Este interesante artículo de Sergi Abella demuestra cómo a veces nos podemos ver desbordados por las abreacciones del cliente. Al entrarle miedo de no poder manejar la situación, Sergi rápidamente buscó el apoyo de otro profesional quien le ayudó a volver a centrarse, permitiéndole estar para su cliente y lograr excelentes resultados. Tomen nota cómo Sergi utiliza re-encuadres y ‘mete en una caja’ las emociones abrumadoras del cliente. Advertencia: aunque estas reacciones extremas no son frecuentes, cuando ocurren son inesperadas – surgen sin aviso – y en un instante nos podemos ver en una situación delicada. Recomendamos si no tienes suficiente experiencia y conocimientos para manejar estas posibles situaciones no trabajes con otros. ¡No vayas donde no perteneces! Escribir a Sergi
Por Sergi Abella
Estudio de Caso – 29/12/2010
Nombre: Juan, 38 años,
Juan es mi vecino y después de trabajar en una sesión con sus 2 hijos por problemas de otitis, me comentó que le gustaría probar con una sesión de EFT para trabajar su baja auto-estima. Juan había realizado un taller de constelaciones familiares hacía unos 2 años por el mismo problema.
Detalles de la 1ª Sesión
Juan es una persona que exterioriza mucha tranquilidad, serenidad y saber estar, y eso es lo que me transmitió nada más llegar a mi despacho. Le expliqué en que consistía la técnica y cómo íbamos a trabajar. Le dije que su mente era como una gran sala con muchísimas emociones escritas en sus paredes y que gracias a la técnica, podíamos borrar las emociones negativas y escribir nuevas positivas.
Juan estaba muy predispuesto a liberarse de todo ese peso que llevaba en sus espaldas desde hacía muchísimos años.
Empezamos la sesión y fue curioso por que empezamos trabajando con un problema en la sangre de Juan. Me comentó que le faltaba una proteína en la sangre cuya función era la de coagular la misma y por eso, tuvo una trombosis hacia un tiempo en su pierna. Desde ese día se tenía que tomar una pastilla diariamente. Él no se acordaba del nombre de la proteína, así que empezamos la 1ª ronda generalizando:
“Aunque tenga esta falta de proteína en mi sangre, me acepto completa y profundamente.”
“Aunque tenga esta falta de proteína , cuya función es la de coagular mi sangre, me amo completa y profundamente.”
Terminamos la 1ª ronda completa utilizando las frases estándar y consiguiendo una relajación en Juan.
Juan se acordó, que en una visita al médico, le encontraron líquido en los pulmones, el cual relacionó con la trombosis. Él me comentó que no sentía ninguna emoción especial al recordar ese momento. Consideré que era importante trabajarlo ya que lo comentó.
“Aunque me encontraron líquido en los pulmones y yo lo relacioné con mi trombosis, me amo completa y profundamente.”
Trabajamos esta secuencia utilizando el “atajo” y usando las frases estándar. Al terminar la 2ª ronda, Juan se sentía flotar y tenía una sonrisa de oreja a oreja. Le pregunté qué sentía al recordar su líquido en los pulmones y el me contestó: “¿Que liquido?”
Posteriormente me comentó que ahora notaba un peso en sus cervicales, lo notaba como un 7 en la escala del 0 al 10.
“Aunque tengo este peso en mis cervicales…”
Después de hacer la ronda usando el atajo, su sensación de peso en el cuello había descendido a 0.
Juan me comentó que ahora tenía una relajación total de brazos y que oía un sonido agudo intermitente en su oído izquierdo y lo oía con una intensidad del 4.
Después de hacer una ronda “atajo y barrido” la intensidad del sonido seguía en un 4 y apareció en Juan un sentimiento muy grande de tristeza.
Con lágrimas en sus ojos empezamos una nueva ronda trabajando esa “enorme tristeza”. Debido al estado en que se encontraba Juan, decidí hacerle tapping directamente trabajando ese enorme sentimiento de tristeza.
Al acabar la ronda, Juan se levantó de la silla siendo una “bomba atómica” incontrolable de emociones; lágrimas, escalofríos, garganta seca, rabia, tics nerviosos, odio, irritación, pérdida de memoria y fuertes expiraciones fueron algunos de los síntomas que padeció Juan durante los siguientes 90 minutos aprox.
Durante ese tiempo, y como era imposible hacerle tapping directo a Juan, intentaba calmarle haciéndome tapping a mi. Al pasar unos 20 minutos y no conseguirlo, decidí pedir ayuda por teléfono a una gran profesional de EFT. Después de asegurarse que no procedía llevarle a una sala de emergencia o llamar a un médico, ella me ayudó muchísimo en esos momentos desconcertantes, consiguiendo que volviera a centrarme en la sesión con Juan y como ella dijo “seguir mi intuición.”
Continuamos la sesión con Juan y por fin salió a la luz la raíz de sus problemas emocionales. Él nunca se había sentido querido ni amado por su madre. Toda esa profunda tristeza la arrastraba consigo desde pequeño. Él veía a su madre como una “mala madre” y Juan se culpaba a si mismo por no haber sido lo suficientemente valiente y haber tomado una seria decisión al respecto durante su vida. La relación de su mujer con su madre también era malísima y él se veía a menudo entre la espada y la pared. Sabiendo el asunto raíz, trabajamos el re-encuadre:
“Aunque pienso que mi madre es una ”mala madre” quizás ella lo ha hecho lo mejor que ha sabido.”
“Aunque ha sido una mala madre, no lo ha sabido hacer mejor.”
Juan iba repitiendo las frases y me decía que era imposible que su madre no se diera cuenta, así que empezamos a trabajar el perdón:
“Aunque era imposible que mi madre no se diera cuenta del daño que me hacía, lo hacía lo mejor que podía.”
“A pesar de que mi madre me hizo mucho daño, en el fondo, hacía lo que creía mejor para mi.”
“A pesar de que mi madre me ha hecho mucho daño durante mi vida, quiero perdonarla.”
A pesar de la ira de Juan hacia su madre, él quería perdonarla.
Juan seguía en su estado de “ trance” y al cabo de un buen rato, conseguí que Juan me prestara atención y rápidamente hicimos otra ronda:
“Aunque tengo todas estas emociones negativas incontrolables, decido meterlas en una caja y olvidarme de ellas.”
“Aunque no puedo controlar estas emociones que me hacen daño, decido meterlas en una caja de madera y enterrarlas bien profundamente.”
“Decido meter en esta caja todas estas emociones negativas y quedarme solo con las emociones beneficiosas para mi.”
Al terminar la ronda, Juan estaba mucho más calmado y poco a poco volvió a su estado emocional normal.
Pasados unos 30 minutos, y aún con las emociones revoloteando por su cabeza, me comentó que se sentía un hombre nuevo, que tenía la mente despejada como nunca y que me estaba muy agradecido por la sesión.
Pasados unos días, Juan me comentó que tenia mucha más seguridad en si mismo y que se sentía mucho más alegre, ahora veía las cosas de otra manera. Quiere liberar más emociones en siguientes sesiones.
Después de hablar con Juan 30 días después, me comentó que está muy contento. Unos días antes había tenido una buena charla con su madre en la que le dijo todo lo que le hubiera gustado decirle en todos esos años pasados. Me comentó que se lo dijo con mucha seguridad y tranquilidad. Juan me describió el encuentro con su madre de la siguiente manera: “era como si el encuentro y la charla con mi madre, estuviera pasando en un estadio y yo fuera un espectador.”
Sergi Abella