¡Hola!
Los amantes de animales tendrán mucho interés en estas tres aplicaciones para perros relatadas por Deborah Miller (desde México).
Por Deborah Miller, Ph.D.
Gary, soy una amante de los animales, así que el usar EFT con ellos fue un paso sencillo por el uso de EFT en mi vida. Encuentro que los perros son muy sensibles y aceptan muy bien EFT. De hecho, a menudo los encuentro echados en mi falda de lo bien que se sienten. He incluido tres ejemplos de cómo he utilizado EFT con perros.
Namaste,
Deborah Miller, Ph.D.
Mi labrador chocolate Figo y los fuegos artificiales
Me encanta usar EFT en cualquier tema imaginable con todo lo que rodea. Los perros siempre han sido parte de mi vida y ahora tengo un labrador chocolate llamado Figo. He usado EFT en Figo en varios temas, pero principalmente sobre su principal problema, los fuegos artificiales. Vivimos en México y como tenemos fuegos artificiales casi a diario, podemos practicar mucho con EFT.
Yo hago una versión simplificada en el procedimiento de EFT. Básicamente, uso solamente los puntos de los ojos, lo que corresponde a las cejas, el costado de los ojos, y debajo del ojo. La mayoría de las veces uso solamente el punto correspondiente al costado del ojo. Es conveniente, y a Figo le gusta. A menudo se apoya en mi mano y cierra sus ojos.
Para los fuegos artificiales, le hago tapping en esos puntos mientras le hablo. Por ejemplo, le digo…
Estás bien, estás a salvo. Es solamente un ruido. No te hacen daño. Yo sé que percibes más sonido que yo, pero estás bien de todas maneras. Puedes quitar el miedo. Estás a salvo. Lo que sea que te recuerda que te causa miedo, puedes soltarlo. Déjalo ir. Estás calmado y relajado. Aun cuando hay ruido de los fuegos artificiales, estás calmado. Te sientas cerca de mí. Duermes. Comes y juegas normalmente. Actúas como si no existieran.
Y así sucesivamente. También le he hecho tapping con visualización ya que los comunicadores de animales dicen que los animales entienden mejor los símbolos que las palabras. Le hago tapping en los puntos mientras imagino escenas de Figo estando calmado y relajado aun cuando los fuegos artificiales estén cerca y muy ruidosos; o de estar jugando e ignorando completamente los sonidos; o durmiendo a mi lado completamente calmado mientras los fuegos hacen ruido en los alrededores.
Ha tomado tiempo, tal vez un año de tapping, pero Figo está ahora mucho más calmado ante la presencia de los fuegos. Anteriormente, se subía en el sofá, o se sentaba encima de mí (una experiencia no muy agradable con un perro grande), o se escondía. Todavía no le gusta el sonido de los fuegos artificiales, pero en lugar de volverse loco de miedo, viene y se sienta cerca de mí. Es un verdadero alivio.
Calmando a Jack, el doberman del vecino
Mis vecinos tienen un doberman llamado Jack que en realidad le tiene miedo a todo pero su reacción es ser muy agresivo. Solía morder a la señora que limpia, a la gente que transitaba cerca de él, y así. Cuando me mudé a esta localización, tenía que pasar frente a él regularmente, lo cual no era muy placentero. Después de un tiempo me di cuenta que él tenía miedo y tomó tiempo hacerme de su amistad (con la ayuda de alguna comida). Llegamos al punto de que podía hablarle, acariciarlo y sentirme cómoda a su alrededor. Pero, siendo un doberman, siempre había la posibilidad que me atacase, y lo hizo tres veces.
Un día decidí hacerle EFT. Lo llamaba y le hacía tapping por no más de 15-30 segundos. Le decía:
Estás bien. No necesitas tener miedo. Somos vecinos. No tienes que pelear con los perros vecinos. Estás a salvo. Si quieres puedes aprender a jugar.
De vez en cuando, solía hacer esto cuando pasaba frente a él. Dudo haberlo hecho más de diez veces. El cambio fue dramático. Ahora está más amigable, tranquilo, y hasta busca atención. Otro vecino comentó que Jack estaba más amistoso sin saber que le había hecho tapping. Es un alivio verlo más calmado y feliz, y más seguro para nosotros.
Haciéndole tapping a Fidi para una vieja herida que no quería sanar
Fui a visitar unos amigos y su viejo perro Fidi estaba cojeando. Su pata delantera estaba hinchada e infectada. Me dijeron que el veterinario lo había estado tratando por mucho tiempo pero la herida no sanaba. El veterinario no sabía la razón. La herida se había puesto tan mal que el mismo veterinario había sugerido amputarle la pata. Mi amiga decidió no hacerlo ya que Fidi estaba muy viejo ya. Así que Fidi caminaba en tres patas, cojeando. Solía lamerse la herida como si le molestase.
Les pregunté a mis amigos si podía hacerle EFT a Fidi mientras estaba visitándolos. Estuvieron de acuerdo ya que nada mas estaba funcionando.
Inicié el tapping en los puntos de los ojos. Decidí hacerle tapping sobre los aspectos físicos de la infección…
El dolor. La molestia. Luego decidí hacerle tapping en ser un buen muchacho. El hizo bien su trabajo de proteger a la familia. No tiene por qué sufrir. Aun si su familia no le hacía saber que había hecho un buen trabajo, ellos lo sabían. El había hecho un buen trabajo. Aun si lo había mordido un escorpión o una serpiente defendiéndolos y ellos no lo sabían, pero el había hecho un buen trabajo. Es un perro mexicano, pero no tiene por qué sufrir. (Muchos perros mexicanos son perros callejeros y aunque hoy en día se les trata mejor que antes, todavía hay muchos que sufren). Se te quiere y aprecia. Aunque ya estás viejo, eres un buen protector. Eres un buen perro.
Hice tapping para que la infección interna sanase y saliese como agua. No importa si no sabemos lo que es, puede sanar. Tienes libertad para sanar. Está bien sanar. Tus células saben como sanar y pueden hacerlo fácilmente.
A Fidi le gustó el tapping. Después de la primera sesión se sentaba a mi lado aparentemente esperando más tapping. Se apoyaba en mis manos, e iba de estar sentado, a acostado, a dormido. Luego de dos sesiones de tapping, decidió que yo era su terapeuta (ayudante), y cada vez que yo iba de visita, ponía su cabeza en mis manos. La hacía tapping cada vez que me era posible y a veces le hacía tapping a distancia. Las sesiones duraban de unos segundos a varios minutos.
Después de la primera sesión, empezó a apoyarse tiernamente en su pata. Después de la segunda, empezó a caminar ligeramente con la pata. La hinchazón bajó un tanto, pero estaba aun presente. Durante los pocos días de mi visita, empezó a caminar más y más con su pata. Me encantó verlo.
Cuando me fui, continué haciéndole tapping a distancia. Me dijeron que Fidi se recuperó completamente. Aparentemente los perros también se aferran a sus dolores y heridas y el tapping puede permitirles liberarse y sanar aun si no podemos identificar la causa.
Deborah Miller, Ph.D.
Traducido por Leopoldo Proano, EFT-ADV – Escribir a Leo