Ryan Kurczak condujo un taller de EFT y posteriormente recibió una bella carta de una de sus estudiantes respecto a su uso de EFT en un niño con autismo.
Por Susan McKinley
Estimado Gary:
El siguiente es un correo de una amiga que tomó una clase de EFT 1 que presenté en una institución de salud mental el verano pasado. Cuando leía su reciente relato respecto al éxito con EFT, supe que más gente necesitaría leerlo. Ella me dio permiso para compartirlo contigo para que otros pudiesen leerlo en el boletín de EFT. Espero que consideres que vale la pena incluirlo. Siento que es un magnífico testamento de cómo una técnica tan simple puede tener un efecto tan profundo en la vida de una persona.
El niño respecto al que ella escribe está en cuarto grado, con un diagnóstico de autismo y desorden opositor-desafiante. La prueba estatal es un examen escrito.
Esta es la carta de Susan.
Acabo de trabajar con un niño de mi clase. Me crucé con él en el pasillo cuando se dirigía a clase y me dio un abrazo y me dijo «Buen día señorita Susan.» Le dije que aprendiera cosas buenas y me fui a mi oficina. En menos de tres minutos escuché a su maestra echarlo de la clase diciéndole (en voz alta) que ella «¡ni siquiera quería volver a ver su cara o escuchar su nombre!»
La maestra de educación especial estaba en el pasillo y dijo «¡Grandioso! Tiene que tomar la prueba estatal después de esta clase y sé que ahora no va a estar de humor para hacerlo.» Le pregunté si estaría bien que me lo llevara por algunos minutos y tratara de ponerlo en un estado más feliz para la prueba. Ella dijo que estaría bien, así que fui hacia él mientras la maestra salía al pasillo y tomó su papel y le dijo en voz alta «Es una F gorda y grande».
Le dije a la maestra que me lo llevaría algunos minutos para alistarlo para la prueba estatal y ella dijo «Pues buena suerte con eso.»
Entramos a una clase vacía y nos sentamos. El estaba mirando al suelo y quería apoyarse en el mostrador. Le pedí que pusiera sus manos en el regazo y se las apreté. Le dije que extrañaba verlo y lo amaba. Le dije que no necesitaba saber qué había pasado en clase, pero que quería saber cómo se sentía.
El dijo «Me lleno tanto de enojo y me siento frustrado» Yo dije, «en una escala del 1 al 10… con 10 siendo que mi cabeza va a explotar… y uno cuando no estoy enojado… ¿cómo te sientes ahora? Y él dijo «en diez» Yo dije «OK, trabajemos en eso ahora. Haz lo que hago y repite lo que digo.
Comencé a hacer el tapping y él hacía tapping pero no repetía. No lo corregí por qué podía ver que estaba concentrado en lo que hacía. El respiró profundamente en el punto del lado del ojo y comenzó a sonreír y a reír en el punto bajo la nariz. Hicimos los movimientos de los ojos y el cantar y el contar con él sonriendo todo el tiempo.
Cuando terminamos, le pregunté cómo se sentía y dijo «mucho mejor» Cuando le pregunté sobre su enojo en la escala del 0 al 10, él dijo «Como cuatro.» Yo dije «Caramba eso es fantástico, bajar desde el diez hasta el cuatro. Y él dijo «sabes, ¡es más bien como un dos ahora!»
Yo dije, «Deshagámonos de ese dos.» E hicimos una ronda con la versión corta. Cuando terminamos, él dijo «Me siento bien.» Le pregunté en qué numero estaba y dijo «como la mitad de cero» Yo le dije que estaba feliz.
El dijo «Señorita Susan, ¿por qué ya no trabaja aquí? Hace que las cosas sean tan pacíficas y calmadas.» Le dije que podría enseñarle algunos trucos para que se sintiera en paz y en calma sin mí.
Le expliqué cómo usar el punto doloroso y afirmaciones simples. Entonces comentamos respecto a la frustración que sentía acerca de su papá teniendo una discusión con el director y su maestra el día anterior. Cuando le pregunté respecto a cómo se sentía (pensaba que podríamos trabajar sobre esto para llegar a sus nervios respecto a la prueba) él dijo «Está bien, me siento bien»
Así que le pregunté directamente cómo se sentía respecto a la prueba. El dijo que estaba un poco nervioso de no tener una A. Le pregunté qué tan nervioso en una escala del 0 al 10, y estaba en un 4. Hicimos los pasos básicos trabajando en estar bien con la prueba, sin importar nada, y terminamos con él sintiéndose bien respecto a la prueba y estando calmado y listo para tomar la prueba.
Le pedí que tomara un momento para escribir cómo se sentía y lo hizo. Mi parte favorita fue cuando cerró sus ojos y respiró para concentrarse antes de escribir más. Sólo quería compartir esto con ustedes. Es un gran chico con una historia de comportamientos explosivos y problemas de control de impulsos. Envío una foto de lo que escribió y dibujó para mí. Gracias por darnos a ambos la ayuda que necesitábamos para hacer esta mañana mejor.
Susan
Traducido por María Elena Blanco Ir al Sitio WEB de Maria Elena