A lo largo de los años, han sido varias las veces que he leído acerca de los beneficios que aporta el tapping realizado en grupo. El hecho de centrar todas las energías del grupo, tiene un efecto amplificador para todos los participantes. Marilyn Deak, instructora de tapping, nos facilita algunos ejemplos palpables de estos beneficios entre su grupo de apoyo a personas con problemas cardiovasculares.

De Marilyn Deak, Instructora tapping (EFT)

Estimado Gary,

He tenido el privilegio de hacer partícipes de la técnica tapping (EFT) a un grupo de apoyo a personas con problemas cardiovasculares. La utilización del tapping en el entorno del grupo ha brindado algunos beneficios especiales que han sido de gran utilidad para todos los participantes.

Tanto a nivel de terapia individual como en terapia de grupo, el tapping se utiliza como una herramienta para acelerar la curación en dicha sesión de tapping y como herramienta para que los pacientes/clientes se la lleven a sus casas y la puedan utilizar diariamente para hacer su vida más llevadera y continuar con su curación. Dentro del entorno del grupo, el poder del tapping, se ve reforzado debido a:

1) Toda la energía aportada por el grupo focalizada en el problema de una persona, hace que aumente la energía disponible en el proceso de curación. Por ejemplo, Ellen había venido utilizando un bastón para poder andar durante un año y su capacidad para caminar se estaba deteriorando. Ellen nos comentó el problema psicológico que esto le producía y todo el grupo se puso a hacer tapping, diciendo: “Aunque los mensajes que el cerebro de Ellen envía, no llegan a su pierna derecha, ella se acepta total y profundamente”, y “Aunque el flujo de sangre que corre por los pies de Ellen, no es suficiente…”. Ellen nos comunicó que había sentido cómo la energía fluia por su pierna durante el tapping y que al final de la sesión, sentía su pierna más relajada y sin tanta tensión nerviosa. “Continuó practicando tapping para sí misma y en un plazo de cuatro días, ya podía andar sin bastón e incluso continuó mejorando.

2) Percibimos que el tratamiento en grupo al final de la sesión ayuda a los miembros a integrar la curación con EFT y a ampliar los cambios cognitivos. El grupo hizo tapping con Amy para curar su miedo a recaer en su enfermedad. “Aunque estoy aterrorizada porque pueda tener una recaida…”, “Aunque me temo que este resfriado es el aviso de que voy a tener que volver al hospital…”. Después de varias rondas de tapping, los integrantes del grupo empezaron a compartir sus miedos sobre su salud, y los cambios experimentados con el tapping. Comentaron que habían aprendido a verse ellos mismos como individuos, aislados de sus retos físicos, de las lecciones que habían aprendido del hecho de enfrentarse con la enfermedad y de que la vida continúa. A medida que ibamos hablando, Amy iba relajándose y dándose cuenta que tenía un camino por recorrer.

3) Trabajar en grupo tiene beneficios compartidos y después de hacer tapping por los temores de Amy, John comentó que su dolor de cuello había desaparecido.

4) Hemos ido observando que los miembros del grupo se apoyan entresí, entre sesion y sesion, dándose ánimos mutuamente para practicar “TAPPING”. Esto hace que se acelere la incorporación de EFT como herramienta de utilización diaria para enfrentarse a los problemas.

5) La homogeneidad entre los miembros del grupo y la información que aportan muchos de ellos, nos permite comentar sobre temas que no sería posible hacerlo en terapias individuales. Hemos tenido largas charlas sobre EFT y particularmente sobre la “frase de inicio”. El aceptarse a sí mismo unido al reconocimiento del problema, es de interés primordial. Mucha gente del grupo ha luchado con la frase: “Me acepto y me quiero total y profundamente”. Como hemos compartido historias reales en las que nos han dicho que el “orgullo” es un pecado y que no “merecemos la pena”, hace que la importancia de esta afirmación en nuestro camino hacia la curación se haya notado totalmente y para muchos ha resultado ser como un alegre despertar.

Atentamente.

Marilyn R. Deak, Ph.D.

Traducido por María Jesús García