En este detallado artículo, José Fernando Leyva Cueva de Chiclayo, Perú, nos comparte cómo ayudó a una niña de 4 años sanar un trastorno pos-traumático causado por el terrible terremoto que ocurrió en agosto del 2007. Introduce EFT en forma de juego y dibujos que permiten a la pequeña liberarse de su trauma. Escribir a José Fernando y visitar su sitio web.
Por José Fernando Leyva Cueva
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas,
de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Mario Benedetti
Desde hace más o menos 20 años a esta parte, se han ido desarrollando y perfeccionando técnicas basadas en enfoques novedosas, como la neurofisiología y la psicología de la energía, que buscan aliviar el trauma psicológico en un tiempo bastante breve, reduciendo costos y sufrimiento psicológico. Las Técnicas de Liberación Emocional, (EFT por sus siglas en inglés Emotional Freedom Techniques) desde su surgimiento por el año de 1991 de la mano del ingeniero norteamericano Gary Craig, suele invitar tendenciosamente a su práctica debido a los beneficios que ofrece, entre otras cosas, en palabras del mismo creador, “suele funcionar en donde nada ha podido”. A pesar de su corta historia EFT está teniendo ya una gran aceptación entre psicólogos, doctores, profesores y otras carreras en todo el mundo, aunque especialmente en EEUU y Reino Unido, que mediante sus páginas web, proporcionan una auténtica base de datos sobre casos reportados por practicantes de todo el mundo en las más diversas temáticas.
Tuve la oportunidad y el privilegio de conocer EFT en el año 2007, justo en el momento cuando iniciaba mis prácticas pre-profesionales en una ONG fuera de mi ciudad. Desde ese tiempo EFT se volvió en una de mis herramientas más útiles. Aún recuerdo el primer caso (digamos el segundo, el primer caso fui yo), cómo no recordar a la pequeña “Andrea”.
El 15 de agosto de 2007 quedará grabado en la memoria de la mayoría de los Peruanos, de lo que no hay duda es que este mismo recuerdo ha quedado grabado, con plena certeza, en la memoria de todas las personas que vivieron este incidente in situ. Un terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter destruyó casas, edificios, carreteras; por no decir poco, destruyó el Distrito de Pisco por completo pero, sobre todo la vida de cientos de personas y las posibilidades de una vida saludable de miles. Andrea, con tan sólo sus 4 años fue una de las víctimas del terremoto.
Andrea acude a la consulta acompañada de su madre, quien refiere: “Andrea no quiere regresar a casa por miedo al terremoto”. Andrea y su madre habían viajado 15 horas para visitar a unos familiares en la ciudad donde me encontraba trabajando.
A Andrea definitivamente no le caía en gracia estar con un señor que le llamaban psicólogo. Durante las sesiones permanecía en absoluto silencio escondiéndose en los brazos de su madre, quien constantemente la animaba a hablar. Así permaneció durante las 3 primeras sesiones, las cuales se orientaron a la recopilación de información y diagnóstico. Si bien es cierto las Técnicas de Liberación Emocional EFT no necesitan un diagnóstico precisamente, opté por hacerlo debido a que hasta ese momento no me sentía animado a aplicarlo.
La madre de Andrea refiere que la niña había comenzado a tener conductas regresivas no propias para su edad actual, las cuales ya había superado, como chuparse los dedos u otros objetos, orinarse en la cama, dependencia de la madre para comer o cambiarse de ropa, así como temor a dormir sola. De igual manera había empezado a comportarse más irritable con sus primos y su propia madre, sus conversaciones y juegos giraban en torno al evento del terremoto, el horario para dormir había variado y por lo menos dos veces a la semana se despertaba teniendo pesadillas. Teniendo en cuenta la temporalidad y la sintomatología señalada el diagnóstico apunta a un Trastorno de estrés postraumático.
Resumen del tratamiento de Andrea
Resulta que por “coincidencia de la vida” todo ese mes estaba atendiendo a niños con diferentes dificultades, así que decidí invitar a todos mis pequeños pacientes para realizar una sesión taller de autoestima cuyo objetivo principal era favorecer la relación terapéutica con Andrea. Al comienzo nada parecía favorecer la relación, se contaron alegorías, se hicieron dinámicas, pero fue hasta que hicimos el juego “Ritmo Ritmo Agogo” que Andrea dijo su primera palabra. Andrea poco a poco mostraba mayor cercanía.
Se explicó a la madre en qué consistía el tratamiento con EFT. La madre dio la aprobación y disposición para participar del tratamiento.
En la siguiente sesión el “tapping” formó parte de un juego entre Andrea, su madre y mi persona. Para mantener el campo del pensamiento focalizado en el hecho se pidió a Andrea que dibujara lo que sucedió el día del terremoto. En el dibujo Andrea representa dos casas, las cuales, señala, se están moviendo. “En esta casa (inferior) se encuentran mi mamá, mis tías y yo, la casa se mueve y están gritando. En la otra casa está mi papá solito en Lima triste, también se está moviendo su casa”. Andrea comentó que sentía miedo cuando veía la imagen o recordaba el hecho. Para medir el SUD (Escala subjetiva de perturbación) se pidió que señalara el “tamaño” de su miedo con sus manos, muy separadas entre sí significaba “mucho miedo”, las manos juntas significaba “nada” de miedo. El miedo de Andrea abarcaba la totalidad de la extensión de sus manos (“mucho miedo”).
Durante dos sesiones, cada 7 días, se aplicó EFT. Se pedía a la niña que observara el dibujo mientras que la madre y yo la acompañábamos con la aplicación. Entre sesiones se pidió a la madre que aplicara EFT pensando en el temor de su hija 3 veces al día (beneficio por sustitución), para ello se le brindó una “receta” en donde se señalaba los puntos que se debe de estimular.
Resultados del tratamiento
Luego de dos sesiones de tratamiento se pidió a Andrea valorar nuevamente su miedo. Con una sonrisa en su rostro juntó sus manos. La madre reportó que Andrea se sentía motivada a regresar a Lima y visitar a su padre. Las pesadillas disminuyeron significativamente, su carácter dejó de ser irritable y se mostraba más independiente.
En una tercera sesión, le pedí a Andrea que dibujara nuevamente lo que había sucedido el día del terremoto (Fig. 2). Andrea dibujó dos casas igual que en el anterior dibujo y contó lo siguiente: “Las casas ya no se mueven feo, abajo está la casa de mi tía, mi mamá mis tías y yo estamos saliendo. En la casa de arriba está mi papá solito, su casa tampoco se mueve, pronto lo voy a ir a ver”.
La diferencia entre el primer y el segundo dibujo se refleja principalmente en la adhesión de las paredes, el rostro de los miembros y la “libertad”. Andrea se dibuja como la más sonriente.
Volví a ver a Andrea un mes después, me contó lo bien que la había pasado en Lima en compañía de su padre.
José Fernando Leyva Cueva
Licenciado en Psicología
Director Instituto Peruano de Psicología Activa
Instructor Brain Gym© Internacional
Facilitador Avanzado AHEFT