Deborah Miller ayuda a niños con cáncer – historias conmovedoras y fotos – AHEFT

AHEFT

Publicado: febrero 22, 2021

Hola a todos / todas,


Invierta tiempo de calidad en este artículo. Deborah Miller de México fue invitada a utilizar EFT con más de 100 niños con cáncer en un hospital. Ella da los antecedentes y las historias en este artículo tan único. Mientras trabajaba con los niños utilizaba al Oso Tappy (Tappy Bear), un oso de peluche mimoso con los puntos de tapping. A los niños les encantaba. Usted puede obtener más información acerca del Oso Tappy introduciendo el término Tappy Bear en Google.

Por Deborah Miller, PhD

Gary,

Tomé una oportunidad que ha cambiado mi vida; se me permitió usar EFT en niños que tienen cáncer, en el mismo pabellón del hospital. Como sigo viendo cambios profundos en los niños, en los padres y en el personal, me di cuenta de que es hora de que yo comparta lo que ha ocurrido y, con suerte, de que inspire a todos a aprovechar las oportunidades que cruzan su camino.

El haber sido invitada al hospital fue mi oportunidad, pero lo que hice y sigo haciendo con esto va mucho más allá de lo que me imaginé. Empecé con la idea de ver lo que sucede cuando hago tapping con unos pocos niños que sufren de cáncer. En poco más de un año, me encontré trabajando con 135 niños y más de 500 miembros de las familias, además de con mucho personal del hospital, y de ahí fui invitada oficialmente para enseñar EFT a todo el personal del hospital. ¿Quién hubiera imaginado?

Me gustaría animar a todos a que tomen de la mano a las pequeñas oportunidades que surgen porque uno nunca sabe dónde le llevará. Yo, de seguro, nunca en mi vida me imaginé que trabajaría con niños que tienen cáncer y aquí estoy a punto de embarcarme en un viaje de la enseñanza de EFT en los hospitales. Tome de la mano los dones y las oportunidades que recibe y utilice sus dones al máximo. Con ellos vendrán las bendiciones seguramente.

Durante mi trabajo de EFT y de energía, el hospital ha cambiado significativamente. Comparto estas historias para inspirar y dar esperanza a todos los que las lean.

Namaste

Deborah Miller, Ph.D.

¿Cómo se mejoró notablemente la calidad de vida de los niños y del personal en un pabellón de cáncer en Oaxaca, México?

La respuesta: Se les introdujo a todos a EFT.

Enseñar y hacer EFT con estos niños ha sido la experiencia más increíble de mi vida. No sólo me ha ayudado a crecer personalmente, cambiando mis percepciones y paradigmas en muchos sentidos, sino que también como practicante de EFT.

Cuando empecé a hacer EFT en el hospital con los niños, me sentía curiosa en cuanto a lo que ocurriría a pesar de las limitaciones de las condiciones de trabajo y de las circunstancias. Con el tiempo y con un poco de aliento y perseverancia, empecé a ver los detalles y la magnitud real de lo que esto implicaba. Me di cuenta de que se hacían verdaderas mejoras. Los niños no sólo se sentían mejor físicamente, sino que su dolor y las náuseas disminuyeron, las fiebres se redujeron, su sistema inmunitario se recuperó más rápido, cambios emocionales profundos también se produjeron. Se deshacían de sus miedos y del terror a las agujas, a las enfermeras, a los médicos, a su enfermedad, y creaban autoestima y valor propio para nombrar algunos.

Mientras me daba cuenta acerca de estos cambios tan importantes que a menudo son pasados por alto, me alegré también de observar que algunos de los niños que hacían tapping conmigo estaban aprendiendo habilidades para la vida que rara vez se les enseñan. En cierto modo se les devolvió su dignidad, y eso les permitió abrazar su enfermedad en un nivel completamente nuevo. Ellos eran los propietarios de su enfermedad y reclamaron su derecho a sanar, y de hecho a permitir que su cuerpo comenzara el proceso de curación.

Vi a niño tras niño hacer tapping por su cuenta, hacían tapping con el Oso Tappy y le recordaban a sus padres que hicieran tapping con ellos. Ellos comenzaron a elegir sentirse mejor, bajo el peor de los casos, y a permitirse a sí mismos ser felices centrándose en todo lo que era bueno en ese momento en sus vidas. Esto, a su vez, me trajo mi más preciado trofeo, sus sonrisas y alegría.

