Hola, todos/as

El cliente de Alyson Raworth tenía un gran antojo por el chocolate. Noten cómo ella amplifica lo delicioso y la apariencia del chocolate para verdaderamente sintonizar a su cliente con el antojo.

Por Alyson Raworth

Querido Gary,

Estuve haciendo sesiones con un caballero que desesperadamente quería perder peso, pero tenía una fijación con el chocolate. El trató y trató, pero aunque él parecía tener fuerza de voluntad, no podía con el asunto del chocolate.

Como el resto de su dieta era sensata, me concentré en el chocolate. Puse algunas piezas de Yorkie en la mesa frente a él. ¡Su nivel de deseo era 10 !

Empecé con el PK… “Aun cuando mi asunto con el chocolate es intenso, yo amo mi cuerpo”… Luego, así como vi que haces en uno de tus DVDs. “aunque realmente amo y deseo ese delicioso Yorkie, me amo y respeto mi cuerpo”. Su nivel bajó a 9.

Luego hice una grande:

“Aun cuando puedo sentir la textura de esa dulzura gloriosa y aterciopelada, el cual es simplemente tan delicioso que mi lengua se está moviendo en mi boca ante la expectativa (el se rió como un loco con eso) de poner ese pedazo que está frente mío en mi boca… yo me amo y me respeto y elijo tener una imagen mental de mí mismo siendo delgado”. (Yo sé que es un poco exagerado, pero lo dije mientras el cliente hacía tapping.)

El me miró extrañado y luego soltó un suspiro de alivio. Dijo que ¡nunca había podido imaginarse a sí mismo siendo delgado!

Entonces cambiamos la frase a “Aunque soy tan solo un viejo costal de grasa, bueno para nada, ni siquiera para volverse delgado… yo respeto mi cuerpo y mi mente”. El se rió y se rió a más no poder, y dijo que el chocolate se veía diferente ahora. Le pedí que me explicara y dijo que de alguna manera ¡había perdido su atractivo!

¡Esto era el punto de quiebre! Le pregunté qué tanto deseaba un chocolate ahora, y dijo que no quería nada. ¡Su nivel estaba en un completo cero! ¡Brillante!

Ahora vamos a trabajar en su autoimagen y elevar su propia seguridad y auto estima.

Bendiciones,

Alyson Raworth

Traducido por Rocío Hoshi

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