Esther, una voz que clamaba por cantar – AHEFT

AHEFT

Publicado: febrero 12, 2021

Este artículo se compone de dos partes. La primera por Patricia Rómer sobre cómo ayudó a su clienta, Esther, a librarse de miedos, fobias y malos tratos en su infancia. El resultado fue que Esther decidió a dedicarse a ayudar a otras personas con EFT y ella explica en la segunda parte su propia experiencia. Escribe a Patricia y visita el sitio web de Patricia. Escribe a Esther y visita el blog de Esther.

Por Patricia Rómer

Este es un caso para contar en dos partes, porque tiene dos autoras y dos aspectos de una misma historia.

Cuando Esther contactó conmigo para contratarme una sesión un escalofrío me recorrió la espalda: era el primer cliente que venía a mi consulta con un historial de malos tratos en su niñez, con un gran conocimiento de EFT y después de haber pasado por varios psiquiatras, psicólogos y terapeutas. Rápidamente el escalofrío se convirtió en reto, para mí y para ella. Después de ella han venido más, pero ella fue la primera y aunque todavía no lo sepa, ambas aprendimos mucho.

Esta es su historia, contada por las dos:

Después de más de 30 años de llevar esa pesada carga encima, de no saber ya qué rumbo tomar para “sacarse” de encima esa mochila llena de malos tratos, excusas, malas relaciones con su familia y pareja, trabajo alienante que no satisfacía su enorme creatividad, Esther llegó a mi después de haber trabajado mucho consigo misma.

Esta última frase es importante. Gary no se cansaba de decir una y otra vez en sus DVD y Boletines la importancia que tiene la persistencia en EFT. La persistencia tiene premio y esto lo quiero resaltar porque tras un artículo mío sobre una de mis clientas que salió de su depresión tras una sola consulta conmigo, me han escrito algunas personas con la esperanza de que una sola sesión, unos certeros consejos a través de e-mail puedan hacerles salir de ese estado en el que llevan años. Por favor es importante que tengáis en cuenta que sois vosotros quienes con vuestro trabajo día a día con EFT podéis salir de una depresión. Un terapeuta os puede ayudar, orientar, darse cuenta de aspectos del problema que habéis olvidado (en una media de tres a seis sesiones) pero sois vosotros quienes con vuestra voluntad y trabajo vais a encontrar el camino.

Volviendo a la historia de Esther. Ella no podía olvidar la imagen de su padre, ya fallecido, sus hirientes palabras que una y otra vez se le aparecían como si fuera una voz en off para decirle que ella no se merecía nada en esta vida, que todo le saldría mal siempre y la peor de todas: “Esther, muérete.” No había manera de olvidar esto con decenas de sesiones de EFT y mucho menos de perdonar.

Comenzamos a trabajar con estas ideas y múltiples frases relacionadas con cada una de ellas:

Aunque mi padre era un monstruo

Aunque crecí sola

Aunque mi padre al morir se quedó dentro de mí

Aunque deseo desaparecer del mundo

Aunque no me merezco nada bueno

Con la rabia contra su madre porque no hizo nada para protegerla cuando ella era niña o para darle el amor que le faltó:

Mi madre no hizo nada

Odio a mi madre

Mi madre no me quiere

Aunque estoy sola en este mundo

Su madre sigue viva y es la única familia directa que a ella le queda, su madre trata de ayudarla, pero Esther no puede aceptar ahora ese cariño. Así que trabajamos con este enfoque:

No me gusta pedirle ayuda

No me gusta decirle cosas cariñosas pero necesito sus abrazos

Esta rabia contra mi madre

Mi madre me odia, pero yo tengo miedo de que ella muera también y quedarme sola

Si mi madre fallece, aunque es una persona mayor, me sentiré culpable

Aunque tal vez mi madre no sabía otra manera de protegerme

Aunque tal vez mi madre también era una víctima

Estoy abierta a dejar que mi madre entre en mi vida otra vez

Durante la mayor parte de su vida, Esther había vivido como una víctima y esa era la personalidad que se había creado. Este aspecto lo trabajamos con el objetivo de pasar (en su Palacio de las Posibilidades) de la personalidad de víctima a la de superviviente, de ser una persona que necesita echarle la culpa a los demás de lo que le ocurre en el presente, a reconocerse como alguien fuerte y poderosa capaz de afrontar hasta las más difíciles situaciones:

Siento necesidad de maltratarme a mi misma

Soy una víctima, ¿quién sería yo si ya no soy víctima?

Aunque siento que he perdido toda mi vida siendo víctima, voy a dejar la puerta abierta al cambio

Aunque he sido una niña maltratada, me merezco tener cosas buenas en la vida

Aunque siento una gran ansiedad con la idea de hacerme responsable de mi vida, no pongo fecha para curarme

El camino ha comenzado y no hay marcha atrás.

