Los Niños con cáncer de Oaxaca – La Estrella del Penthouse – AHEFT

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Publicado: febrero 23, 2021


En abril de 2011 Vera Malbaski visitó a Deborah Miller en Oaxaca durante una semana para conocer el trabajo que hace con los niños con cáncer. Fruto de esa impactante visita es este artículo conmovedor. Escribir a Vera y visitar el sitio web de Vera

La Estrella del Penthouse


Por Vera C. Malbaski

Llevaba unos días pensando en escribir este artículo, pero algo me impedía empezar. Tenía en la cabeza lo que tenía que contar; pero algo me impedía empezar.

Hoy Deborah me contó que mi preciosa Estrella del Penthouse, Brenda, ya no estaba con nosotros. Ya podía empezar.

Pero voy a echar marcha atrás un momento. Cuando llegué por primera vez al hospital de Oaxaca con Deborah, Brenda fue la primera chica a quien conocí. Puedes leer sobre ello en mi artículo anterior. Lo que no he contado es que tenía una de las sonrisas más brillantes que jamás he visto. Su luz le salía a chorros por esos ojos tan vivos e inteligentes. Brenda decía que estaba en su penthouse y desde allí veía toda la ciudad y todo el mundo. Bromeamos sobre ir a pasear por Nueva York a comprar ropa de lujo como estrellas de cine. Le pedí que nos concediese una entrevista para contar cómo EFT la ayuda en su situación.

En un principio le dio vergüenza, “¡Pero mira cómo voy! ¡Qué pelos!” me decía. Le dije que su testimonio sería muy importante para que gente por todo el mundo pudiese ver cómo EFT puede ayudar incluso en casos muy serios. Nos reímos diciendo que iba a ser famosa y que la vería gente por todo el mundo. ¡Ahora era la Estrella del Penthouse!

Pues ya eres famosa, Brenda. Gracias a tu testimonio, mucha gente se sentirá inspirada a utilizar EFT para aliviar a niños que sufren por todo el mundo, y a raíz de ello, la vida de muchos niños y sus familias mejorará. Desde aquí te doy las gracias por haberte conocido. Me inspiraste con tu fuerza, alegría, con esa radiante sonrisa y mucho más. Gracias por ese abrazo tan sentido que nos dimos de despedida. Me llena el corazón.

(Brenda con su esencia de delfín)

(El vídeo de la entrevista con Brenda se está editando, pero se publicará en cuanto esté listo.)

Esta es la realidad. No es un cuento, está pasando. Estos niños están muy enfermos, y para muchos de ellos es el paso anterior a dejar sus cuerpos y seguir su camino. La muerte es un tema que suele quedarse escondido y sobre el que nadie quiere hablar. Es como si no hablamos de ello, no sucederá. Un poco así como el niño que se tapa los ojos ante un peligro y cree que está a salvo por no verlo.

La medicina en general está enfocada a ‘salvar vidas’ – la sociedad en general ‘no quiere que se muera’ nadie. Cuando alguien está gravemente enfermo o herido, queremos que ‘se ponga bien’ – es decir, que siga vivo y con buena salud.

Una pregunta: ¿qué pasaría si nadie se muriese nunca? Dejo la pregunta con cada uno de vosotros para llegar a vuestra propia respuesta. Es un tema que me fascina y hablaré de ello en más profundidad en otra ocasión.

Podemos ver la situación de estos niños desde muchas perspectivas. Algunos de vosotros leerán este artículo y durante unos minutos sentirán simpatía por los niños y seguramente admiración por la labor de Deborah. Otros se sentirán inspirados a hacer una donación para ayudar a Deborah a hacer más y mejor por estos niños. Unos pocos os sentiréis inspirados a llamar a las puertas de hospitales y organizaciones para introducir EFT y aportar de esta manera su grano de arena. Otros sacarán ideas de cómo pueden utilizar EFT en situaciones muy distintas a estas. Muchos de vosotros enviaréis una oración de amor. Cada uno lo hará desde su perspectiva – y todas son válidas. Gracias por vuestras amorosas energías al leer estas palabras.

