Había una vez una mujer que despertó una mañana, se miró en el espejo, y notó que ella tenía solamente tres pelos en su cabeza.
“Bien,” ella dijo, “pienso que trenzaré mi pelo hoy.”
Ella así lo hizo… y tuvo un día maravilloso.
Al día siguiente que ella despertó, se miró en el espejo, y notó que ella tenía solamente dos pelos en su cabeza.
“mmm…,” ella dijo, “pienso que hoy partiré mi pelo en el centro.”
Ella así lo hizo… y tuvo un día maravilloso.
Al día siguiente que ella despertó, se miró en el espejo, y notó que ella tenía solamente un pelo en su cabeza.
“Bien,” ella dijo, “voy hoy a usar mi pelo en una cola de caballo.”
Ella así lo hizo… y tuvo un día maravilloso.
Al día siguiente que ella despertó, se miró en el espejo, y notó que ella no tenía ningún pelo en su cabeza.
“¡Sí!” ella exclamó, “¡yo no tengo que arreglar mi pelo hoy!”
Autor Desconocido
Traducido por Nidza Busse