La calidad de vida ha mejorado drásticamente para estos niños y, por consiguiente, la de sus padres, la del personal del hospital, la del médico y la mía.

Estos chicos son almas increíbles y es un honor trabajar con ellos.

¿Cómo se produjo el trabajo con EFT y los niños en el Hospital?

¿Cómo comienza uno un proyecto tan intenso y enorme como lo es trabajar con EFT y niños con cáncer, en un hospital nada menos? Sorprendentemente empezó de la forma más sencilla. Fui invitada a participar en una Recolección de Fondos para Niños con Cáncer en un parque local. Yo acababa de recibir mi nuevo Oso Tappy y estaba deseosa de ver cómo los niños respondían a él. Fui al parque ese día con la siguiente idea: “Vamos a ver qué pasa. Voy a pasar unas horas de mi tiempo dando una mano y ayudando a algunos niños a que se sientan un poco mejor”. Esta simple idea ha dado lugar a un proyecto de toda la vida que sigue creciendo y llenando mi corazón de amor.

Mi experiencia ese día fue una delicia. Recuerde que estábamos en un parque con los niños acostados en catres bajo tiendas de campaña improvisadas. Es bastante sorprendente ver a estos hermosos niños en batas de color verde pálido con poco o ningún pelo, algunos calmados, algunos muy débiles, algunos con fluido intravenoso, algunos en silencio, algunos distantes.

Trabajé con 4 niños ese día. La primera fue Cinthia. Tenía la cara más redonda y aunque no veía bien de un ojo, prestaba mucha atención. Ella sonreía y estaba dispuesta a probar EFT pensando que era divertido sobre todo porque le tocó usar el Oso Tappy. Le hizo sentir mucho más relajada y redujo su malestar. Me alegró ya que era un comienzo alentador.

Con los demás niños tuve menos éxito. Uno de ellos estaba dispuesto a usar EFT, otra se encontraba todavía en la conmoción de descubrir que tenía leucemia, pero a sus padres les trajo algo de alivio hacer tapping. El último niño ese día era tímido. Sin embargo, cada uno se relajó de alguna manera. En cada caso el Oso Tappy fue una manera suave y gentil de acercarse a estos niños, que es muy diferente de su experiencia con las agujas, las medicinas y un hospital.

Después de observar mi tapping, el médico a cargo del pabellón de cáncer comentó acerca de que yo probara EFT en el propio hospital. Esta idea tuvo que cuajar para ambos, y tomó 2 meses antes de que lográramos conectarnos. El día en que nos reunimos fue un día memorable para mí. Fue el comienzo de un viaje mayor y de una experiencia de aprendizaje en mi vida.

Empezó bastante simple con una conversación entre el médico y yo acerca de EFT y las necesidades de estos niños más allá de los tratamientos físicos que reciben. Él básicamente me dio la libertad de hacer lo que yo pudiera con EFT, y lo hice con mi fiel Oso Tappy.

Elegí empezar por enseñar EFT al personal de enfermería ya que son los que están en contacto inmediato con los niños sobre una base diaria. Quería que supieran personalmente lo que yo pretendía hacer, y que no estuvieran sorprendidos por los tappings que pueden parecer extraños y por el “oso de peluche” que yo iba a usar. Los guié a través de unas cuantas rondas de EFT y terminamos riendo, bostezando y relajándonos. Eso creó una hermosa relación entre estas enfermeras que cuidan de manera diligente a estos niños y yo. Cuando me reuní con ellas inicialmente pude sentir que estaban estresadas y cansadas por la cantidad de trabajo de cuidar a estos niños, sobre todo porque apegarse demasiado a cualquiera de los niños es difícil y tiene consecuencias emocionales si él o ella no sobrevive. Sinceramente, creo que esa conexión con ellas ha sido una de las claves del éxito, ya que libremente me permiten trabajar con ellas y con los niños.

