo, un joven veterano de la guerra de Irak sentía un malestar considerable en relación con un padre abusivo, y aunque disminuyeron sus puntuaciones relacionadas con el trauma del combate, cuando volvió a casa tuvo, de inmediato, un grave conflicto con su padre. Un veterano de Vietnam experimentaba un elevado nivel de dolor físico, y tomaba altas dosis de medicamento para controlarlo. Antes de los 30 días de seguimiento, no recibió ningún envío anticipado de calmantes de la Administración de Veteranos oportunamente, por lo que completó su valoración sin que la medicación enmascarara su dolor, un efecto que sí estaba presente en los otros puntos de recopilación de datos. Estos factores sesgan la distribución de los datos en una muestra pequeña.
A causa de la elevada demanda de tratamientos eficaces para el TEPT en las sedes de la Administración de Veteranos, en los Centros para Veteranos, en los hospitales militares y en los centros de tratamiento ambulatorio de veteranos, diversos psiquiatras, trabajadores sociales y psicólogos de dichos lugares están empleando EFT (Proyecto del Estrés de los Veteranos de Irak, 2008). Dicho proyecto ha sido creado para centralizar la información sobre la investigación y la terapia, y para poner en contacto a los veteranos que deseen recibir tratamientos de Psicología Energética dentro del sistema de salud militar con los terapeutas que proporcionan dichos servicios. Asimismo, diversas bases militares emplean o estudian EFT de manera formal o informal para tratar el TEPT en poblaciones de veteranos que regresan de destinos de combate.
Las sesiones de EFT se parecen más al coaching personal que a la psicoterapia tradicional, en varios sentidos. Las sesiones no se centran en la derivación de un diagnóstico global o general por parte del terapeuta, a partir de una abstracción de las experiencias del cliente, sino que se centran en los incidentes específicos de la vida del cliente. Se hacen listas de los recuerdos traumáticos y se anota el nivel SUD de cada uno, antes y después de EFT. Como consecuencia, en lugar de medirse el progreso según las valoraciones del observador, se mide principalmente por los niveles de SUD que manifiesta el cliente. Normalmente el propio usuario se autoaplica EFT y se le dan tareas para hacer en casa. En lugar del diferencial de poder típico de la relación terapeuta-cliente, las sesiones de EFT se centran en la capacidad del cliente de reducir la gravedad del síntoma, lo que sugiere la posibilidad de futuros cambios positivos dirigidos por uno mismo. Se presta poca atención a las largas recapitulaciones de incidentes angustiosos; el foco se centra en reducir la intensidad de dichas historias en lugar de revisarlas detalladamente. Con EFT, ni siquiera hace falta que el cliente le cuente al practicante la naturaleza del incidente si el recuerdo podría despertar un malestar emocional; la puntuación SUD es suficiente para empezar el tratamiento.
La proporción terapeuta-cliente en este estudio era de 1 a 2, un terapeuta por cada dos clientes, y la estructura de tiempo, 5 días, o una semana laboral, resultaba un compromiso de tiempo importante. Sin embargo, vale la pena este compromiso de tiempo y dinero. Un estudio reciente que analizó el costo de tratar a veteranos de la guerra de Irak con TEPT puso de manifiesto que dicho tratamiento se pagaría en menos de dos años por la reducción de costos médicos y mortalidad en la sociedad (Tanielian & Jaycox, 2008). Si a resultas de los tratamientos intensivos se normalizan las puntuaciones de los veteranos con TEPT, los costos económicos y humanos justifican sobradamente dicho compromiso.
Conclusiones
EFT resulta prometedor en el tratamiento del TEPT. Este estudio examinó a un grupo de veteranos con TEPT y a miembros de sus familias, y tras 5 días de tratamiento diario con EFT las puntuaciones de las medidas militares estándar del TEPT del grupo ya no eran positivas. En el seguimiento a un año de dicho grupo se puso de manifiesto que los beneficios logrados se mantenían. Además, el tratamiento de EFT mejoró de forma considerable otras medidas concurrentes del malestar psicológico, como la ansiedad y la hostilidad. También disminuyeron en gran medida la extensión y la gravedad de los problemas psicológicos, y los beneficios se mantuvieron durante el seguimiento. Los resultados de este estudio no se pueden generalizar dada la pequeñez de la muestra, su heterogeneidad y la ausencia de un grupo de control. Los resultados se corresponden con otras investigaciones sobre EFT publicadas.
Aunque el protocolo de tratamiento intensivo de 5 días empleado en este estudio implica un compromiso considerable de recursos, la alternativa resultaría más costosa. Los costes médicos y económicos que suponen los afectados del TEPT a la sociedad, que de otro modo verían afectado su funcionamiento durante muchos más años, resultan sustanciales. Debe tomarse en cuenta el uso de EFT como tratamiento para el TEPT y las afecciones comórbidas en los veteranos y otras poblaciones de riesgo.
Nota del autor
Estos datos se presentan en el encuentro anual de la Association for Comprehensive Energy Psychology (ACEP), en Albuquerque, Nuevo Méjico, el 17 de mayo de 2008.
Agradecimientos
Muchas gracias a los terapeutas e instructores que trataron a los veteranos durante este proceso: Carol Look, Lindsay Kenny, Sophia Cayer, Lori Lorenz e Ingrid Dintel. Gracias a Gary Craig por poner en marcha este proyecto y a Tina Craig por gestionarlo. Gracias a Daniel Benor, MD, David Feinstein, PhD, Stephen Nagy, MD, Norman Shealy, MD, PhD, y John Freedom, por sus valiosas aportaciones en cuanto al diseño del estudio y los borradores de este artículo. Gracias a la analista de datos Audrey Brooks, PhD, y a Deborah Tribbey, que introdujeron los datos. Gracias a los terapeutas e instructores personales de la Administración de Veteranos del Proyecto del Estrés de los Veteranos de Irak (www.StressProject.org), por las aportaciones que realizaron algunos de ellos.
Declaración de conflicto de intereses
El autor afirma que no existen conflictos de intereses en cuanto a la autoría y/o publicación de este artículo.
Financiamiento
El autor no recibió apoyo financiero alguno para la investigación y/o autoría de este artículo.
Referencias
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Biografía
Dawson Church, PhD, director ejecutivo del Instituto de Medicina Epigenética, PO BOX 442, Fulton, CA95403, Estados Unidos.
Traducido por Eva Llobet Martí