Lo que ha demostrado Deborah durante su experiencia con estos niños, es que podemos hacer algo para aliviar su situación. EFT es una herramienta maravillosa que da a los niños confianza y el conocimiento de que ellos mismos tienen el poder para sanar. (Recordar que ‘sanar’ no significa sobrevivir físicamente. Este no es el objetivo principal.)

Podemos aliviar su miedo a las agujas y consecuentemente reducir la cantidad de veces que tienen que ser pinchados, lo que a su vez reduce considerablemente su dolor físico y su nivel de estrés. Ya no tienen que ponerse tensos y gritar, no tienen la subida de adrenalina implícita en un estado de estrés, con todo lo que ello supone para su ya debilitado cuerpo.

Una de las situaciones que más me chocó durante mi experiencia en el hospital, fue durante nuestra visita del jueves. Vi cómo en un cuarto muy pequeño, el personal médico estaba preparando a una niña de unos 6-7 años para hacerle un punción lumbar. Deborah se metió en el cuarto e hizo tapping con ella mientras hacían el procedimiento. La aguja entró a la primera. Yamilet estaba relajada y solo sintió un mínimo de dolor momentáneo.

A los dos minutos de haber salido Yamilet, entró otro niño para lo mismo. Sin embargo, Jorge Gabriel no iba a consentir que se lo hicieran. Ya había aprendido lo mucho que dolía, y no quería repetir la experiencia. Jorge Gabriel es un niño de unos 10 años, muy grande y corpulento para su edad. Sentado en la camilla, se puso a menear las caderas en un estado de pánico total, sabiendo que si se movía no lo podían pinchar. Con su padre delante de él y hasta 5 adultos más intentando sujetarle y obligarle físicamente a estar quieto, el pánico subía por segundos. Vi cómo su padre, con una cara de angustia horrorosa, metía su puño en el estómago de su hijo a la vez que con la otra mano agachaba forzosamente su cabeza para obligarle a doblar la espalda y permitir que le pincharan. Esto continuó durante 10 minutos. Se dice muy pronto, pero intentad imaginar lo largo que se le hizo a Jorge Gabriel.

Entonces el médico residente se dio por vencido y se fue a buscar al Dr. Quero. Justo cuando el niño estaba empezando a recuperar el aliento, todo volvió a empezar de nuevo. Durante varios minutos más, volvió a agitarse con una fuerza y violencia exagerada para su tamaño, impulsado por el pánico de volver a sentir el dolor de esa aguja. Finalmente, el Dr. Quero también se dio por vencido y decidieron que no lo podían hacer – en ese momento.

Las enfermeras y médicos salieron del cuarto y se quedó Deborah con Jorge Gabriel y su padre. Tardó unos 15 minutos en poder tranquilizarle suficiente para poder respirar con normalidad de nuevo. Tengo mezclada la imagen del terror absoluto del niño, y la horrenda angustia del padre y la energía tranquilizadora de Deborah, en una escena casi indescriptible.

No fue posible preparar al niño antes de que hicieran el procedimiento, porque no sabíamos que lo iban a hacer. Para cuando Deborah se dio cuenta, el niño ya estaba en modo de pánico y al entrar ella en el cuarto, Jorge Gabriel no permitió que le tocara. Deborah se quedó al lado de la camilla haciendo tapping en ella misma. Es una de las frustraciones que Deborah tiene que manejar, que incluso estando allí en el hospital, no la informan de lo que van a hacer (o han hecho) con los niños para poderlos preparar y tranquilizarles de antemano.

Siento no poder decir que con 2 rondas de tapping, se calmó milagrosamente el tema, y “todos vivieron felices y comieron perdices”. Es importante recalcar que aunque EFT produce resultados sorprendentes, no es una varita mágica. Pero sí marca la diferencia. En algunos casos los resultados son mucho más impactantes, pero todo resultado es un resultado. En este tipo de situación, quizás más que en ninguno, es importante trabajar libre de expectativas personales sobre el resultado.