Cuando llegué al área de los niños, para mi sorpresa, la primera niña que vi en el hospital fue a Cinthia. Ella se alegró de verme a mí y a la bolsa azul de Tappy en mi hombro. Me dijo emocionada que se acordaba de cómo hacer tapping, le había enseñado a su papá como hacer tapping y ellos hacían tapping juntos. Cuán maravilloso que después de 10 minutos de hacer tapping conmigo, ella pudiera darse cuenta de su valor, usarlo y enseñarle a alguien a hacer tapping con ella. Ella fue la primera que recibió un Oso Tappy, y yo sabía que necesitaría muchos más de inmediato (con el apoyo firme y la ayuda de TappyBear Inc he podido dar a más de 80 niños con cáncer su propio Oso Tappy). Cada vez que le doy a un niño un Oso Tappy, veo a los otros niños que me miran con esperanza en sus ojos de que ellos serán el siguiente. Me hace desear darle uno a cada niño ahora mismo.

Percepciones iniciales.

El pabellón de niños con cáncer tiene una sala de espera donde hasta 25 padres y los niños esperan para los tratamientos y dos habitaciones con camas. Una de ellas cuenta con 3 camas y la otra con 6 camas.

El primer día que entré en el pabellón, estaba abrumada por la tristeza, el dolor, la miseria y el miedo que literalmente sentí, como si un muro me golpeara con estas emociones. Vi a una madre y a su niño abrazados juntos en una esquina, y había alrededor de 30 personas más en la habitación en un estado similar. Podía sentir que en su percepción estaban solos, abrazados en su propia miseria. Fue una imagen solitaria, aislada y deprimente que me entristeció profundamente.

Con Cinthia y con Tappy como mis rompe-hielo, empecé a disolver todas las dudas, y me senté para hacer tapping con ella, observada por todos los demás. Su sonrisa era más que suficiente prueba de que este era sólo el comienzo.

Cuando comencé a utilizar EFT, los niños y los padres que hacían tapping conmigo empezaron a sentir alivio en muchos niveles. Con el tiempo, y a medida que más y más de los niños y sus padres aprendieron EFT, gradualmente cambió el ambiente completo del pabellón.

Aquí están algunos de los cambios que he percibido.

– Una mañana entré y cuatro niños con sus padres estaban desayunando juntos y riendo. Esto fue tan notable que incluso el médico lo observó y me comentó al respecto.

– En otra visita, los niños estaban jugando juntos o por su propia cuenta. Se reían y hablaban los unos con los otros. Hacían rompecabezas, dibujaban y coloreaban. Jugaban con una pelota y construían cosas con los Legos.

– Otro cambio fue que los padres hablaban entre ellos, compartían experiencias y se ayudaban el uno al otro. Una madre, antes de aprender EFT, me dijo que no podía ayudar a nadie más. Estaba tan absorta en sus propios problemas con su propio hijo que no podía ni siquiera pensar en mirar lo que estaba pasando con los demás y mucho menos ayudarles. Ahora se siente capacitada, porque se siente tranquila y mucho más relajada con respecto al cáncer de su hijo. Créanme, ahora es una de las madres que se sale de su camino para ayudar a los niños y a otros padres.

– El siguiente aspecto que me sorprendió es que las enfermeras están más relajadas, ya que disfrutan de interactuar con los niños que no les tienen miedo (o menos miedo), o que temen menos a los tratamientos que se les da.

– Una coincidencia indirecta deliciosa fue que el único lugar en todo el hospital que tiene un nuevo trabajo de pintura es el Pabellón de Cáncer de Infantes. Pasó de paredes gris apagado y puertas azul oscuro a colores frescos y atrayentes como un hermoso color amarillo suave con detalles de peluches y un azul claro con escenas del mar.

– Los propios padres de familia han tenido una reducción notable de la ansiedad y de la intensidad de su miedo, por lo que pueden ser alegres con sus hijos.

– Uno de los mejores aspectos es que el médico y las enfermeras encontraron una mayor aceptación de los niños a la hora de tomar sus medicamentos o cuando venían al hospital para tratamientos e inyecciones.

El gran cambio es que ahora cuando entro al pabellón de cáncer, la energía se siente liviana y cómoda. La presencia perenne y la gravedad de la enfermedad siguen ahí, pero no el miedo intenso a la enfermedad o la incapacidad para trabajarla. Ahora se escuchan risas regularmente que vienen del pabellón.

Para mí, estos cambios por sí solos han hecho que valga la pena traer el don de EFT al hospital.

