Hay que destacar dos elementos del siguiente artículo del Dr. Tam Llewellyn-Edwards, del Reino Unido.
1. EFT puede emplearse con personas con todo tipo de discapacidades: ceguera, retraso mental, tetraplegia, etc. Todos tenemos cuestiones emocionales por resolver y los beneficios de EFT no se limitan a los individuos con cuerpos perfectos.
2. A menudo, tras la queja inicial del paciente se esconden cuestiones mayores. En este caso, el dolor intermitente de espalda de «George» no era tan importante para él como mantener una erección.
Por el Dr. Tam Llewellyn-Edwards
He aquí el informe de un caso en el que empleé EFT con un paciente ciego. Muestra que la ceguera no constituye un impedimento para que EFT funcione y también que el problema que se presenta no siempre es el ‘real’. Hay que estar siempre atentos al segundo problema del paciente (que a menudo es el principal), que puede que no se presente en el primer contacto.
El paciente, al que llamaremos George, (aunque no es su nombre real) era ciego desde la infancia. Sin embargo, vino a verme por un dolor intermitente en la parte baja de la espalda. Había sido revisado, pero no habían encontrado una causa orgánica.
Cuando vino a mi consulta, el dolor le molestaba mucho; valoró sus molestias como 9 en una escala del 0 al 10. Decidí que lo mejor sería utilizar simplemente la formula básica de EFT para el dolor. Como el paciente era ciego, le hice tapping yo mismo y omití el procedimiento 9-gama (aunque sí hice tapping en el punto gama).
Realicé una ronda con la siguiente frase preparatoria:
“Aunque tengo este dolor intermitente en la parte baja de la espalda, estoy bien”
…e inmediatamente, su intensidad bajó a 2.
Como se había hecho pruebas y no se había encontrado causa orgánica para su problema, consideré que era seguro continuar bajando el nivel de dolor y una nueva ronda lo redujo a 0.
Podríamos haberlo dejado aquí, pero pensé que valía la pena repetir de nuevo el proceso, y explicarle cuidadosamente a mi paciente ciego cada punto, para asegurarme de que entendía bien el procedimiento para aplicárselo a sí mismo.
Entonces, cuando le expliqué que el mismo procedimiento podía emplearse para todo tipo de problemas, George sacó a relucir otro problema, que era mucho más urgente que el dolor de espalda. Recientemente, había iniciado una relación íntima con una chica ciega y era incapaz de mantener la erección cuando tenían relaciones sexuales.
Hablamos acerca del origen del problema, y se emocionó mucho al mencionar que su antigua novia lo había menospreciado. No hablamos en detalle del incidente pero, como George se emocionaba y afligía tanto al mencionarlo, hicimos una ronda de tapping con dichas emociones. Empleamos la frase preparatoria siguiente:
“Aunque ella hizo todo eso y me hizo sentir mal, elijo sentirme bien al respecto.”
Tras la primera ronda, George manifestó “Ahora que lo pienso, realmente no fue para tanto.” Cuando le pedí que volviéramos a hablar al respecto con mayor detalle, admitió que todavía se sentía algo afligido, pero que realmente no importaba demasiado.
No profundicé en la cuestión ni entré en detalle, sino que hicimos otra ronda de tapping con la siguiente frase preparatoria:
“Aunque sigo sintiéndome algo afligido por el incidente, estoy bien y me respeto a mí mismo”.
Tras la ronda, George se rió del incidente y se preguntó por qué lo había afectado tanto. No valoramos su malestar del 0 al 10 en esta parte de la sesión, pero estaba claro que se había quitado un peso de encima.
Más adelante, manifestó que ya no tenía problemas de erección y que en privado se había reído de lo que para entonces, le parecía un incidente bastante estúpido. El problema de espalda (que tal vez estaba vinculado emocionalmente con el problema sexual) también había desaparecido por completo.
Dr. Tam Llewellyn-Edwards
Traducido por Ana Maria León – Escribir a Ana Maria