Todo comienza con una idea de Ana Espiga, una mujer emprendedora, a la que le gusta idear proyectos y tomar iniciativas. Ella se encontró, a través de la red, con vídeos de la doctora Teresa Ilari, de origen español, pero afincada en Managua desde hace varias décadas, donde desarrolla su labor profesional como médica practicante de medicinas alternativas. Trata a sus pacientes en la sanidad pública nicaragüense (totalmente gratuita) con dos principales terapias: la Talasoterapia, o uso terapéutico del agua de mar, y la Nueva Medicina Germánica, basada en las cinco leyes biológicas del Doctor Hamer.

 

Teresa es una de las impulsoras de la Ley de medicina natural, terapias complementarias y productos naturales en Nicaragua, aprobada en octubre de 2011. Esta Ley integra la medicina natural con la medicina convencional, y concede el derecho a la población a decidir sobre el tipo de medicina o terapia bajo la cual quiere ser atendido, ya sea natural, complementaria, convencional, o una combinación de todas ellas. ¡Qué gran noticia, ¿verdad?!

 

Esta noticia suscita un gran interés en Ana, que siente deseos de conocer a Teresa en persona al igual que  saber más de esta ley, y así, toma la iniciativa de ponerse en contacto con ella proponiéndole organizar alguna actividad terapéutica entre las dos, desde el voluntariado. La propuesta es bien acogida por Teresa y toma la forma de un retiro de cura de una semana de duración en un entorno rural, dirigido a personas enfermas de cáncer y otras patologías severas, combinando la NMG y EFT. Se ha realizado durante los días 1 a 7 de mayo en la localidad nicaragüense de Estelí, en una comunidad de campesinos denominada La Garnacha. Las otras dos facilitadoras, Concha y Clara, nos sumamos con ilusión al proyecto y acompañamos a Ana en esta aventura como ayudantes en las actividades grupales y para realizar sesiones individuales.

Para sumarme a este proyecto, tuve que eliminar un pensamiento limitante, pasando del “No puedo, ¿cómo me voy a ir, si tengo que trabajar y no puedo pedir vacaciones… yo no soy aventurera …” a abrirme paso en mi gran Palacio de Posibilidades. Podéis imaginar cómo lo consiguí…, con unas rondas de tapping. Y no sólo fue posible cuando eliminé las creencias que limitaban que pudiera ser partícipe de este viaje, sino que fue mucho más fácil de lo que nunca hubiese podido imaginar.

Al día siguiente de nuestra llegada a Managua, acudimos al programa de televisión “Espíritu y Materia”, al que estábamos invitadas, donde hablamos de las Técnicas de Liberación Emocional y de la actividad que íbamos a desarrollar en el país durante los próximos días. Por la tarde estuvimos en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), dando una charla informativa sobre EFT. Tras esto, continuamos nuestra aventura con destino a la “semana de cura”.

Durante la semana de retiro, Ana Espiga impartió los niveles I y II de EFT y nos acercamos al conocimiento de la NMG de la mano de la doctora Teresa Ilari. Además se realizaron otras actividades, opcionales para los asistentes, como meditación y yoga. El grupo estaba constituido por treinta y cinco personas.

 

Hemos sido testigos del profundo dolor que alberga en su interior el pueblo nicaragüense, tras  los acontecimientos vividos en su historia reciente: años de revolución, inestabilidad política y violenta guerra civil. Y el temor a que la naturaleza los sorprenda de nuevo con un desastre, como el vivido a raíz de los terremotos de 1972. De hecho, durante todo el tiempo que hemos permanecido en Nicaragua, Managua ha estado en alerta roja por peligro de temblores. A ello hemos dedicado sesiones de tapping grupal tras las cuales los y las participantes se han sentido más en paz con su país y con menos miedo.

 

También hemos sido testigos de la evolución tan positiva que se ha producido a lo largo de la semana en la gran mayoría de las personas que han asistido a esta semana sanadora. Y hemos comprobado con satisfacción los beneficios y el potencial que tiene organizar una actividad como esta que hemos desarrollado, combinando la formación, las terapias individuales y la práctica de EFT, tanto a nivel individual, como en parejas y grupal.

Este ambiente tranquilo y natural proporcionado por el entorno rural en que nos encontrábamos, alejado de las preocupaciones cotidianas, ha permitido profundizar en la comprensión de por qué enfermamos desde la mirada de la NMG, a la vez que aprender la técnica de EFT, tan sencilla y eficaz para resolver los conflictos desencadenantes de la enfermedad.  Con el conocimiento de las “cinco Leyes Biológicas de la NMG” se facilitó la localización de qué hecho traumático originó el padecer de cada quien, cómo afecta a su sistema, cómo se desarrolla el programa biológico que llamamos enfermedad y cómo podemos curarnos sin necesidad de medicamentos, tan sólo resolviendo el conflicto que lo originó, en nuestro caso, con EFT.

Clara se ha quedado en Managua, no sabe hasta cuándo estará allí, pero lo que sí os podemos decir, es que se le ha abierto un mundo de posibilidades: está desarrollando una labor profesional y social, como facilitadora de EFT, está estableciendo nuevas amistades, formándose en otras terapias naturales, etc.

Nos sentimos inmensamente agradecidas por la acogida recibida en este país, muy satisfechas por contribuir a la difusión de EFT allí, por el trabajo realizado y con ganas de repetir la experiencia allí o en cualquier otro lugar.

Como veis, ha sido toda una aventura, repleta de muchas aventuras más, para todos y cada uno de quienes hemos participado, sea como facilitadoras o como participantes.