Rodolfo, un Campeón de EFT


Contacto Inicial

Rodolfo, de 11 años de edad, estaba de vuelta en el hospital debido a un dolor en su estómago y a un lado de su cuerpo. Se le diagnosticó con una masa calcificada en su riñón derecho. Hice tapping con él para que se deshiciera de ese dolor inicial y a partir de ahí hizo un ritual diario del tapping con Tappy. Dejé un Oso Tappy con él en el hospital; dormía con él y hacía tapping con él a diario. Incluso cuando se fue a casa hizo tapping cada día. Prometió hacer tapping dos veces al día y lo hizo. Los resultados son maravillosos.

Se le programó la cirugía para extirpar la masa renal. Tenía miedo de esta cirugía e hicimos tapping para alejar todos estos temores. En el libro de Louise L. Hay “Usted puede sanar su vida” (“You Can Heal Your Life”) se habla de que los problemas renales tienen que ver con la autocrítica. Le dije que los riñones representan la crítica, especialmente la autocrítica. Estuvo de acuerdo en que era muy crítico de sí mismo.

Hicimos tapping:

Soy tan crítico de mí mismo.

Siempre me digo a mí mismo lo malo que soy, o cuan mal hago las cosas.

Me reduzco a mí mismo.

Soy duro conmigo mismo, al igual que mi masa calcificada.

Critico a otros.

También soy duro con ellos.

Mi familia me critica también.

Ellos son duros conmigo.

No es de extrañar que tenga esta masa dura en mi riñón.

Me siento herido cuando a otros no les gusta lo que digo o hago.

Hicimos tapping:

Elijo ser agradable conmigo mismo.

Soy un buen chico.

Soy un gran muchacho y soy talentoso.

Digo cosas bonitas sobre mí y sobre otros.

Soy digno.

Elijo elogiarme a mí mismo cuando hago bien.

Visualizando y haciendo tapping para eliminar la masa renal calcificada

Trabajamos en la masa en sí. Empezamos por imaginarla. Era del tamaño de una toronja. Vimos estas células precancerosas encapsuladas en luz, al igual que la toronja tiene piel a su alrededor. Le pregunté a Rodolfo que si él imaginara hacer lo que necesitaba para eliminar la masa, ¿qué sería? Él dijo, «Cortarla con una espada». Era una espada mágica.

Hicimos tapping:

Uso mi espada para cortar la masa en trozos, 5 trozos.

Quemo esas células malas hasta que sólo quedan cenizas y soplo las cenizas para que se vayan lejos.

Cambio esas células malas en células buenas.

Incluso si los médicos deben sacarlas está bien.

Esto significa que tengo la oportunidad de comenzar otra vez sin criticarme a mí mismo.

Soy un muchacho dulce.

Soy dulce conmigo mismo.

No me tomo las cosas personalmente.

Sé cuando se trata de mí y cuando no se trata de mí.

Asumo la responsabilidad por mis cosas, pero no por la de los demás.

Una vez que hicimos esto, ya no tenía miedo a la cirugía. Continuamos:

Dejo ir todos los temores ocultos o la necesidad de cubrirlos para parecer fuerte.

Comenzó a bostezar profusamente mientras hacíamos tapping. (El bostezo es una señal de liberación cuando uno hace tapping).

Soy un buen chico, no un chico malo.

Cambio mis temores por puntos fuertes.

Imaginamos cómo se desarrollaría la cirugía desde el principio hasta el final e hicimos tapping al mismo tiempo. Hicimos tapping:

Estoy sonriendo y riendo con las enfermeras y los médicos.

Ellos me tratan muy bien.

Se ocupan de mí.

Voy a dormir sin preocupaciones.

Sé que el cirujano está haciendo su mejor trabajo.

Llevo 5 ángeles conmigo para cuidar de mí y de los médicos y de las enfermeras.

Vuelvo a mi habitación después y me siento bien.

Le gustaron mucho estas imágenes. Me dijo que si sentía algún temor cuando estuviera a punto de ir a la cirugía, haría tapping. Al final, la cirugía fue pospuesta y esa fue su oportunidad para hacer más tapping

Haciendo tapping en casa sin y con el Oso Tappy

Rodolfo prometió hacer tapping dos veces al día cuando estuviera en casa (incluso sin un Tappy). Lo hizo. Los resultados eran evidentes. Cuando lo vi de nuevo lucía fabuloso. Tenía un color estupendo, sonreía de oreja a oreja y parecía tan feliz, a pesar de que estaba esperando a tener su cita con el médico. Los dolores de estómago que usualmente tenía cuando estaba en el hospital se habían ido. No había sufrido de un resfriado, como generalmente lo hacía.

