Adrienne es una asistente médica que utiliza EFT para la ansiedad y la depresión en su concurrida consulta médica – AHEFT

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Publicado: febrero 17, 2021

Creo que encontrarás interesantes las opiniones y experiencias de Adrienne Fisher, una asistente médica que dice: «Mis opciones eran sencillamente llamar a una ambulancia y mandarlas a urgencias o hacer tapping con ellas. Me da risa pensar que, cuando los pacientes sufren una crisis y requieren el remedio más inmediato y eficaz, recurro a la “artillería pesada” y les enseño EFT. Nunca ha habido una droga capaz de lograr lo que hace EFT». Ten en cuenta que esto es según la opinión y experiencias de Adrienne, pero no necesariamente las de EFT u otras personas.

Por Adrienne Fisher

¡Hola Gary!

Soy una asistente médica y hace poco cambié de trabajo; ahora trabajo en un centro de atención a la mujer. Proporcionamos cuidados primarios la mayoría de las veces, puesto que muchas de nuestras pacientes no atienden ningún otro centro de cuidados médicos. Mi nuevo superior sabe que hago “esas cosas de energía”, aunque no sabe mucho de qué va y preferiría que se usase sólo la medicina occidental.

De cualquier forma, tuve dos casos interesantes las dos semanas pasadas:

El primer caso fue «Linda», que estaba prácticamente fuera de sí. Quería dejar de fumar pero como la acababan de desahuciar de su casa se le derrumbó el mundo; era incapaz de estarse quieta en la silla, se estiraba la roba constantemente, cambiaba de postura, tomaba inspiraciones profundas, sus ojos iban de un lugar a otro, y yo sentía su energía como si fuese a explotar en mil pedazos en cualquier instante.

El enfoque occidental hubiese sido comenzar a tratarla con antidepresivos, lo cual está muy bien, pero ¿qué iba a hacer en las 2 o 3 semanas hasta que tuviesen efecto? También le podía dar ansiolíticos, aunque ¿cómo iba entonces a trabajar y recuperar su casa?; de hecho, ¿cómo iba a conducir hasta la farmacia y recoger las medicaciones, en caso de que las pudiese pagar?

Dado que era nueva en la zona, no sabía dónde podría haber centros de intervención en crisis u otros recursos comunitarios. Ciertamente no creía que ella pudiese siquiera ir conduciendo al hospital. Mi superior no estaba en el despacho, no tenía a nadie más con quien consultar y la sala de espera estaba llena de pacientes.

Le dije: «Linda, mírame a los ojos. Necesito que confíes en mi y que repitas exactamente lo que yo digo y hago». Hicimos tapping en el punto de kárate y dijimos: “Aunque esto es una mierda; he perdido la casa y me estoy derrumbando…”

De repente estaba completamente centrada, mirándome intensamente. Hicimos los puntos de tapping muy rápidamente, repitiendo:…Esto es una mierda total… Acabo de perder la casa… No tengo ni idea de cómo voy a salir de esta… y cosas por el estilo.

Tras una secuencia se tranquilizó y estaba muchísimo más calmada. Le pedí que me dijese cómo de mal se sentía cuando llegó, en una escala de 1 a 10, y contestó que 100, pero que en esos momentos estaba alrededor de 4. Me preguntó: «¿Qué hiciste?». Le dije que había reparado toda su energía, es decir, que habíamos hecho tapping en sus átomos, con sus protones, neutrones y electrones para alinearlos de nuevo. Estaba lo suficientemente serena y calmada como para conducir sin peligro. (Por cierto, ¡recuperó su casa!)

La segunda paciente fue «Sue», que estaba tan deprimida que no podía parar de llorar. Había tenido depresión durante años y últimamente había empeorado. Le habían cambiado la medicación, lo cual funcionó al principio, pero la depresión había vuelto y estaba al borde de perder su trabajo.

Una vez más, la consulta estaba abarrotada y no tenía demasiado tiempo para trabajar con ella, así que le pedí sencillamente que hiciese y dijese lo mismo que yo. La frase preparatoria fue: Auque estoy tan tremendamente deprimida…

Pasó de sollozar descontroladamente a mirarme con los ojos sin lágrimas, calmada y sorprendida. «¿Qué hiciste?», me preguntó. Se lo expliqué brevemente, le hice un diagrama de los puntos y le di la dirección de Web de EFT. Le pedí que hiciese tapping en los puntos siempre que se sintiese disgustada o deprimida, y que no se preocupase por lo que decía o cómo lo decía.

Ambas estaban en un estado que requerían acción inmediata, por lo que no podía permitir que se fuesen de la consulta tal como estaban, por su propia seguridad en carretera, y la de los demás. Mis opciones eran sencillamente llamar a una ambulancia y mandarlas a urgencias o hacer tapping con ellas. Me da risa pensar que, cuando los pacientes sufren una crisis y requieren el remedio más inmediato y eficaz, recurro a la “artillería pesada” y les enseño EFT. Nunca ha habido una droga capaz de lograr lo que hace EFT.

¡Disfruta haciendo tapping!

Adrienne

Traducido por Ana Saval-Badía Escribir a Ana

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