Grace DaSilva-Hill extiende un poco de amor mediante esta historia en la que usó EFT en sustitución para facilitar, con gentileza, la muerte de su amiga de edad avanzada.

Por Grace DaSilva-Hill

Este evento de EFT involucró a una dama italiana de edad avanzada, a quien llamaré Mary.

Conocí a Mary mientras paseábamos a nuestros perros en el parque. Tenía ochenta y tantos años y su familia significaba mucho para ella. Mary enfermó gravemente el año pasado y estaba internada en un hospital. Un día, su hija me llamó pidiendo mi ayuda, porque su madre estaba muriendo – una muerte lenta y dolorosa.

Accedí a visitar a Mary en el hospital. Me percaté de que en verdad Mary estaba muriendo. Pero me daba pena observar la dificultad que tenía para respirar. Estaba semiconsciente. También me di cuenta de que el asunto que la retenía era el temor a separarse de su familia, quienes estaban alrededor de ella en el cuarto.

Con el permiso de la hija de Mary, ofrecí hacer un poco de EFT en sustitución. Acababa de llegar de Manchester, donde había aprendido EFT en sustitución con Gary. Salí del cuarto acompañada de otra amistad mutua que hablaba italiano.

De pie en una esquina del pasillo del hospital hicimos EFT juntas, yo en inglés y mi amiga en italiano –y dijimos: “Aún cuando tengo miedo de separarme de mi familia, me amo y me acepto total y completamente”. Hicimos dos rondas de EFT, y luego regresamos al cuarto donde estaba Mary con su familia.

La transformación fue una experiencia que me provocó la mayor humildad. Después de diez minutos de EFT, la respiración de Mary se había hecho más lenta, y dejó de respirar suave y despacio, mostrándose apacible con su familia a su alrededor. La hija de Mary me llamó dos días después para agradecerme por EFT, aunque yo era quien estaba muy agradecida por haber tenido una experiencia tan especial y que me provocaba tanta humildad.

Esta fue la primera vez que hice EFT en sustitución y nunca la olvidaré.

Con amor, respeto y gratitud,

Grace DaSilva-Hill

Traducido por Ana Paula Aguirre Hall – Escribir a Ana Paula