Cuando recibí una donación de Osos Tappy, Rodolfo recibió uno. Creo que fue el mejor regalo que hubiera recibido jamás. Me sonrío ampliamente mientras recibía su Tappy y prometió hacer tapping cada día, y lo ha hecho.

Rodolfo es un Campeón de EFT

Rodolfo es fiel a su palabra acerca de hacer EFT todos los días. Todavía utiliza su “espada mágica” para sentirse fuerte y protegido. De hecho, fue mucho más allá de lo que prometió. Hace tapping todos los días con sus padres. Les enseñó a hacer tapping (o a hacer EFT) a su hermana y hermano más jóvenes, a sus tías y a sus tíos, a sus primos y a sus amigos. Dos de sus amigos vienen todos los días después de la escuela y hacen tapping juntos.

¡Vaya! Aquí hay un hombre joven que no sólo hace tapping activamente todos los días, sino que también reconoció lo bien que se siente cuando hace EFT y, a continuación, se impuso a sí mismo enseñarle a su familia y a sus amigos. Cuando uno lo ve, entiende lo bien que le va. Se ve fabuloso. Tiene su cabellera completa; ha crecido y tiene la sonrisa más increíble. Más allá de todo eso, lo más evidente a ser notado es que realmente emana paz. Uno lo puede ver en sus ojos. Por eso para mí, Rodolfo es un Campeón de EFT.

Haciendo tapping mientras un internista toma muestras de sangre

Tuve una bonita experiencia ayudando no sólo a dos chicos jóvenes a que se sintieran mejor, sino también ayudando a una internista a relajarse mientras tomaba muestras de sangre. Imagínese el estrés que un internista debe sentir cuando tiene que tomar muestras a un niño que grita, así como la dificultad si el niño se mueve alrededor y se resiste.

Cuando la internista estaba a punto de tomar la muestra de Christopher, comencé a hacer tapping con él. Él estaba llorando y casi gritando, ya que no quería lo que iba a venir. Mientras hacíamos tapping, él se relajó y lloró menos. En realidad se olvidó de llorar un par de veces y tuvo que recordarse a sí mismo de hacerlo, porque eso es lo que haces cuando alguien te pincha con una aguja.

Hicimos tapping:

La internista es una buena señora y hará lo mejor que puede.

Estoy relajado por lo que es más fácil para ella tomar la muestra.

Ella hace tan buen trabajo que esto se termina antes de que me dé cuenta.

Ni siquiera duele.

Estoy tan relajado que todo sucede rápidamente.

Seguí haciendo tapping y él se relajó más y más y antes de que se diera cuenta, la muestra de sangre había sido tomada. Su brazo ni siquiera sangró.

En ese momento empezamos a hablar de otras cosas como si eso es lo que hubiéramos estado haciendo antes de que la internista llegara a tomar la muestra. Ya había pasado y había sido olvidado. Unos minutos más tarde él estaba durmiendo.

La internista preguntó si yo haría tapping con el próximo chico joven, Eduardo, mientras ella tomaba su muestra de sangre. Fui al otro lado de la habitación y empecé a hacer tapping con él mientras ella se preparaba y preparaba al niño. El niño comenzó a llorar y a pedir a su mamá, pero a medida que yo hacía tapping y le hablaba él se relajó, lloró un poco, se relajó. Él la miraba mientras ella se ponía su bata, la máscara y los guantes y eso lo puso incómodo.

Hicimos tapping:

Ella usa la bata y la máscara para asegurarse de que todo se mantenga limpio.

Ella es una buena internista que se asegura de que todo esté bien.

Ella quiere que todo salga bien.

Ella se está asegurando de que todo esté perfecto.

No tengo por qué tener miedo.

Me relajo y me mantengo en calma.

Entonces vio a la internista con la gasa toda coloreada feamente por el yodo para limpiar su piel. Pude ver el pánico en su rostro.

Hicimos tapping:

Es sólo un líquido para limpiar mi piel.

