Mary Lawton contrajo la polio hace 55 años y, desde entonces, se le han deteriorado los músculos gradualmente. Por lo tanto, cada vez era de mayor importancia que practicara ejercicio, pero la dejaba fatigada. He aquí un dilema que resolvió de manera creativa con EFT, como veréis en este artículo. Por favor, consultad con el médico cualquier problema de salud.
Por Mary Taylor
Hola Gary:
Quisiera compartir con vosotros cómo utilicé EFT para liberar los patrones de limitación física que se originaron cuando contraje la polio hace más de 55 años. Utilizo muletas para andar, por encontrarme parcialmente paralizada. En los últimos años, mi vida ha pasado a ser bastante sedentaria. Mi único objetivo, en lo que se refiere a mi discapacidad, es conservar la movilidad. Tenía que encontrar un tipo de ejercicio con un programa lo más simple posible, de fácil acceso y que no exigiera cambios de vestuario.
Hace poco me apunté al gimnasio Curves. Tiene un equipamiento variado colocado en círculo. Una de las rutinas consiste en hacer dos rondas del círculo. Está previsto que cada sesión dure sólo 30 minutos, ya que cada ejercicio es de sólo 30 segundos. Cuando visité Curves, Pat, la propietaria (que había sido enfermera traumatóloga;-)) me aseguró que siempre habría alguien para ayudarme en lo que necesitara. También podía elegir el equipamiento que deseara utilizar. Sabía que había encontrado lo que estaba buscando.
Mi última preocupación (aunque también la mayor) era si, con el tiempo, mis músculos estarían demasiado cansados por el ejercicio, por lo que tendría que dejar el programa. Es algo habitual en las personas que han padecido la polio. Somos muchos los que forzamos los músculos de jóvenes y ahora vemos cómo envejecen con rapidez. En algunos casos, además, las células nerviosas no se reproducen al mismo nivel. En consecuencia, un uso repetitivo del músculo puede derivar en una merma de la fuerza el músculo. Otra consecuencia es la fatiga generalizada.
Teniendo en cuenta lo anterior, decidí dedicar tres días a la semana a mi programa de ejercicios. La idea era no planificar nada más para esos días, para no caer en la tentación de excederme físicamente. Durante la primera semana, necesité ayuda para subir y bajar del equipamiento. Tardaba entre 45 minutos y 1 hora en hacer la rutina habitual de 30 minutos. Además, tenía que dormir la siesta cada tarde para recuperarme por completo del ejercicio. Llegados a la cuarta sesión, podía trabajar de manera autónoma, subir y bajar del equipamiento sin ayuda, más allá de que alguien me sujetara las muletas mientras hacía mis ejercicios. ¡También reduje en 25 minutos el tiempo empleado en mi rutina! En general, mi cuerpo estaba muy contento con el ejercicio, pero comenzaba a sentir cómo se empezaba a deslizar en mí la tan conocida fatiga.
Sabía que no deseaba tener que ponerle fin a mi programa de ejercicio, ya que cubría mis necesidades de simplicidad, y veía y sentía enormes resultados positivos en muy poco tiempo. Sin embargo, no podía discutir con el cansancio.
He empleado EFT con múltiples bloqueos físicos, mentales y emocionales y he logrado sistemáticamente maravillosos resultados. Decidí utilizar EFT para liberar el bloqueo energético que estaba creando esta fatiga post-polio. Primero hice tapping para los músculos: «Aunque mis músculos son débiles por haber contraído la polio, amo mi cuerpo tal como es.» La siguiente ronda se centró en la columna vertebral y el sistema nervioso. Hice también tapping para mi corazón, para recordarle que mis pulsaciones no debían superar el nivel que la tabla de la pared indicaba como normal. Con cada ronda de tapping, al decir «amo a mi cuerpo tal como es», descubrí que al principio sonreía y luego me reía con placer por lo bien que me sentía al hacer ejercicio y por lo bien que mi cuerpo estaba respondiendo. Al pronunciar esas palabras, sentí amor en cada célula de mi cuerpo. Antes de ir hacia el gimnasio esta mañana, pensé en hacer tapping para no tener que dormir la siesta por la tarde.
Empecé mi rutina teniendo presente el tapping que había realizado. Después de hacer uno de los ejercicios, me di cuenta de que me empezaba a doler la cadera izquierda. Sin romper mi rutina, visualicé el tapping para aliviar la rigidez de la articulación de la cadera. Pasados dos ejercicios, la rigidez había desaparecido. (Recordad que cada ejercicio sólo dura 30 segundos.) En lo que se refiere a mis pulsaciones, volví a visualizar el tapping para que el ritmo se mantuviera en niveles normales. Mis pulsaciones estaban dos latidos por debajo de la banda superior del ritmo de un corazón normal. Estaba encantada con mi sesión, pero la prueba de fuego vendría más adelante, por la tarde, cuando se acercara “la hora de la siesta”. Pues bien, estuve mirando la hora y, cuando pasó la tarde, celebré un gran éxito de EFT.
Hoy he sentido una verdadera libertad. Muchísimas gracias por esta maravillosa herramienta.
Mary Taylor
Traducido por Eva Llobet Martí