Por Margarida Costa – desde Portugal
traducido por Maria del Mar Rodríguez
Escribe a Margarida: [email protected]
Mi nombre es Margarida y estoy trabajando en una industria farmacéutica en una aldea de 2000 habitantes en Portugal. Un día una cliente vino a pedirme ayuda porque había cogido un cuchillo de cocina para matar a su hijo. Lo odiaba profundamente porque le había pegado a ella porque tenía celos de su pareja y ella había acabado en el hospital bastante maltrecha.
Después de eso la relación fue difícil.
El día que vino a verme estaba muy nerviosa y quería fármacos para calmarse. Le sugerí hacer un tratamiento de EFT conmigo y ella aceptó.
Comenzamos por identificar las emociones odio y rabia y marcó la intensidad en diez. Tratamos cada emoción por separado, lloró mucho e hicimos varias rondas. Llegó un momento en que no bajaba de 4 y le pregunté entonces cuál era el color de sus emociones. Ella dijo que negro, todo oscuro. Tratamos el color y llegamos a 0.
Al final le pedí que imaginara al hijo y que describiera lo que veía y sentía. Ella dijo que sólo veía y sentía amor.
Todavía sigo ayudando a la misma madre que sufrió violencia doméstica 18 años. Tiene ahora 42 años.
Margarida Costa
Formada en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Coimbra, Portugal es especialista en Homeopatía por el CEDH escuela francesa, Maestra de Reiki por la Asociación Portuguesa de Reiki y formada en los niveles 1 y 2 de EFT.