Es como jabón, nada más, pero tiene un color feo.

No me duele.

No es sangre.

Es igual que el jabón.

Ves, ahora ella está usando agua para enjuagar el jabón.

Quiera asegurarse de que tu brazo esté limpio.

Él se relajó. Mientras la internista tomaba la muestra, sí lloró ya que le dolió algo, pero se relajó inmediatamente una vez tomada la muestra.

Hicimos tapping:

Soy un chico valiente.

Me relajo y todo habrá pasado pronto.

Relajo mi brazo y duele menos.

Soy un buen chico.

Cuando terminó, sí se relajó.

Hicimos tapping:

Ya esto ha pasado y puedo relajarme completamente.

Ha pasado y puedo relajar mi brazo.

Mando lejos el dolor, no lo necesito.

Soy un buen chico,

Me siento mejor ahora.

Su mamá le preguntó que cómo le fue y él dijo que no le había dolido tanto. Incluso tan joven como es, es decir 3 años de edad, sabía que algo era diferente a lo que había experimentado antes. Pude ver la curiosidad en sus ojos mientras trataba de entenderlo.

Posteriormente, la internista me agradeció diciéndome que para ella fue una experiencia mucho mejor porque los niños estaban mucho más tranquilos. Mientras hacía tapping para los niños y los veía relajarse, vi que ella se relajaba y se sentía más confiada. De hecho, yo estaba haciendo tapping para ella tanto como para los chicos por las frases que usé. Fue una situación de bonita ganancia tanto para los niños como para la internista.

Jonathan se va con paz y amor

Jonathan era un joven de 15 años cuando me reuní con él. Casi nunca me hablaba a mí ni a nadie más. Estaba enojado, frustrado y disgustado con el mundo. Se encerró a sí mismo en su propio mundo de miseria, el dolor y el sufrimiento de la leucemia.

Aunque no hablaba conmigo, yo lo visitaba y le hablaba, hacía EFT para él mientras él me miraba. En raras ocasiones decía algo. Llegué a conocer a una de sus hermanas y juntas hicimos tapping para Jonathan. Me dijo que el padre de Jonathan había muerto cuando Jonathan tenía 8 años de edad. Básicamente estaba solo en casa, ya que su madre tenía que trabajar para mantenerlos a todos ellos. Jonathan era el más joven de 8 niños.

Un viernes Jonathan estaba en muy mala forma. Tuve una conversación mental con Jonathan. Le dije que entendía por qué estaba tan enfadado con su madre por no estar ahí para él, con la partida de su padre y que tenía razón para estar enojado con el mundo. Estaba enojado de que su madre no lo amó porque ella misma era como una niña pequeña así que no podía estar ahí para él, y de que su padre murió y lo dejó. Tenía todas las razones para estar enojado con el mundo. Le dije que tenía dos alternativas: Quedarse y sanar eso con amor en su corazón, o irse y estar en Espíritu. Le dije que cualquier alternativa estaba bien. Dependía de él. Me fui del hospital con la sensación de que él no estaría vivo la próxima vez que yo entrara. Llegué el lunes y me encontré con la sorpresa de que Jonathan se veía mejor y estaba con un mayor número de familiares de lo que yo hubiera visto nunca.

Durante los meses siguientes, Jonathan se convirtió en un joven diferente. Sonreía, hablaba y estaba abierto. Hacía EFT conmigo cada vez que yo iba. Usaba al Oso Tappy también cuando nadie estaba por los alrededores. Hice tapping con sus hermanas y con su madre y con él acerca de su curación, acerca de sus heridas y dolores, y los dolores de ellas. Vi que lo que Jonathan quería más en este mundo era sentirse amado. Al hacer EFT el liberó muchos de sus bloqueos para recibir amor.

La última vez que vi a Jonathan se veía realmente feliz y contento mientras salía del hospital. Tenía una expresión de paz en sus ojos. Le dijo a una de las otras madres antes de irse, que se sentía bien, que se sentía en paz, y que estaba bien, pero que sabía que su cuerpo no podía recuperarse. En el momento que lo conocí, su cuerpo no había estado respondiendo a ningún tratamiento por meses. Por lo tanto, aunque Jonathan falleció pocos meses más tarde, obtuvo algo tan importante, tan grande, tan increíble: murió sintiéndose en paz, en lugar de estar enojado con el mundo, creó una curación en sí mismo y en su familia, que le permitió sentir su amor, la única cosa que quería más en la vida. Ese regalo vivirá por un largo tiempo.