Aunque me han maltratado, ahora quiero salir adelante, ahora sé que es posible dejar marchar los malos recuerdos

Surge una frase terrible de sus labios, “Ojala te mueras Esther.” Su padre nunca se la llegó a decir verbalmente pero ella la veía en su mirada.

Aunque siento necesidad por seguir maltratándome, elijo dejarla marchar

Hicimos rondas alternando estas frases: “Ojalá te mueras Esther” y “Ojalá seas feliz Esther”

Como “deberes para casa” le pedí encarecidamente que cada vez, todas y cada una, que surgiera en su mente la frase: “Ojalá te mueras Esther” la cambiase por “Ojalá seas feliz Esther.”

Dos caras de una misma moneda

En la tercera sesión surgió un episodio que ella había enterrado en su mente: un mes antes de que su padre muriera, él comenzó a perseguirla, zarandearla e insultarla por la calle (siendo ella una adulta de 31 años y él un anciano de 80) ella se alteró tanto porque no podía zafarse de él, que delante de todo el mundo, surgiendo todo el miedo y la rabia por tantos años contenida, le cogió por el cuello y apretó con tanta fuerza que los vecinos tuvieron que sujetarla. Nunca habló con nadie de ello ni con su padre porque no volvió a visitarle y él falleció un mes después.

Después de “desmenuzar esa escena” sus sensaciones y sentimientos, el shock que le produjo descubrir que ella también podía maltratar si se dejaba llevar, trabajamos con sugerencias para reencuadrar la escena.

Esa mirada de miedo de mi padre

Era un anciano destrozado, una marioneta

Mi padre murió por mi culpa

No pude despedirme de mi padre

Aunque yo también soy una maltratadora, me acepto completa y profundamente

Me perdono por lo que hice, yo quería a mi padre

Tal vez mi padre no supo cómo demostrarme amor

Tal vez a mi padre también le maltrataron

Puedo recordar solo lo bueno y dejar marchar lo malo

Elijo quedarme con el recuerdo del amor que sé que me tenía

Por primera vez en tres sesiones ella fue capaz de decir de corazón que le perdonaba. Por primera vez ella recordó algunos episodios de su niñez en que él le demostró afecto. Por primera vez comenzó a sentir que él “abandonaba” su cuerpo, puesto que desde el fallecimiento de su padre, ella había sentido como si una parte de él se quedase dentro de ella.

En la cuarta y última sesión trabajamos para recrear su personalidad: le propuse que abriera la puerta de su Palacio de las Posibilidades y dejase en una habitación a su personalidad víctima y cogiese una nueva fuerte, capacitada, poderosa… Buscamos un nombre nuevo para esa nueva persona (que es el nombre que ha adoptado en su incipiente carrera como cantante)

Hemos reescrito su historia, su relación con su madre, con su familia cambiando el punto de vista de los terribles sucesos que tuvo que vivir:

Aunque fui una niña maltratada, también soy una superviviente.

Aunque mi infancia fue muy triste, he demostrado que soy un ave fénix y sé renacer de las cenizas.

Aunque me maltrataron, soy una persona amorosa…

Tal vez mi madre no pudo hacer nada

Tal vez mi madre ahora pueda ser mi amiga y no mi enemiga

Tal vez mi madre tiene miedo de quedarse sola

Tal vez mi madre es fría porque se siente culpable, yo no soy como mi madre.

Meses después recibía un mensaje de ella asegurando que ha superado su personalidad de víctima, que ha dejado de sentir necesidad de maltratarse, su relación con su madre ha mejorado notablemente y aunque tiene todavía algún episodio malo, ahora lo elimina en minutos con EFT. En general es una persona más positiva y los cambios positivos han comenzado a llegar a su vida.

Hay muchos detalles de todas las sesiones que no se pueden enumerar en un artículo, por problemas de espacio pero que fueron importantes: trabajar con colores, con las partes del cuerpo donde se habían alojado las emociones, trabajar algunas creencias arraigadas a nivel de su alma con otras técnicas como ThetaHealing, graduar su deseo de cambiar para evitar que poner fechas le generase ansiedad, trabajos con su niña interior…

Hace un mes recibí un mensaje de Esther, autorizándome a contar su historia y con muchas más buenas noticias. Ha decidido comenzar a ofrecer sesiones de EFT y charlas, puesto que tiene experiencia para ello y está escribiendo su propio manual de EFT para ayudar a otros a desbloquear las emociones a través de la voz, ya que ella además es cantante, compositora y pianista. Podrás leer su historia a continuación.

