Kristina Lukawska detalla su inspirador alivio de Fibromialgia con la ayuda de los practicantes de EFT Andy Bryce, Steven Vazquez y otros. Por favor observen que no se usó ninguna droga… solo amor y tapping.
Por Kristina Lukawska
Hace un año, en Nochebuena, comencé a experimentar un severo dolor en mis músculos y articulaciones. Eran síntomas similares a los de una gripe fuerte. Después de algunas semanas de dolor constante, fui al medico y me diagnosticaron fibromialgia.
Sentía dolor casi permanentemente. Tenía unos pocos días buenos seguidos de varias semanas malas. Yo solía ser una persona muy activa, que rara vez miraba TV, y de improviso llegaba a casa del trabajo, generalmente temprano, y pasaba el resto del día en cama mirando TV o durmiendo.
Aun peor que el dolor era el cansancio. No se parecía en nada a un cansancio normal. Generalmente tenía problemas al caminar; cada paso exigía un esfuerzo consciente extra de parte mía. A veces, levantar un brazo o una pierna era como levantar pesas muy pesadas. Dejé de hacer muchas cosas automáticamente. Muchas actividades, aun las más sencillas, como tomar una taza de un estante, requerían un esfuerzo especial. Podía terminar exhausta después de cepillarme los dientes aun cuando lo hacia sentada. Tenía dificultad para vestirme. Era un verdadero desafió prepararme para ir a trabajar en las mañanas. Sentía que tenía 100 años.
Sentía vergüenza; no sabía como hablar de esto con mi familia o con mis amigos. Probablemente sentía miedo de que me dijeran que estaba exagerando y que todo estaba en mi cabeza. Comencé a ir a diferentes practicantes de medicina alternativa y continuaban diciéndome que yo había elegido mi fibromialgia. No resultaba de mucha ayuda; sólo me hacía sentir culpable. Probé con diferentes dietas, incluso ayuno, y obtuve algún alivio pero después de un corto tiempo el dolor y la fatiga retornaban siempre.
Alrededor del mes de Mayo, un amigo mío me hablo de EFT. Imprimí el manual de la Internet y me registré para el próximo seminario. Fui a un seminario de 3 días en Chicago y mi intuición me dijo que éste era el método para mí. La parte mas atractiva era el hecho de que podía hacerlo yo misma, de que no había perdido todas mis capacidades. En el seminario conocí a Andy Bryce y le pedí que trabajara conmigo. Parecía ser una persona gentil, considerada y compasiva. El ha estado trabajando conmigo por teléfono durante los últimos 5 meses y me vida ha cambiado increíblemente.
Aun cuando el proceso completo, que me trajo a este presente, es muy importante, hay algunos escalones que siento que son fundamentales y quisiera mencionarlos.
El primero fue la sesión en la que Andy me envió su energía de amor y me ayudó a experimentar esa misma energía a mí. Fue la primera vez que estuve completamente libre de dolor. Esta experiencia me dio la fortaleza y la fe de que podía curarme. Después de esta sesión noté un gran cambio en mi energía. Dejé de estar cansada la mayor parte del tiempo. También noté que me estaba resultando mucho más fácil dejarme guiar por mi intuición.
Luego, comenzamos a trabajar en mi problema central, el cual era mi culpabilidad y responsabilidad por el sufrimiento de mi Mamá y la creencia de que “Yo debo sufrir en la vida”. Andy sugirió hacer tapping con “Yo creo que debo sufrir mucho en mi vida”, “Yo no merezco ser sana y feliz” o “Yo no creo que pueda liberarme del sufrimiento”. También hice mucho tapping con afirmaciones como “Yo estoy decidida a abrir mi corazón a mí misma” o “Amo estar sana”. Especialmente importante fue: ”Estoy agradecida por este regalo del dolor que me trajo comprensión y compasión pero estoy decidida a aprender desde la alegría”. También hice tapping con experiencias pasadas asociadas a esto.