Bendiciones a ti Jonathan por ser un alma tan maravillosa. Te doy las gracias por enseñarme que no siempre podré tener éxito en ayudar a los niños a curarse del cáncer, pero que algo más grande puede provenir de esto, la curación del corazón y del alma.

Karen Baila con Tappy


Miedo Rojo

Karen es una de 4 años con grandes ojos. Tiene leucemia. Su rostro estaba enrojecido con manchas de color rojo. Le mostré al Oso Tappy e hice tapping para ella. Al principio estaba tímida pero luego lo disfrutó. Hicimos tapping en Tappy sobre el miedo que tenía cuando se enfermó por primera vez. El primer signo de su enfermedad fue la fiebre. Regresaba una y otra vez aproximadamente cada dos semanas. El miedo era rojo. Hicimos tapping de que lo tirábamos lejos. También hicimos tapping para tirar lejos su enfermedad. Desde entonces, su cara raramente se enrojece.

Trayendo a Papá de Regreso

A pesar de Karen es muy joven, es increíblemente inteligente y tiene una gran memoria. Como tiene tan buena memoria, le pregunté si recordaba por qué se enfermó. Me dijo mi papá volvió cuando yo estaba enferma. Él estaba lejos. Hicimos tapping:

Tuve que enfermarme para que mi papá regresara a casa.

Él regresó a casa porque me enfermé.

Él vino a casa a cuidar de mí.

Tuve que enfermarme para que él viniera a la casa.

Soy una buena niña y no tengo que enfermarme para que mi papá venga a casa o para que se quede.

Me puedo mejorar.

En este punto cuando empecé a hablar de que era seguro estar bien, ella se cansó. Como si fuera demasiado renunciar a esa creencia.

Bailando con Tappy

Al siguiente día hice tapping con Karen y Geraldine. Cada una de nosotras tenía un Oso Tappy. Hice tapping en sus botones y ellas me siguieron diciendo lo mismo que yo. Continué desde donde Karen y yo habíamos parado el día antes.

Hicimos tapping:

Soy amada sea que esté enferma o bien.

No tengo a enfermarme para tener a mi papá en casa.

Puedo ser saludable y tener el amor de ambos de mis padres.

Yo soy una gran niña.

Puedo sanar.

Mi cuerpo sana.

Soy digna.

Soy amada.

Soy un ángel.

Soy amor.

Algo hizo clic cuando hicieron tapping sobre que ellas eran amor. Abrieron sus ojos mucho como si nunca se les hubiera ocurrido antes. Luego ambas se levantaron, pusieron al Oso Tappy encima de sus cabezas y empezaron a bailar alrededor del pabellón de cáncer. Había tal alegría en su danza. Nunca había visto tal despliegue de alegría en este pabellón antes. Ver una alegría tan pura trajo sonrisas a las caras de todos nosotros.

Cita de Karen

Me gusta hacer tapping con el Oso Tappy porque él es tan encantador.

Emigdio, un Niño con Cáncer, y sus Miedos

Emigdio tiene leucemia. La primera vez que me reuní con Emigdio él estaba solo en la cama de hospital, tumbado allí pálido, triste y sin ningún tipo de energía. Me vio venir con el Oso Tappy y pude ver la curiosidad en sus ojos. Cuando entré con el Oso Tappy, él estaba curioso. ¿Quién es esta mujer y por qué lleva consigo un oso de peluche? Le pregunté si quería aprender a utilizar sus dedos mágicos. Él asintió. Cuando le pregunté si se sentía triste o tenía dolor, dijo que no tenía energía alguna. Empezamos a utilizar a Tappy e hicimos tapping sobre la energía. Su color se mejoró y se sentó.

Miedos

La próxima vez que lo vi su color seguía siendo bueno y él me dijo que sentía mucha más energía, y estaba mucho menos cansado. Sonreía tanto que sentí alegría.

Decidí averiguar si tenía miedos. Él pensó un momento, luego dijo que sí los tenía. Le pregunté de qué color era. Dijo que no tenía un color. Le pregunté si su miedo tenía una forma. Dijo que la de un animal. Le pedí que cerrara los ojos y que me dijera qué animal. Él pensó por un momento y después me dijo que era un perro. Cuando le pregunté si se trataba de un perro feroz él asintió enérgicamente que sí.

