«¡El agua es peligrosa!» – AHEFT

AHEFT

Publicado: febrero 26, 2021

Deborah Mitnick nos guía en un encantador viaje a través del uso creativo de EFT en el intenso miedo al agua de su nieto de 3 años. Los niños responden muy bien a EFT, pero lograr una buena conexión para aplicarlo suele ser el reto. La destreza de Deborah para conseguir la conexión, así como su atención a los muchos aspectos, hacen que sea importante estudiar este caso.

Por Deborah Mitnick

Hola a todos en EFT.

Mi nieto Avi va a celebrar su tercer cumpleaños dentro de un mes. Siempre le ha tenido miedo al agua y se ha negado a meterse en la piscina, o tan sólo acercarse a ninguna, llegando incluso a resistirse a ponerse un bañador. A Avi tampoco le gusta mucho que lo bañen y no se sienta en la bañera, sino que se está de pie todo el rato mientras lo bañan. Todo esto ha hecho que la hora del baño sea todo un reto para sus padres.

La semana que viene nos vamos de viaje de familia a la playa. A Avi le aterroriza mojarse y me dijo claramente que: «¡El agua es peligrosa! ¡Mojarse es peligroso! ¡Ponerse el bañador es peligroso! El agua da miedo».

Sus padres, David and Racheli, me preguntaron si creía que le podría ayudar. Bueno, como ya tienes bien sabido, ¡probamos EFT con todo!, aunque me ponía un poco nerviosa hacer tapping con Avi. ¿Me aceptaría? ¿Me dejaría que le hiciese tapping? ¿¿¿Funcionaría???

Mis «y si…» me atacaron con fervor. ¿Y si Avi tenía un lapso corto de atención? ¿Y si este perjudicaba mi relación con él o sus padres? ¿Y si hacía el ridículo? ¿Y si decepcionaba a mis hijos? ¿Y si ven que fracaso y se reiteran en su creencia de que EFT es una cosa rara que no funciona y esta es la prueba? ¿¡Y si…!?

Tomé de la biblioteca varios libros de imágenes sobre ir al mar e incluso encontré algunas fotos hermosas del mar. Avi y yo miramos juntos un par de estos libros en su casa, y de nuevo insistió que: «¡El agua es peligrosa!».

No creí que Avi me fuese a dejar tocarlo, así que hice tapping en mi misma mientras Avi me miraba. «Aunque Avi cree que el agua es peligrosa, está bien». Hice tapping con la versión corta y Avi me miró con atención.

Le pregunté si le gustaría venir a mi casa a ver mi piscinita de niños (recién prestada) y mi aspersor (recién comprado). Él dijo que sí pero también dijo: “¡El agua es peligrosa!».

De esta forma “preparé el escenario” antes de que Avi y su canguro, Aliza, llegasen. Conecté el aspersor y lo dejé oscilando en una dirección sólo, de arriba a la izquierda; estaba en medio del camino de entrada, de forma que la mitad del camino permanecía seco.

El día anterior llené la piscinita unos centímetros de agua para que estuviese tibia al día siguiente. Puse tres sillas en el camino con una toalla en cada una, una mesa con los libros de la biblioteca sobre el mar y un cuenco con unas gominolas (¡para sobornarlo!).

Cuando fue a recoger a Avi para ir en coche hasta mi casa le mencioné la piscinita y el aspersor. Él gimió: «¡El agua es peligrosa!». Aunque él estaba en el asiento de atrás mientras conducía, hice tapping en mí misma diciendo: «Aunque Avi cree que el agua es peligrosa, está bien». Hice la versión corta mientras conducía y él me miraba. (Nunca uso el teléfono móvil cuando conduzco, pero me gusta hacer tapping cuando conduzco ¡si me siento inspirada!)

Cuando llegamos a mi casa, a Avi no le emocionó ver la piscinita ni el aspersor. Estaba dispuesto a sentarse en el regazo de Aliza en una silla, ¡pero no quería saber nada del agua! Cuando traté de acercarlo al agua, se echó hacia atrás quejándose y llorando. (Creo que su nivel de intensidad en estos momentos era de 10 en la escala de 0 a 10).

