Tarde una noche, un asaltante con pasamontañas confrontó a un hombre bien vestido y lo encañonó diciendo “Dame tu dinero”.
Indignado, el hombre rico respondió, “No puedes hacer esto – ¡Soy legislador del estado!”
“Si es así,” replicó el asaltante, “¡dame MI dinero!”
Autor desconocido