Tom Altaffer comparte esta historia acerca de Alan, el cual se cayó de unas escaleras y desde entonces se negó a caminar. Sus procesos mentales hicieron el proceso más difícil, pero Tom tenía ya una larga historia con Alan, lo cual facilitaba una buena compenetración. Después de sólo 20 minutos de tapping, Alan estaba mostrando una mejoría notable. Como Tom recuerda, “Se levantó, corrió arriba, volvió a bajar y se preparó para irse. Había un largo silencio en la habitación.”
Por Tom Altaffer
Permítanme contarles acerca de Alan.
Es un hombre de 28 años. Tiene un buen lenguaje receptivo, pero su lenguaje expresivo casi es indescifrable. Se encuentra inestable al estar parado, y tiene la tendencia de ponerse agresivo y pegarle a las personas a la más mínima provocación.
Lo conozco desde hace varios años. Nos conocimos cuando su madre estaba hospitalizada y a punto de morir. El se encontraba muy triste por esto y lloraba mucho. Para aquel entonces yo no conocía EFT, así que se me dificultó trabajar con él. Casi no entendía lo que él decía, esto se complicaba más cuando estaba llorando. ¡Y que sí podía llorar! Mocos y saliva por todos lados. Trabajé con él varios meses, y me lloraba encima. Parece que le sirvió, finalmente superó la pena de lo de su madre. No diré que hice algo más que darle permiso para estar triste, pero en ocasiones con eso es suficiente.
El jueves recibí una llamada. Alan había estado viviendo en un apartamento supervisado. Se había caído de las escaleras y como resultado no quería caminar. No quería ir arriba. Ni siquiera se paraba para ir al baño, así es que se orinaba encima de sí mismo. Le hicieron una revisión médica y los doctores opinaban que no había nada malo en él. Para esta primera sesión sólo tuve 20 minutos ya que lo iban a trasladar temporalmente a una casa grupal que no tenía escaleras.
Cuando lo vi, estaba sentado en un sillón. El olor a orina estaba en el aire. Desde el momento en que me vio comenzó a llorar y a hablar al mismo tiempo. Yo no entendía ni una palabra. Le pregunté si quería sentirse mejor. Asintió con la cabeza. Le expliqué acerca de EFT y comencé a hacer tapping. Le pedí que repitiera la Frase Preparatoria conmigo, y hubo casi un cambio instantáneo.
Cuando le pedí que dijera “Me gusto a mí mismo y pienso que soy una buena persona”, comenzó a sonreír. Hicimos una ronda o dos de tapping y él estuvo bien. Le pregunté si tenía miedo de caminar. Me indicó que sí, así que hicimos tapping en eso. Se levantó, agarró un andador y caminó alrededor de su apartamento. Le pregunté si le dolía su pierna. Contestó que sí. Hicimos tapping en su dolor de pierna. Dijo que estaba mejor. Le pregunté si tenía miedo de caminar sin el andador. Contestó que sí. Hicimos tapping en esto, y comenzó a caminar tomándome del brazo. Caminamos hacia las escaleras. Le pregunté si tenía miedo de subir las escaleras. Contestó con un gran sí. Le hice tapping en esto algunas veces. Y fue directo hacia arriba. Después tenía miedo de bajar. Hicimos tapping en esto también. Y bajó las escaleras.
En este momento fue a la puerta principal y dijo tener miedo de entrar y salir de ella. Comenzamos a trabajar en esto, pero se habían terminado los 20 minutos y el personal regresó. En el momento que entraron los del personal se cayó en el suelo. Ellos fueron a recogerlo y lo colocaron en el sillón. Se orinó en sí mismo. El personal lo cambió a una silla y le fueron a traer ropa limpia. Hablé con la supervisora y le dije lo que habíamos logrado. Obviamente no creyó ni una palabra.
Después de que lo asearon y ya se lo llevaban, le pregunté si quería enseñarle al personal que bien podía subir y bajar las escaleras. Se levantó, corrió hacia arriba, bajó y se preparó para irse. Hubo un largo silencio en la habitación.
Thomas A. Altaffer
Traducido por Laty Naime