¡Ahora lo entiendo!

AHEFT

Publicado: febrero 23, 2021

Autor Desconocido

Siendo niño pertenecí al Movimiento Scout. Ahí nos enseñaban, entre otras cosas, la importancia de la «Buena Acción», que consistía en realizar todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la calle y botarlo en la papelera, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a cruzar la calle, etc. Me gustaba mucho cumplir esa tarea.

Un día caminaba por una calle de mi ciudad y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.

Vi allí una gran oportunidad para hacer la «Buena Acción» y como buen Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca  había entablillado a nadie pero el «Manual Scout» decía cómo hacerlo. Con mucho amor y  entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me  llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la «rabia» (coraje) por la mordida no se me quitó con la vacuna.

Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es  tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.

Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ¡ahora si lo entiendo perfectamente!.

Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡Muerde!. Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.

Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño… no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas ni lo critiques, mas bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo.

¡Ahora lo entiendo!

Artículos Relacionados

Testimonios

María Elizabeth Butrón Torres de Lima (Perú) estudiante de Psicología, hipnósis clínica y Biomagnetismo [1] Hola me llamo María Elizabeth Butrón, soy de Lima (Perú) y quiero compartir con vosotros mi…

Haciendo Tapping en agradecimiento a EFT

Por Angie Muchillo Hola Gary Aquí presento un protocolo sencillo y pequeño de EFT con el potencial para aumentar la efectividad de la EFT Protocolo de gratitud de EFT ¿Está usted agradecido co…