Es una estructura de expansión continua, y está llena de espacios increíbles y anexos repletos de logros y felicidad. Estos espacios están abiertos a todos aunque la mayoría de nosotros solamente visitamos unos cuantos de ellos. No es que estemos impedidos de entrar en ninguno de ellos. ¡De ninguna manera! Ellos son nuestra herencia. Lo que sucede es que escogemos permanecer solo en los espacios donde nos sentimos confortables. De alguna manera no “pertenecemos” a los otros lugares que tienen aún más espacio. Estos son para otros. Son para personas más ricas y más privilegiadas y con más talentos que nosotros. Solemos quedarnos en las más familiares (nuestras zonas de confort) y no nos aventuramos mas allá de sus paredes (limites) de los espacios que hemos escogido. ¿Por qué? Porque lo que podemos y lo que no podemos está escrito en esas paredes y obedecemos sus dictados como si fuesen reales. Nuestros ingresos reflejan esos límites. De la misma manera se refleja nuestra propia imagen. De hecho, casi no hay nada en nuestra composición que no se encuentre afectada por lo que esta escrito en esas paredes.
Las palabras en esas paredes son metáforas de nuestra conversación interior. Ellas representan las actitudes, opiniones, y creencias que hemos acumulado a través de los años. Muchas de ellas nos las entregan nuestros padres, abuelos, maestros, consejeros, amigos, religión, libros, televisión, y una interminable lista de “autoridades” en nuestras vidas. Cuando las examinamos, (cosa que haremos en estas series), muchas de ellas son risibles. A pesar de ello parecen, sin embargo, tener un amarre y retener nuestro progreso.
Todos tenemos diferentes palabras en nuestras paredes. Por eso parecemos tener diferentes límites. Sus límites son diferentes de los míos porque las “verdades” escritas en mis paredes son distintas a las “verdades” escritas en las suyas. Sin embargo, en el fondo no son “verdades” realmente. Son simplemente las guías que hemos adoptado para afrontar nuestras vidas –Y— muchas de ellas son ficciones. Son creencias dadas a nosotros y que fueron aceptadas y escritas en las paredes de nuestras mentes y la hemos estado cumpliendo a cabalidad desde ese entonces. Y eso no tiene porque ser así.
Esto me trae al concepto fundamental sobre el que está construido El Palacio de las Posibilidades. Es de importancia crítica y es la base de casi todas las ideas que vamos a explorar en esta serie. Debería de estar tatuada en el interior de nuestras pestañas para que cada vez que parpadeemos podamos verla. Su verdad es incuestionable, pero es tan sutil que tendemos a ignorarla. Aquí esta:
«Constantemente consultamos los escritos en las paredes de nuestra mente»
Esos escritos son nuestros más prominentes asesores y los consultamos durante todo el día. ¿Y por que no? Ellos representan toda la experiencia que hemos vivido. Contienen todo nuestro “cómo hacerlo…”. Contienen todos nuestros “podemos” o “no podemos”, y todos nuestros “deberíamos” o “no deberíamos”. Contienen también nuestros debemos o no debemos así como nuestro sentido del juego limpio. Contiene nuestra versión de lo que es comportamiento adecuado así como lo que es bueno o malo en este mundo. Contienen nuestros juicios, nuestros éxitos y nuestras fallas. Todo esta ahí – todo lo que entendemos como cierto – escrito en nuestras paredes.
Por ejemplo, tomamos sopa con una cuchara en vez de con un tenedor porque la base de nuestro conocimiento (lo escrito en nuestras paredes) nos dice que lo hagamos así. Esto es muy sutil, lo sé, pero es como si hiciésemos la pregunta, “¿Cómo tomo esta sopa?” y el escrito en nuestra pared nos dice “Usa una cuchara”. Por esa razón, usamos jeans en algunas ocasiones y corbata o un vestido largo en otras. Constantemente consultamos los escritos en nuestras paredes para saber que haremos. Esas palabras representan la “verdad” tal y como lo hemos aprendido.
Consultamos esas paredes para casi todo. Esas palabras nos hablan de nuestras oportunidades así como de nuestros límites. A menudo, hay un conflicto entre ellas. Tratándose de finanzas por ejemplo, podrían decirnos: “Esta es América, tierra de oportunidades – vaya y hágalo. “Pero también podrían decirnos…
• “Vd. está muy joven (o muy viejo) para lograrlo”
• “No tienes suficiente educación”
• “Eres mujer y estás limitada por el vidrio en el techo”
• “Eres de una minoría”
• “La gente que toma riesgos termina con la mano en el bolsillo”
• “Depende de a quién conozcas para poder avanzar”
• “Los ricos son deshonestos”
Esta lista ficticia de límites puede extenderse indefinidamente por supuesto. ¿Hay algunas de ellas están escritas en sus paredes? Si Vd. cree cualquiera de ellas – o si alguna de ellas suena a verdad – quiero sugerirle que Vd. ha comprado un “limite” muy caro que no necesita estar allí.
No existe nada inherentemente malo o bueno sobre el dinero. Puede ser utilizado para financiar guerras o destrucción. O puede ser utilizado para aliviar el sufrimiento en algún rincón lejano del mundo. Podemos construir nuestras propias barreras hacia él, o dejarlo fluir a través nuestro como símbolo de nuestro derecho a la abundancia. Todo esto está dictado por los puede o no puede escritos en nuestras paredes financieras.
Algún día EFT será utilizado uniformemente en negocios, deportes, academia, espiritualidad y en todo tipo de actividad humana. Esto es inevitable. De la misma manera, los sanadores necesitan expandir su visión. Deben salir de las paredes de sus espacios habituales en el Palacio de las Posibilidades y habitar y moverse en los espacios que permitan que su propia libertad emocional se expanda con la de sus clientes. Veo el día en que el sanador efectivo tomará a sus pacientes y los llevará del calabozo al lujoso ático del Palacio y más allá. Más aún, veo al sanador marcando el camino mediante el ejemplo. Qué mejor manera de enseñar abundancia, felicidad y libertad emocional que habiéndola desarrollado en nosotros mismos primero.
Cómo hacerlo es el propósito de esta serie. Más en la próxima.
Abrazos, Gary
P.D. Encontraremos también que estos escritos no están gravados permanentemente en piedra. Me siento feliz de anunciar que están escritos con tiza. Es posible borrarlo con EFT y reemplazarlo con otras herramientas. Ya lo verán.
Traducido por Leopoldo Proaño