De nuevo hice tapping en mí misma con la versión corta. Avi me miró con atención. Le pregunté si me dejaba hacer tapping en él y accedió. Hice tapping en mi punto en la ceja y dije: “Avi cree que el agua es peligrosa, y eso vale». Entonces hice tapping en su punto de la ceja y dije lo mismo.

Avi parecía interesado, así que continué, alternando mi punto al «lado del ojo» y luego el suyo. Seguí con mi punto «bajo el ojo» y luego el suyo. Hicimos tapping en todos mis puntos y en los suyos de forma alternativa. (¡Le dio risa en el punto bajo el brazo!).

Después de dos secuencias de esta forma, le pregunté a Avi si le podía mojar un dedo, pero él dijo: «¡No mojar el dedo!», por lo que hicimos tapping: «Aunque Avi no quiere tan sólo mojarse un dedo, está bien».

Después de reírse un poco con tanto tapping, Avi parecía dispuesto a bajarse del regazo de Aliza y nos dirigimos hacia el aspersor. Él extendió un dedo como para tocar el agua, pero lo retiró. Le pregunté si lo podía tocar con uno de mis dedos mojados, a lo que él se quejó y se negó. Hicimos tapping en: «Aunque Avi no quiere que Mom-Mom (así es como él me llama) le toque siquiera con un dedo mojado, está bien», y entonces me dejó tocarlo con un dedo mojado.

Y entonces tocó el agua, una y otra vez, y se reía.

Entonces salpicamos con nuestras manos en el aspersor y él se reía.

Pero no habíamos acabado, ni mucho menos.

Le pregunté a Avi si le gustaría tocar el agua de la piscinita.»¡NO!».

Una vez más hicimos tapping: «Aunque Avi no quiere tan sólo tocar el agua de la piscinita, está bien». Después de una secuencia, Avi se inclinó y tocó el agua a la vez que yo. Y entonces salpicó con el agua. ¡Y después me salpicó a mí! ¡Y yo le salpiqué a él! Y ambos nos echamos a reír. Estaba todo mojado. Le pregunté si el agua era peligrosa y gritó: «¡NO!» Aceptó que ahora estaba bien mojarse en cuanto dijo: «Me secaré pronto».

Me quité los zapatos y me metí en el agua. Avi dijo que no quería quitarse los zapatos, ¡aunque parecía que en verdad sí quería! Hicimos tapping: «Aunque Avi no está preparado aún para quitarse los zapatos y poner los pies en el agua, está bien».

Habíamos pasado juntos unos 90 minutos, así que le sugerí a Avi que fuese a casa a comer. También sugerí que cuando volviese, tal vez se podría quitar los zapatos y meterse en el agua. Él estuvo de acuerdo.

Le dije a Aliza que le cambiase la ropa pero que no le pusiese zapatos.

Cuando los recogí después del almuerzo, Avi estaba descalzo. Se quejó y se negó a ir por el camino de la entrada, con lo que Aliza le llevó en brazos hasta una silla.

Hicimos tapping con: «Aunque Avi no quiere ir por el camino de la entrada, está bien». Y con esto, caminó por la entrada hacia la piscinita y se metió en ella. Sacudió los pies, caminó parado y salpicó. Me salpicó con las manos.

Llamé a David y le dije toda emocionada que viniese a mi casa, porque ¡Avi estaba en esos momentos sentado en la piscinita! David se lo dijo a Racheli y ¡apenas podían creer lo que oían! ¡Estaban arrobados del progreso que habíamos logrado Avi y yo! David pasó conduciendo para echar una ojeada y cuando Avi lo vio, le invitó a mojarse con él.

Menudo emoción me causó. David, constantemente escéptico, siempre sacudiendo la cabeza, desconfiado de EFT, me preguntó si podría trabajar con Avi esa tarde para ayudarle a superar su miedo a sentarse en el baño y que le echasen agua por la cabeza, para que le pudiesen lavar el pelo.