Podemos aliviar las nauseas físicas provocadas por la fuerte medicación que les administran. El tratamiento del cáncer es brutal. Los químicos que les inyectan y las medicaciones que utilizan son tremendamente fuertes. Sus cuerpos reaccionan con violencia y con frecuencia vomitan. Encima de sus dolores y temores, tienen que manejar todos los desagradables síntomas de las nauseas. EFT ha dado muy buenos resultados trabajando con las nauseas y en muchos casos las elimina por completo, lo que permite que el niño esté más tranquilo.

En una ocasión Deborah estaba trabajando con una joven adolescente, Gilda, en la sala de estar. Esta es una sala donde los niños tienen libros, lápices, juguetes, televisor y hay butacas en las que se reclinan con sus goteros a su lado. Está frecuentada por madres con niños y es bastante concurrida, y con el volumen de la tele y las múltiples conversaciones, no es un lugar ideal para practicar EFT. Sin embargo, allí estaba Deborah ayudando a Gilda con sus nauseas. Consiguieron frenar los vómitos (que habían continuado mientras hacían tapping) y que se quedara mucho más tranquila.

Podemos ayudarles a perder el miedo a la muerte. Y para los que ya están en sus últimos momentos, a morir tranquilos y en paz.

Deborah me había dicho que tienen tan poco espacio que cuando un niño se está muriendo, lo único que hacen es correr una mampara entre su cama y la de su vecino. El segundo día que llegué al hospital, vi en una de las habitaciones una mampara. Me quedé mirando inquisitiva a Deborah y me confirmó con la mirada que en efecto, el niño se estaba muriendo. Carlos tenía tan solo 2 años y medio y el día anterior no habíamos podido hablar con él ni su familia pues estaba dormido mientras estuvimos. Hacía poco que estaba ingresado y Deborah no había hablado todavía con ellos. A la mañana siguiente nos enteramos que había fallecido esa tarde.

Las creencias de sus padres impedían que le hiciesen transfusiones de sangre, por lo que lo único que les quedaba era despedirse de su hijo y dejarle morir en paz. Aunque personalmente no comparto sus creencias, respeto su decisión y defiendo su derecho a tener las creencias que tienen. Por mi parte no hay juicio alguno sobre su decisión. Espero que no la haya por la vuestra. Otro tema fascinante, pero no voy a entrar en él aquí.

Mientras estuvimos allí, Paula, quien compartía habitación con Carlos salió empujando su gotero con cara muy triste. Deborah se sentó con ella en el pasillo y estuvieron hablando de la pena que sentía por la situación de su compañero de cuarto. Paula es una preciosa niña de 7 años que conoce bien a Deborah y utiliza a menudo su osito Tappy. Le habíamos regalado un libro de Tappy y cuando la vimos al llegar esa mañana, estaba coloreando felizmente en su nuevo libro. Con unos pocos minutos de tapping, se había disipado la tristeza y la niña se encontraba mucho mejor. Deborah comentó que la muerte no es algo de lo que se habla con los niños y no saben qué hacer con las emociones que les provoca ver la muerte de un niño a su lado, y más teniendo en cuenta que sufría la misma condición que ellos mismos. Con el tapping, Deborah les ayuda a entender sus emociones y expresarlas, con el alivio y paz que esto les trae.

Personalmente creo que es importante hablar a los niños de la muerte. Es parte de la experiencia de la vida. Además los niños aceptan la muerte con mucha más facilidad que los adultos. Es la actitud de los adultos hacia la muerte que les enseña que es algo que temer e intentar evitar. En mi opinión es esencial y mucho más sano para su desarrollo emocional, tratar el tema abiertamente con ellos y quitar ese velo de ‘tema tabú’.