A finales de Septiembre, cuando fui a un retiro Budista, comencé a sentir un agudo dolor bajo mi hombro izquierdo. Después de un tiempo, el dolor se volvió más y más molesto. Debido a que había tenido fibromialgia, mi sueño era muy liviano, especialmente después de las 2-3 de la mañana. De manera que ahora, con este nuevo dolor, me despertaba docenas de veces durante la noche. Mi frustración iba en aumento; estaba cansada y desesperada por un poco de buen dormir. Cuanto más trataba de resistir el dolor, más persistente se hacía. Me despertaba a cada hora peleando con el dolor. Comencé a hacer tapping con “Estoy preparada para recibir el mensaje que me quiere trasmitir el dolor” y entonces comprendí que necesitaba este dolor; algunas veces agradecía su presencia. Casi diría que disfrutaba de mis noches en vela; me ayudaban a practicar el mantener mi atención en mi respiración. Entonces Andy sugirió otra vez que hiciera tapping con “Estoy agradecida por el mensaje que este dolor me trasmite y reconozco el miedo detrás de el pero estoy deseosa de comprobar si mi camino a la iluminación puede ser transitado con alegría y agradecimiento”.
El 1 de Noviembre fui a Toronto a una conferencia sobre psicología energética. Asistí al taller dirigido por Steven Vazquez y por un instante estuve libre de dolor mientras el disertante estaba trabajando con alguien que sufría de fibromialgia. De manera totalmente intuitiva le solicité a Steven una sesión privada.
En esa sesión le pedí que trabajáramos específicamente en mi dolor de espalda. Reconstruimos la secuencia de sucesos desde que el dolor comenzó. Los vínculos me llevaron a través del retiro y sufrimientos de mi niñez, la Segunda Guerra mundial, mis padres y la depresión de mi Mamá. Algunas veces Steve me pidió que me pusiera de pie y mantenía sus manos a poca distancia de mi cuerpo mientras hablaba. Dedicamos algún tiempo a conversar sobre el sufrimiento de mi Mamá. Yo quería liberarla a ella de su dolor y sufrimiento. El dolor bajo mi hombro se hizo más intenso. El me pidió que simbólicamente le devolviera a mi Mamá el dolor que era de ella. Así lo hice y sentí un enorme alivio.
Pasados unos momentos sentí una inmensa felicidad. Comencé a reír y reír con todo mi corazón. Paré de reír y sentí una enorme ola de felicidad viniendo hacia mí. Sentí que la puerta al Universo se había abierto. Vi dos espacios diferentes. Sentí que estaba en los dos espacios. Sentía dolor en mi espalda pero lo sentía diferente. Ya no me molestaba para nada. Era algo que yo una vez había llamado dolor. Estaba totalmente libre de dolor. Todo parecía transparente y translucido.
Después de unos momentos más, sentí una ola de felicidad todavía mas profunda. Sentí una vibración increíble alrededor de mi corazón. Este nuevo espacio se había abierto para mí y me sentía infinita y completamente libre y entera. No sentía felicidad, yo era felicidad. Y todo lo demás era felicidad. No había nada antes o después. No había tiempo. Era felicidad pura y perfecta. Surgió la gratitud y me sentí muy agradecida hacia Steve que estaba sentado frente a mí. Lo abracé y sentí una profunda gratitud hacia todos los seres que me protegen, mis maestros y mi familia, mis vecinos y toda la gente de la que solía tener miedo. Era gratitud sin límites.
Mi sesión terminó y volví a la conferencia. Los siguientes días me sentí llena de una bendita felicidad. Sentía una liviandad increíble en mi cuerpo. El dolor comenzó a desvanecerse y cada día había menos y menos de el. Después de un par de días, dormí toda la noche sin sentir ninguna molestia. Después de 10 días estaba completamente libre de todo dolor.
Mi vida ha cambiado dramáticamente. Me liberé de mi pasado. Ahora Andy me ayuda a crear el futuro que deseo. Quisiera ser una terapeuta y entrenadora de EFT.
Estoy profundamente agradecida a Andy Bryce por mejorar mi calidad de vida, liberarme de mi dolor y ayudarme a ser más receptiva con mi intuición. NO soy mas una víctima de la fibromialgia. Tomé control de lo que sea que esté sucediendo en mi vida. Algunas veces siento algún dolor, pero no me molesta. Yo sé que puedo cuidarme bien a mí misma y que me voy a curar completamente.
Les estoy profundamente agradecida por ayudarme a abrir esta puerta a mi nueva vida – una vida llena de aventuras, sorpresas, amor, felicidad, conexiones y responsabilidad sin culpas.
Kristina Lukawska,
Traducido por María Inés Sención, EFT-ADV