Así que durante las siguientes dos horas hicimos tapping en muchos aspectos, alternando entre los miedos que le quedaban sobre la piscinita y el aspersor, y de vez en cuando incorporando miedos nuevos al baño. Los aspectos de los miedos eran, entre otros:

• mojarse

• el agua da miedo y es peligrosa

• no querer sentarse en el agua

• mojarse es peligroso

• no querer agua en los ojos

• no querer que le echen agua sobre la cabeza

• miedo a sentarse en la bañera

• miedo a que le laven el pelo

Al cabo de todo este tiempo que estuvimos juntos, Avi estuvo de pie frente al aspersor, dejando que el agua le rociase como lluvia. Se sentó en la piscinita y con una taza echaba agua sobre su pelo y el mío.

Le dije que iría a su casa esa noche antes de su baño. Le pregunté si ahora sería capaz de sentarse en el agua ¡y me aseguró que sí!

Más tarde esa noche fui a su casa para el BAÑO. Tras un momento de titubeo y una secuencia de tapping, Avi se sentó inmediatamente. Quiso echarme agua por el pelo y le dejé mientras me inclinaba sobre la bañera. Entonces le pregunté si podía echarle yo agua sobre el suyo y aceptó.

Sus padres, que estaban completamente sorprendidos y emocionados, dijeron: «¡Es la primera vez!». Sin embargo, Avi no encontraba motivo a tanta excitación; era un baño «normal» y no veía la diferencia entre su comportamiento anterior y el actual. No ha habido problema con los baños desde esta sesión de tapping.

A estas alturas me había pasado unas cuatro horas con él ese día.

Le invité a volver a mi casa al día siguiente. Nos pasamos unas dos horas en la piscinita y hablamos sobre que nos iríamos al mar en unos días. Hablamos sobre el mar, las olas, la arena, el calor de la arena, mojarnos los ojos, secarnos con la toalla… En cada uno de esos aspectos hicimos una secuencia o dos de tapping.

Pero no supe los resultados hasta que no llegamos a la playa.

INFORMACIÓN ACTUALIZADA:

Acabamos de volver de pasar una semana en la playa y quiero comunicarte que ¡fue un éxito total con Avi!

Al principio estaba dudoso, echándose hacia atrás y quejándose, pero, después de tres secuencias de tapping, me tomó de la mano y caminamos hacia el mar. Cuando las olas se iban yo gritaba: «¡Vuelve, agua!» a la vez que le hacía señas. Avi se reía y gritaba: «¡Vuelve, agua!» a la vez que hacía gestos con las manos para mandarle al agua que regresase.

El agua se acercó más, y ahí, de repente, ¡Avi comenzó a saltar las olas, a mojarse completamente, a que se le mojasen los ojos, a caminar por la arena caliente, y a llenarse de arena! Le encantó el mar. (Ahora lo llama «el mar de Mom-Mom»).

Conseguir que se pusiese el pañal especial para bañarse y el bañador fue un pequeño reto, y una escena muy divertida para el resto de la familia que miraba. Después de perseguir un rato a Avi desnudo por todo el apartamento y añadir un par de secuencias de tapping, ¡se puso voluntariamente esas piezas nuevas de vestuario!

Una vez más sus padres estaban asombrados. Siguen pensando que soy «rara», y por supuesto atribuyen mi trabajo con Avi a cualquier cosa ¡menos al tapping! Pero no me importa. También piensan que soy «genial» y me han agradecido una y otra vez que les ayudase.

¡Yo estoy sencillamente encantada! Sé que he provocado un gran logro en la vida de Avi. También he aprendido cómo usar EFT con niños tan pequeños. Normalmente a Avi le desagrada que le den golpecitos con el dedo, pero no le importó que le tocase e hiciese tapping en los puntos de los meridianos.

Por medio de esta experiencia con Avi he aprendido muchísimo sobre ¡cómo conseguir una buena conexión y una buena relación con un niño pequeño!

¡Menuda técnica más maravillosa que tenemos con EFT!

Deborah Mitnick, LCSW-C (Licenciada en Trabajo Social Clínico)

Traducido por Ana Saval-Badía Escribir a Ana

InEnglish.gif

Artículos Relacionados