Ryan Harrison nos ofrece una forma muy práctica de introducir EFT en circunstancias en las que el cliente insiste en realizar una terapia de conversación convencional. Todo practicante de EFT experimentado sabe que «hacer tapping mientras se habla», una versión de nuestra Técnica de Contar la Historia, resulta mucho más útil que simplemente hablar. Ryan nos proporciona todavía más pruebas de ello, así como algunas formas interesantes de llevarlo a cabo. Observad que en uno de sus métodos también emplea el tapping en sustitución.
Por Ryan N. Harrison, MA, HHP, NC, EFT-ADV
Hola Gary —
Sé que acabo de mandarte mi idea acerca del Turbo Tapping, pero debo decirte que recientemente he estado experimentando con EFT y estoy descubriendo un montón de cosas maravillosas y nuevas. Lo que voy a contarte hoy es algo que puede que ya esté ahí fuera pero, si no es el caso… ¡bueno, debería estarlo!
A menudo, los clientes que vienen a verme esperan recibir una sesión habitual de “terapia de conversación». En ocasiones, por mucho que intente ampliar sus miras, el cliente sólo quiere hablar. Tiempo. Bueno, creo firmemente que las personas saben en realidad lo que necesitan –aunque sólo sea a nivel subconsciente–, así que he empezado a relajarme en mi papel de escuchar. Aún así, me las he ingeniado para introducir EFT en dicha situación, de dos formas:
1. Hacer que el cliente haga tapping mientras habla; o bien
2. Hacer tapping en su lugar mientras hablan.
En el primer caso, me limito a pedirles que hagan tapping conmigo mientras hablan, para abordar aquello que les exige tanto tiempo y energía. Hago tapping y paso de un punto al otro, y ellos me siguen. Continúo haciéndolo, todo el rato, escucho, y les hago preguntas, asiento o les apoyo cuando es necesario.
Primer ejemplo
Una de mis clientas vino a verme para realizar una sesión completamente fuera de lo común, a causa de un enfrentamiento con una compañera de trabajo con la que tenía muchísimos problemas: celos, competitividad, pasando por sentimientos de amistad y cierto sentido ambivalente de hermandad. En el pasado, nos habíamos centrado en algunas de estas cuestiones y siempre se había producido un cambio. Sin embargo, en esta ocasión, mi cliente prácticamente me pidió que me limitara a “dejarla hablar”. (¡De hecho, literalmente me pidió que la dejara “compadecerse de sí misma”!)
Le dije que me parecía bien, por ese día, siempre que hiciera tapping conmigo mientras se desahogaba. Estuvo de acuerdo, y empezamos a hacer tapping, pasando de un punto a otro, mientras ella recorría una interminable historia sobre la relación con su compañera de trabajo.
Unos 50 minutos más tarde, y de forma bastante abrupta, suspiró y dijo que creía haber terminado. Sonreí y le pregunté cómo se sentía. De repente, pareció asustarse bastante y dijo: «¡Oh Dios mío – me siento bien!» No se lo podía creer, porque normalmente tiende a obsesionarse con este tipo de cuestiones durante días y días. Le sugerí que el tapping que habíamos hecho mientras hablaba había suavizado parte de la energía que perturbaba su sistema, en relación con estas cuestiones. Volvió al trabajo sintiéndose mucho mejor consigo misma y con su situación, y más tarde me llamó para contarme que el problema con su compañera se había solucionado más rápida y fácilmente que nunca.
Cuando hago tapping POR un cliente, suelo pedirle permiso. Entonces me limito a empezar a hacer tapping de forma suave y sutil – los movimientos resultan algo más lentos y distraen en menor medida que cuando estoy haciendo tapping con alguien.
Segundo ejemplo
Vino a verme otra clienta que se sentía totalmente desequilibrada. Incluso trajo a su perro, y se sentía mal por ello, ya que cuando pidió cita había olvidado que la mujer de la limpieza iba a ir a su casa y no podía dejar el perro allí durante tanto tiempo. Se trataba de una más de las complicaciones que se habían producido recientemente en su vida, por lo que pronto la sesión se convirtió en algo parecido a una «terapia de conversación», ya que mi clienta en realidad sólo quería procesarlo todo verbalmente.
Cuando se sumergió en su historia, inmediatamente, empecé a hacer tapping, de forma sutil, mientras la escuchaba, poniéndome en su lugar, imaginándome que era ella. Hizo una pausa en su relato y me preguntó: «¿Estás haciendo tapping por mí, verdad?» Sonreí, respondí afirmativamente y le pregunté si le parecía bien. Asintió y luego continuó con su historia.
Hice este tapping en sustitución durante más de media hora, escuchando de forma activa y poniendo mi intención en su sanación. Finalmente, cuando terminó, le pregunté cómo se sentía y respondió que estaba sorprendida porque se sentía muchísimo mejor. «¡Normalmente, hablar de las cosas me deja exhausta o me enciende aún más!» Le sugerí que probablemente el tapping en sustitución había resultado de ayuda y entonces hablamos un poco acerca del poder de la intención.
Se marchó mucho más centrada y preparada para su día.
Así que, Gary, sólo quiero decir que me ENCANTA poder utilizar EFT en cada situación. Me sorprende todo el tiempo por lo eficaz que resulta en una gama tan amplia de situaciones.
Un saludo afectuoso,
Ryan Harrison
Traducido por Eva Llobet Martí