Quizás has tenido la experiencia de uno o más de esos clientes que simplemente no le pueden dar crédito a EFT por sus resultados de sanación. Shelley Hawkins-Clark tuvo una cliente que, a pesar de tener tiempo limitado, recibió un gran alivio en su espalda. A lo largo del proceso se usó la intuición de Shelley.
Por Shelley Hawkins-Clark
Una de mis clientes actuales es una terapista de masaje con la que trabajo en base a intercambio de servicios. Ella está abierta y de alguna manera está familiarizada con los trabajos de energía, pero interesantemente, al ir progresando con EFT, sus comentarios son “No sé si esto funcionará…” o “No sé si fue por éste trabajo, pero puedo ver esto diferente ahora.”
En nuestra sesión más reciente, me compartió varias cosas que pasaban en su vida y le pedí que eligiera el asunto o área que pensaba que era una prioridad. Empezamos en un asunto, pero la conversación pronto se enfocó en el dolor que estaba empezando en su brazo derecho y el dolor por todo el lado derecho de su espalda, desde su “occipucio hasta su cóccix”. “Le pregunté por cuánto tiempo había tenido el dolor en su costado derecho y dijo, “unas dos semanas.” Ella atribuía su dolor a la naturaleza de su trabajo con los masajes y que dependía mucho de su lado derecho. No quería, sin embargo, trabajar en su dolor porque planeaba ir con un osteópata y no creía que EFT pudiera “servir” para eso.
Guiándome por la intuición, le pregunté si estaba familiarizada con el concepto de que el lado izquierdo del cuerpo representa lo femenino y el lado derecho lo masculino, y le pregunté si sentía algún desequilibrio en su parte masculina. Lo pensó un poco y dijo “¡Sí!” y describió una discusión que tuvo con su esposo dos semanas antes.
Con el tiempo limitado, hicimos tapping sobre los aspectos de la discusión, que tuvieron valores de 6 a 9; “Esta tonta discusión” (sus palabras), “A pesar de que “Mark” estaba a la defensiva…”, “A pesar de que siento que no me escuchaba…”, “A pesar de que estoy frustrada conmigo misma por reaccionar así…”, “A pesar de que me sentí mal interpretada…” y así. Durante toda la sesión, ella se movía y acomodaba buscando una posición cómoda debido al dolor en su espalda.
Al terminar la sesión, hicimos tapping en muchas afirmaciones y frases de perdón (tanto por ella como por su esposo) para ayudarle a cambiar su perspectiva. Al final, los aspectos se habían bajado a cero, y ella pudo hablar sobre la discusión con una perspectiva completamente diferente; entendiendo por qué su esposo reaccionó de esa manera y descubriendo nuevos aspectos de asuntos mayores que necesitaban ser trabajados (lo que llamamos argumentos “tontos” nunca son realmente acerca de la persona más cercana, sino algo que nos lleva a curar los asuntos mayores); ella estaba más relajada y su sonrisa regresó.
Programamos nuestra siguiente cita, y justo cuando ya me iba, ella dijo “Oh, a propósito, el dolor en mi espalda se siente ahora de la mitad hasta el cuello. El dolor más abajo se me quitó.”
“Excelente”, dije y caminé con una sonrisa.
Shelley Hawkins-Clark
Traducido por Sergio Lizarraga