Hicimos tapping:

Tengo este miedo y se ve como un perro.

Es un perro malo.

Es un perro negro y malo.

Me asusta.

No me gusta.

Le tengo miedo.

Podría lastimarme.

Creo que al perro le gustaría algo de atención al igual que a mí.

Puede ser que necesite algo de amor también.

Puedo cambiar al perro malo tratándolo bien.

Creo que voy a darle algo de comer para que se sienta mejor.

Cambió el perro malo a un buen perro, una mascota, un perro amigable.

Le pedí que cerrara sus ojos otra vez para que mirara al miedo que era un perro. Lo hizo, pero luego abrió rápidamente los ojos con una expresión grata de sorpresa en su rostro. Dijo que no era un perro malo, sino un perro bueno. Sonreía de oreja a oreja. Ya que estaba solo de nuevo le pregunté si él extrañaba a su familia. Por supuesto que sí. Le pedí que hiciera tapping sobre que veía a su familia en su mente y que ellos siempre estaban cerca. Cuando terminamos ya no se sentía solo sino que sentía que su familia estaba junto a él.

Al día siguiente, la enfermera me informó que Emigdio le había dicho con emoción acerca de cómo usamos a Tappy para deshacernos de sus miedos.

Mientras trabajo con este joven niño y veo lo emocionado que está acerca de sanar y de tener una manera de deshacerse de sus miedos, mi corazón reboza y las lágrimas llenan mis ojos.

La promesa

Unas semanas más tarde, Emigdio estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos con una infección intestinal. Me dijo que la infección era de color verde, un verde feo. Utilizamos al Oso Tappy para borrar esta imagen. Mientras hacíamos tapping él decidió quemar el feo verde. Tomó un tiempo pero luego se había ido. Pusimos “energía” de curación en su lugar.

Ahora que ya hemos hecho tapping juntos varias veces y él confiaba en mí, le pregunté si recordaba cuándo se enfermó por primera vez. Sin pausa, dijo que hacía tres años cuando su hermanito se enfermó. Él tenía miedo, ese miedo era como un montón de perros malos. Hicimos tapping para eliminar esos miedos / perros malos.

Le pregunté si había otra cosa. Dijo que tenía miedo por su hermano pequeño así que prometió enfermarse para que su hermano pudiera mejorar. Yo apenas podía creer lo que estaba escuchando. Qué promesa tan increíble. ¿Cómo sana uno cuando lleva dentro una promesa tan poderosa?

Hicimos tapping:

Tenía miedo por mi pequeño hermano y me enfermé en su lugar.

Él mejoró, pero yo me quedé enfermo.

Pensé que estaba haciendo una buena cosa para que él mejorara.

Yo no sabía que él mejoraría por su cuenta.

Entonces yo me quedé enfermo.

Soy un buen chico.

Prometí enfermarme porque yo amo tanto a mi hermano pequeño.

Yo elegí enfermarme por mi hermano, pero no tengo que hacerlo ya.

Ahora sé que mi hermano mejorará por su cuenta y yo puedo mejorar también.

Me libero a mí mismo de esa promesa de estar enfermo para él.

Ahora puedo mejorar.

Dijo que el miedo se había ido, pero yo sabía, por la mirada en su cara, que algo quedaba. Por lo tanto, le pedí que mirara una vez más a su enfermedad. Esta vez se trataba de un dolor en su pecho izquierdo / corazón. Le pregunté si se sentía culpable y así era.

Hicimos tapping:

Me siento culpable porque prometí enfermarme para que mi hermano mejorara.

Soy un buen chico haciendo lo que me pareció mejor.

Yo no sabía qué era lo mejor, pero ahora soy libre para sanar también.

Se veía tan aliviado. Seguidamente él sólo quería cerrar los ojos y dormir. No hay nada como una liberación profunda para hacer que desees descansar.

La próxima vez que lo vi se veía maravilloso, feliz y saludable. Su padre dijo que le estaba yendo bien.

Amor de Deborah Miller

Traducido por María del Pilar Castillero – Escribir a Mari PilyIr a su sitio Web

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