Os presentamos tres casos que os pueden parecer interesantes. En primer lugar, Alan Woodhouse utiliza EFT para eliminar completamente un dolor de espalda agudo. A continuación, Stephanie Douglas consigue aliviar con EFT un traumatismo en la cabeza que hacía 40 años que duraba. Finalmente, David Peppiatt ayuda a un cliente centrándose en “cuestiones relacionadas con Dios.»

Por Alan Woodhouse

Hola Gary,

Tuve una experiencia muy interesante con EFT por teléfono. Mi cliente sufría un dolor agudo de espalda y había estado en cama durante 6 días. No había sido capaz de levantarse, ni siquiera para ir al baño. Tenía mucho dolor y parecía no verle fin. Por suerte, tenía un teléfono con altavoz. Le enseñé EFT por teléfono y empezamos a hacer tapping.

Trabajamos con varias frases de preparación, hasta que el dolor empezó a moverse. Más que jugar a “cazar el dolor» con EFT, opté por el trabajo por partes con PNL. He descubierto que cuando el dolor empieza a moverse, normalmente hay que trabajar con una “parte».

GC COMENTARIO: Lo interesante aquí es que existen varios métodos para lograr que un problema llegue a cero. Normalmente abordo cuestiones o aspectos de raíz y vosotros trabajáis con PNL las “partes”. En esencia, hacemos lo mismo, llegar a la raíz del problema.

ALAN CONTINÚA: Una vez hubimos identificado la parte específica y trabajado con ella, el dolor desapareció por completo y pudo levantarse y pasear por primera vez en 6 días. El dolor no ha vuelto durante meses. EFT lo hizo posible.

Utilizo EFT en combinación con PLN y otras terapias energéticas con todos mis clientes. Con tantas herramientas fabulosas a nuestro alcance, puedo combinar tratamientos para satisfacer las necesidades específicas de cada uno de mis clientes. El valor añadido de EFT es que una vez les has enseñado los rudimentos, pueden llevarse esta herramienta consigo y utilizarla cuando lo necesiten.

Sigue con tu fantástico trabajo Gary.

Gracias,

Alan________________________________________

Por Stephanie Douglas

Hola Gary,

Descubrí tu página Web a mediados del mes de mayo y desde entonces he comprado los dos primeros cursos de vídeo. Voy por la cinta número 7 de la serie de los «Pasos para convertirse en Terapeuta Extraordinario». Me encanta.

Hace unos 40 años, cuando era una niña pequeña, me caí de cabeza y me hice una lesión importante, que no me fue detectada hasta hace diez años, cuando me encontraba a las puertas de la muerte. Desde entonces, he estado en tratamiento, utilizando diversos métodos no quirúrgicos, trabajando para recuperar la salud. Mi cuerpo recuperó con éxito un estado funcional, pero mi mente quedó dañada por el trauma causado por la caída. El mes pasado fui consciente de este estado debilitante al que denominan choque por traumatismo y empecé un tratamiento. También empecé a emplear EFT.

Resulta difícil trabajar con la energía de un traumatismo. Se rige por la parte involuntaria del cerebro que la mente cognitiva no puede tocar. Se tiene éxito con el tratamiento al experimentar el trauma de forma somática, lo que permite al cuerpo integrar la energía. Este trabajo me pareció lento, caro, deprimente y traumatizante de nuevo.

El tapping ha cambiado de forma significativa el choque por traumatismo.

No pasó mucho hasta que empecé las rondas de tapping afirmando, «Aunque necesito este/a (sensación, sentimiento, emoción, experiencia vital, etc.), me acepto…» De este modo, reconocía y honraba el proceso de supervivencia en el que había permanecido mi inconsciente profundo. Cuando abordamos los síntomas de disociación, terror, impotencia, de revivir el trauma en el presente, etc., del choque por traumatismo, cuando era necesario (en algún nivel, estaban ocupados salvándome la vida) la experiencia cambió. Cuando hice tapping únicamente en las experiencias, no sucedió nada. En algún nivel, el tapping suponía una amenaza para mi supervivencia.

GC COMENTA: He aquí un ejemplo perfecto de ir bajo la superficie de un problema aparentemente persistente. Al experimentar con la formulación y dirigir EFT a las cuestiones más básicas, pudiste lograr un alivio que de otra forma hubiera estado fuera de tu alcance.

STEPHANIE CONTINÚA: La clave del cambio ha sido reconocer que la experiencia indeseada era importante y al mismo tiempo necesaria. Puede que esta fuera la causa por la que el tapping no había funcionado. Al afirmar «necesito esta experiencia (indeseada)» parece haberse desbloqueado el origen inconsciente de la experiencia, por lo que se ha restablecido el equilibrio a un nivel profundo. A mí me funciona.

Pensé que podría interesaros trabajar con esto.

Stephanie

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Por David Peppiatt

Hola Gary,

Durante unas cuatro horas (3 sesiones) he estado bordeando varias cuestiones con una joven que, de niña, “fue” miembro del movimiento evangélico Plymouth Bretheren. Se ha sabido que su padre abusó sexualmente de ella desde que tenía 8 años, durante 11 años; entonces se lo confesó a los ancianos de la iglesia, que le respondieron con un «Estás excomulgada, amiga.»

En cualquier caso, mi cliente y yo hemos estado eludiendo ciertas cuestiones, sin conseguir bajar de cuatro. Hoy he decidido arriesgarme y le he hecho repetir la frase preparatoria siguiente, «Aunque Dios me ha traicionado… etc., etc., etc.» Luego pasamos a, «Aunque Dios me ha abandonado… etc., etc., etc.» A los quince minutos de usar estas dos frases preparatorias y un ciclo completo, sus ocho mayores sufrimientos habían bajado de 4 a cero. Entonces abordamos la cuestión de que aparentemente ella había traicionado a su Dios. «Aunque pido perdón a Dios por creer que me ha abandonado y traicionado… etc., etc., etc.»

El resultado fue casi milagroso. No había sigo testigo de una transformación así. Sin embargo, soy consciente de que este enfoque presenta inconvenientes importantes (reacciones de la iglesia), por lo que os pido que me aconsejéis.

GC COMENTA: Considero que trabajar de uno a uno las cuestiones relacionadas con Dios resulta muy saludable y me gusta el método que empleas.

DAVID CONTINUES: En cualquier caso, estamos a miércoles por la noche y hay ocho personas más felices en Auckland, que han aliviado su dolor.

Saludos,

David Peppiatt

Traducido por Eva Llobet Martí