23 años de trastorno compulsivo de arrancar el pelo termina durante un taller de EFT – AHEFT

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Publicado: febrero 12, 2021

Aquí hay una historia llamativa cuando el alivio llegó aunque no se realizó tapping directamente en al asunto (arrancar el pelo o tricotilomanía). Esto es uno de nuestros efectos secundarios interesantes que a menudo ocurren durante sesiones con EFT. Muchas gracias a Elizabeth Harte de Nueva Zelanda por enviarnos esta historia.

Por Elizabeth Hart

Hola Gary:

Julie vino a participar en mi taller introductorio de EFT. Por lo general comienzo preguntando a los estudiantes porqué vinieron a participar en el taller, y qué esperan lograr.

Cada persona hablaba durante su turno, y cuando llegamos a escucharle a Julie, ella lloraba tan intensamente que casi no pudo hablar. Viendo su grado de angustia, me arrodillé en el piso a la par de ella, y recibí permiso para realizar tapping en su muñeca mientras lloraba. Ella se calmaba y me contaba que desde sus 7 años se arrancaba el pelo cada vez que estaba estresada. Ella explicaba que su hermana y su madre también arrancaban su pelo cuando estaban estresadas y ahora se sintió muy alterada ya que su hijo Brett había comenzado hacer lo mismo.

Ella había intentado muchas cosas, desde medicamentos hasta terapia para parar, pero nada le había funcionado. Tenía una zona calva en su coronilla donde había arrancado su pelo. Estaba desesperada por encontrar una forma de pararlo y de ayudar a su hijo.

Mientras hablaba, Julie se calmó un poco más y dejó de llorar después de unos 5 minutos de constante tapping en su muñeca. Pensé que podría ser un asunto largo para atender, y tal vez complicado también, así que le sugerí que durante el taller se enfocara en diferentes (y más sencillos) asuntos, mientras que aprendiera la técnica. Después le ayudaría a trabajar con eso, cuando ya supiera cómo usar EFT. Regresaba a mi esquema normal de la clase, y ella seguía mi instrucción y no volvió a mencionar el asunto durante la clase. Cuando terminamos Julie tenía que salir apurada, así que no tenía la oportunidad de hablar en privado con ella. Estaba preocupada por ella, así que la llamé un par de días después para hablar de cómo ella podría comenzar a tratar el asunto.

Se pueden imaginar mi sorpresa cuando Julie me contaba que no había arrancado su pelo de todo desde el taller. Yo estaba sorprendida. Hice algunas sugerencias sobre qué podría hacer si volviera a regresar el impulso, y le pedí que me llamara si entrara en problemas.

En mi llamada de seguimiento dos semanas después del taller, cuando pregunté a Julie sobre su problema de arrancar el pelo, ella comentó casualmente: «O, eso, ya no lo hago más. Ya no pienso en eso. Estaba a punto de hacerlo algunas veces, pero simplemente no me preocupé». Julie está bastante segura que no lo volverá a hacer. Brett, su hijo, paró su problema de arrancar el pelo espontáneamente y sin ninguna intervención mía o de su madre. A continuación hay un e-mail que recibí de Julie, describiendo su experiencia:

«Tengo un trastorno compulsivo de arrancar mi pelo. Lo he tenido desde que tengo 7 años. Mi mamá lo hace también. Y hace poco mi hijo comenzó también a hacerlo. Empecé a sentirme desesperada en ese momento. No quería de ninguna forma que lo hiciera. He probado todo lo que conozco para parar – medicamentos, guantes, vendas en mis manos y dedos, he teñido mi pelo.

Mi madre intentó con hipnoterapia, así que ya sabía que eso no iba a funcionar. No pude dejar suelto mi pelo porque estaba calva en la coronilla. No pude cortar mi pelo. No pude hacer nada con el pelo mas que subirlo. Solía mirar el espejo para asegurarme que mi punto calvo (de unos 10 cm) estaba cubierto con mi poco pelo. No quería que nadie tocara mi pelo, y menos un peluquero. Ya me estaba preparando mentalmente para una vida con peluca.

Estaba deprimida y desesperada. Simplemente no pude parar, pero quería desesperadamente salir de mi «infierno interior». ENTONCES encontré a Liz, mi ángel. Todo lo que puedo decir es: «Liz, eres mi héroe». Y muchas gracias desde el fondo de mi corazón. Salvaste mi vida, mi cordura y mi libertad. Ahora hace 2 meses asistí al taller de Liz sobre Técnicas de Liberación Emocional y solo en dos ocasiones he arrancado mi pelo por accidente. ¡Dos veces! Comparado con unas 50 veces cada día.

Desde el día que asistí al taller sobre EFT de Liz no he sentido la necesidad de realizar tapping conmigo misma sobre mi terrible trastorno, pero a veces lo hago para mantenerlo a distancia. Y lo uso también para otras cosas. No puedo creer que eso haya terminado. Solo tomó un día para romper un trastorno compulsivo de 23 años. Voy a cumplir 30 el mes siguiente, y eso es el mejor regalo de cumpleaños que jamás haya recibido».

Ahora, cada vez que encuentro un caso que pienso que va a ser difícil a resolver, pienso en Julie y me relajo, sabiendo que… bueno… ¡uno nunca sabe!

Con amor y agradecimiento,

Liz Hart, MA, Terapeuta y entrenadora de EFT

Traducido por Kristin Holthuis Ir al Sitio WEB de Kristin

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