Este artículo fue escritor por un asesor escolar quien descubrió EFT en una conferencia sobre terapias energéticas, y tuvo la oportunidad de usarla con cuatro alumnos. Sus resultados son alentadores, sobre todo al considerar los beneficios de limpiar asuntos emocionales intensos a tan temprana edad.
(El nombre del autor se ha suprimido por confidencialidad)
Hace dos semanas, atendí por primera vez en mi vida una conferencia de terapias con energía; incluía EFT y me pareció la más fácil de usar con cualquiera, incluso con niños.
Trabajo en el entorno escolar y he tenido ocasión de usar EFT con cuatro alumnos.
El alumno 1, que está en segundo, tenía pesadillas e imágenes intrusivas respecto a un incidente con un cuchillo. Clasificó su rabia en 10 en la escala de SUDS (escala de unidades subjetivas de malestar), la cual permaneció sin cambios tras la primera secuencia de tapping.
Descendió a cinco después de la segunda secuencia; se redujo a uno tras la tercera secuencia, y a cero tras la cuarta. Ayer realicé un seguimiento con él y su rabia sigue a cero. Mencionó que había tenido un par de sueños en los que le perseguían (los problemas anteriores tenían relación con su hermano), por lo que le pregunté si querría trabajar en ello, pero rehusó la oferta.
El alumno 2, que está en octavo, ha tenido que pasar por una variedad de asuntos dolorosos y muestra mal comportamiento en clase, además de tener dificultades con sus estudios. Identificó la tensión como su principal dificultad, y conseguimos reducirla de 8 a 0 con tres secuencias de tapping. Ayer hablé con él y me dijo que su tensión sigue en cero. Informa que se siente mejor, que su comportamiento ha mejorado y sus notas también. Me contó que durante una de las clases se sentía particularmente frustrado y decidió hacerse tapping en el pecho y manos, tras lo cual sintió que su frustración se redujo y sus niveles de energía aumentaron.
El alumno 3, que está en tercero, ha tenido dificultad en asimilar el divorcio de sus padres, y debido a su rabia ha estado siendo agresivo con su hermano menor. Cuando tuvimos la cita su nivel de rabia era de cinco, y la redujimos a cero con una secuencia de tapping. Hablé con su madre para explicarle lo que hicimos y ella me pidió que escribiese la secuencia en un papel para que ella le pudiese ayudar en casa. Lo vi ayer y su rabia sigue siendo cero.
El alumno 4, que está en octavo, ha tenido que tratar con una gran variedad de asuntos en casa y tiene tendencia a encolerizarse cuando conecta con su rabia. Ayer clasificó su rabia en 8; después de la primera secuencia de tapping se redujo a 4; tras la segundo secuencia le pedí que la clasificase y su única respuesta fue: «No sé». Mi impresión, y la del otro maestro que estaba en la sala, fue que seguramente se había reducido a uno o cero, por lo que el alumno no fue capaz de conectar con la emoción. Durante la segunda secuencia de tapping, el volumen de su voz descendió y todo su cuerpo pareció relajarse.
Por motivos de confidencialidad, te agradecería que me menciones sólo como asesor escolar, sin usar mi nombre o iniciales.
Asesor escolar
Traducido por Ana Saval-Badía Escribir a Ana