Gracias

Patricia Rómer

Patricia Rómer es periodista y una experimentada terapeuta de EFT, ThetaHealing y Coaching. Divide su tiempo entre la redacción y su consulta de LiberaciónEmocional, además de la publicación de artículos, la divulgación de EFT a través de charlas, talleres y cursos. Se ha especializado en ansiedad, ayuda al adelgazamiento, creencias limitantes y mejora deportiva. Patricia atiende a sus clientes en su consulta de Madrid y a través de skype.

Segunda parte del artículo: La historia de Esther

Conocí la técnica de EFT de una manera muy curiosa, llevaba años haciendo terapias para superar miedos y traumas que arrastraba desde hacía mucho tiempo, pero parecía que nada funcionaba realmente.

Pasé dos años de mucha angustia, apenas podía salir de casa, miraba a través de la ventana y me veía incapaz de salir a la calle, una psicóloga me dijo que yo sufría de agorafobia, que es un miedo sobrepasado a los espacios abiertos y a la gente. También sufría de fobia al teléfono, me entraba un pánico horrible cada vez que alguien me llamaba, o cuando yo tenía que hacer una llamada; además me sentía frustrada por no poder explicárselo a nadie, ¿quien iba a entenderme?

Cuando decidí empezar a explicárselo a la gente me dí cuenta de que no entendían absolutamente nada de lo que les estaba diciendo; no podía salir a buscar trabajo, el solo hecho de pensar que tenía que relacionarme con personas me paralizaba, por lo tanto no podía aportar nada económicamente a mi familia, mi pareja era la que tenía que trabajar doce horas diarias para poder sobrevivir. Esto hacía que me sintiera aún más culpable e impotente por no saber qué hacer para acabar con esa horrible fobia que me estaba haciendo perder la vida.

Me pasaba los días encerrada en casa, y sólo salía para estudiar música, o para ir a buscar a mi hijo al colegio. Recuerdo que se me cerraba la garganta nada más ver a todas aquellas personas esperando en el patio del colegio. La mayoría de las veces tenía que pedirle a mi madre que fuese a buscar ella al niño. Fue una época horrible de mi vida.

Me preguntaba a mi misma: ¿qué pasa en mi cerebro exactamente cuando tengo estas fobias?

Yo sabía perfectamente el miedo que sentía, pero no tenía ni idea de lo que ocurría físicamente en mi cerebro. Quise saberlo y empecé a buscar información al respecto. Estudié un curso de mil páginas que me costó muchísimo esfuerzo, ya que apenas podía concentrarme. En ese curso aprendí lo que ocurre en las conexiones cerebrales cuando se sufre de fobias. Hay circuitos que se dañan por experiencias pasadas, que a veces ni siquiera recordamos, pero que aún así es posible sanarlos, para que vuelvan a su funcionamiento natural.

Encontré un libro de Norman Deige donde leí unas palabras que me llenaron de esperanza, estudios científicos recientes, demostraban ahora que: el cerebro se cambia a si mismo, incluso los genes.

Había estudios e historias reales, de personas que habían superado traumas y trastornos psicológicos, creando nuevas y sanas conexiones neuronales, incluidas las genéticas.

Esta información me ayudó mucho a seguir luchando para conseguir deshacerme de esas fobias y esos miedos que no me dejaban vivir.

La creencia en la genética, que hasta ahora me había limitado a creer en mi sanación, desapareció bastante, y cogí fuerzas para seguir apostando por mi salud. También dejé de creer que estaba loca, y empecé a sentir comprensión hacia mi misma, ya que me había quedado claro que las fobias y los miedos, eran algo totalmente humano, y no había por lo que avergonzarse. Sé que aún hay hoy miles de personas que no entienden lo mucho que te puede limitar y amargar la vida una fobia; si no la experimentas no podrás saber lo que es.

Por eso yo, ahora, puedo ayudar y entender a las personas que la sufren, por que he estado en su piel. No importa que la causa de la fobia (miedo) sea diferente a la mía, la causa no importa para comprender al que está sufriendo, importan las consecuencias, las actitudes deprimentes, y el dolor que ellas conllevan. No importa el grado de miedo que sientas ,aunque no sea tanto como el mío lo fue, decide enfrentarte a él y sacártelo de encima. Por experiencia sé, que las fobias y los miedos pueden destrozar la vida de las personas que lo padecen y las de los que están a su alrededor, se va formando una rueda de culpa y victimismo por ambas partes, y así no se arreglan las cosas, es mejor centrarse en encontrar una SOLUCIÓN con amor.