El trabajo que hace Deborah en el hospital de Oaxaca es una pequeña muestra de lo que se podría hacer en innumerables hospitales por todo el mundo. Es una labor pionera que está abriendo puertas en muchos lugares donde EFT, y otras modalidades de psicología energética, pueden marcar la diferencia. Para poder extender los conocimientos que ha adquirido durante su experiencia, y para demostrar a la comunidad médica, tarea nada fácil, los beneficios de estas herramientas como complemento a su labor, hacen falta recursos. Humanos y económicos. Sobre esto hablaré en otro artículo.

Hay muchas más anécdotas y momentos con los niños. Cada uno de ellos tiene su historia. Creo que con este breve repaso, os podéis hacer una idea de la situación de estas maravillosas almas en cuerpos pequeñitos.

Comparto un último momento con vosotros. Estábamos en la sala familiar grabando a los niños y entregando libros de Tappy y me senté al lado de Brian para mirar su libro con él. Un pequeño vivaz con cara de pillo y ojos traviesos, de solo 5-6 años de edad. Tenía su osito Tappy en su regazo y estaba sonriendo y muy contento por el regalo del libro y me puse a leerle un cuento. Mientras le estaba leyendo, Brian se dio cuenta que Deborah le estaba grabando con el vídeo. En un flash, se subió el osito delante de él para esconderse de la cámara, riéndose. Jugamos un ratito al escondite con la cámara asomando la cabeza por encima del libro y el osito y volviendo a escondernos entre muchas risas y diversión. Fueron unos minutos mágicos. Para mí, el mejor sonido del mundo es la risa de un niño.

(El vídeo se está editando)

La decisión sobre cómo recuerdo mi experiencia en Oaxaca es totalmente mía. Me podría dejar llevar por la inevitable pena y tristeza y recordar las imágenes y los sonidos asociados. O puedo recordar la alegría innata y generosa de estas preciosas criaturas, y recordar las imágenes de sus sonrisas y los sonidos de sus risas. No fue una decisión difícil de tomar.

Os dejo con una reflexión. Aunque lloré por la muerte de Brenda, lo que me queda es su sonrisa y cariño en mi corazón y el privilegio de haberla conocido. Esta es mi recompensa por las lágrimas. Las lágrimas son un precio insignificante en comparación. No cambiaría ese recuerdo y las emociones que lo acompañan por nada del mundo.

Va por ti Brenda, mi preciosa Estrella del Penthouse.

Hablaré sobre la perspectiva de los padres y familiares en mi siguiente artículo. Hasta entonces, un abrazo cariñoso a todos,

Vera

Vera es Terapeuta Avanzada EFT y Reflexóloga. Es co-editora del Boletín EFT y miembro del Consejo Directivo de la Asociación Hispana de EFT. Creadora del blog de Compañeros de Tapping, siente pasión por su trabajo como facilitadora de sanación. Su profundo respeto por todos cuanto buscan su ayuda la permite ayudar a clientes sin juicio y de manera compasiva y gentil. Vera está basada en España y atiende a clientes en persona y a través del internet tanto en español como inglés e imparte cursos EFT. Contactar a Vera en: [email protected] o visitar su sitio web: www.veraeft.com

Deborah Miller es una practicante de EFT con un doctorado en biología celular y molecular. Aplicando EFT en los niños ha llevado a la reducción de la ansiedad producida por la enfermedad misma, las agujas, el ambiente del hospital, el color blanco, así como los diversos tratamientos y cirugía. El uso de la EFT ha dado como resultado la reducción del dolor físico y emocional, dándoles una actitud más saludable y una mejor aceptación, su respuesta inmunológica ha mejorado, creándoles la esperanza de sanar y trayéndoles risas y alegría. La matriz que ha creado puede guiar a otros a utilizar de mejor manera estas técnicas en situaciones similares. Para aprender más del proyecto Oaxaca visita: http://www.proyectooaxaca.com/. Puedes contactar a Deborah por email a: [email protected] o visitar su sitio web: http://www.laluzinterior.com

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