Ya sé que hay situaciones muy difíciles, pero también sé, que nosotros mismos las hacemos más complicadas aún. A mí me pasó esto, hasta que empecé a pensar que quería encontrar una técnica rápida… profunda… y que fuera a la raíz del problema. Recuerdo que pensé: ¿existirá esta técnica solo por que yo quiera que exista?

Al día siguiente me fui al ordenador como siempre, no recuerdo lo que estaba buscando, pero me alegré mucho al encontrar una nueva técnica que se llamaba EFT, y que decía que era una técnica rápida y totalmente diferente a las demás, que funcionaba allí donde otras técnicas no habían funcionado antes, que era bastante reciente aquí en España, pero que los resultados eran sorprendentes. Enseguida hice el curso y empecé a aplicarme a mi misma EFT cada día. Al principio parecía que no funcionaba, me frustré porque creí que ni siquiera EFT podía ayudarme, pero aún así seguí aplicándomela.

Tuve semanas en las que me sentía tan frustrada que no utilizaba esta técnica, pero aún así y aunque tardé más que otras personas, pude salir de aquella agonía. Lo superé sin darme cuenta, pues una de las cosas que tiene EFT, es que, aunque parezca que no funciona, en realidad hace su efecto. Lo único que se necesita para las personas más costosas, es que tengan un poco de paciencia y sigan practicando, hasta que un día se sorprendan y vean sus efectos sanadores. Por mucho que tarde esta técnica siempre será más rápida que muchas otras. No digo que por eso ya tenga que ser la mejor técnica del mundo, porque está claro que cada uno de nosotros tiene que quedarse con la técnica o terapia que mejor le vaya. Lo que sí digo, es que es una de las técnicas más rápidas, especiales y potentes que he conocido. A mí me salvó gran parte de mi vida, ya que un día tuve una sensación de bajar de mi mente y poner más los pies en la tierra, ya que las fobias, los miedos y las huidas son completamente mentales, aunque las sintamos tan a dentro de nosotros y nos condicionen tanto la vida. No solo trabajé las fobias, también trabajé otros temas como la auto-estima, hasta que al final fui consciente de que mis problemas no se debían tan solo a una cosa, sino que eran el conjunto de varias áreas de mi misma que no funcionaban.

Era el conjunto de mi mente (fobias y miedos)… mis emociones desequilibradas… mi mala salud física y sobre todo la relación conmigo misma, que hasta hacía poco no había empezado a cuidar y valorar.

Por eso mi consejo es que tengas paciencia y constancia en utilizar esta potente técnica, porque si eres de los que se liberan de sus problemas pronto, entonces enhorabuena, pero si eres como yo era, y tienes varios problemas que te parecen difíciles de solucionar, sigue y sigue utilizando esta técnica, porque por mucho que tarde, nunca será tan larga como otras.

He enseñado esta técnica a varias personas. Algunas la practican y sacan provecho, otras comprueban y hablan de los resultados que obtienen, pero luego se olvidan de ella y no la utilizan, y por muy potente que sea EFT, está claro que hay que tener decisión propia para superar los miedos y/o cualquier problema, hay que utilizarla, aunque al principio te sientas frustrado.

La cuestión es, si de verdad quieres deshacerte de todas esas limitaciones mentales y emocionales que no te dejan vivir en paz, ni disfrutar de la vida; prueba a ver qué pasa… seguro que mucho o poco ganas. Así que, ya que has conocido esta técnica, te sugiero que la aproveches y la pruebes. Ya verás como obtienes resultados que te gustan.

Y no pienses que estás loco o enfermo, piensa que estos miedos son algo habitual en el ser humano, piensa que hay muchas más personas con este tipo de problemas, más de las que te imaginas, lo único que pasa es que lo mantienen en silencio, por miedo a no ser comprendidos, por vergüenza, o por miedo a enfrentarse a la situación; y esta actitud les mantiene más encerrados en el problema. Yo también me lo guardé durante mucho tiempo, pero en cuanto decidí abrirme a personas de mi confianza, me sentí mucho mejor. No digo que se lo vayas explicando a todo el mundo, porque eso haría más grande el problema, pero sí te aconsejo que te abras de otra manera para empezar a encontrar soluciones diferentes de las que habías hecho hasta ahora.

Seguro que te sentiste herido en alguna época de tu vida, pero la buena noticia es que hay cura y remedio a tu problema. Tienes que querer creer en que hay una solución buena y apostar por vivir con amor, en vez de vivir con miedo. Con voluntad de confiar en que todo va a salir bien.

Si necesitas ayuda, como yo un día la necesité de Patricia Rómer y de otros terapeutas, para reorientar la manera de aplicarme EFT, para terminar de sacar los aspectos más duros de mis problemas, no dudes en contactarme.

Esther Bometón

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