Con frecuencia, vemos clientes con una mezcla de ansiedad, trauma, dolor físico y otros asuntos. Estos problemas a menudo están tan entrelazados e “inter-causados” (¿nueva palabra?) que resulta difícil saber qué causa qué. Sin embargo, generalmente hay algunos asuntos subyacentes de origen común.

En el caso siguiente, la clienta ansiosa de Gwenn Bonnell llega quejándose de un asunto físico (dolor lateral). Después de que éste desaparece, algunos traumas y asuntos que conllevan ansiedad surgieron a la superficie. Como verán, Gwenn los separa y los trata individualmente mediante EFT en el transcurso de una larga sesión. La clienta exhibe un alivio impresionante después de que Gwenn prueba los resultados al repasar “películas” mentales de los eventos. A pesar de tales pruebas, las viejas reacciones emocionales no surgen en ningún momento.

Creo que ustedes encontrarán este caso ampliamente aplicable a muchas personas.

Por Gwenn Bonnell

Hola Gary:

Una mujer de alrededor de cincuenta años vino a verme debido a que se le había desarrollado un intenso dolor en su lado derecho, bajo las costillas, mismo que sentía con cada respiración. Vino a verme (yo me hago publicidad como especialista en el alivio del dolor) porque estaba preparándose para ir a Colorado con su esposo y estaba preocupada por este dolor al respirar. No sólo ella tendría que volar, sino que esquiaría, por lo que estaría en altitudes mayores donde en sí se dificulta respirar.

Durante las dos semanas previas, ella había visitado a varios doctores y le habían practicado algunas pruebas con el fin de encontrar lo que ocasionaba dicho dolor, sin llegar a respuestas concluyentes. Sólo nos tomó unas cuantas rondas de EFT para eliminar este dolor respiratorio en su lado derecho; entonces ella se relajó, se abrió y empezó a contarme su historia.

Ella había estado atravesando por la menopausia, con muchos altibajos emocionales, durante los últimos cinco ó seis meses. Había perdido mucho peso, estando tan ansiosa que no podía dormir ni comer, ella básicamente lloraba mucho. Y sospechaba que su esposo (el segundo, casada por algunos años solamente) le era infiel. Si no de manera física, estaba involucrado emocionalmente con otra mujer. Ella sentía mucha inseguridad por esto debido a que su primer esposo empezó a serle infiel muy tempranamente en su matrimonio, de hecho ella estaba embarazada de su segundo hijo en ese tiempo (ella tiene tres hijos adultos de su primer matrimonio).

Le había sido recetado Prozac por un terapeuta que había estado consultando; sin embargo, este terapeuta no parecía ayudarle. Ella había descontinuado el Prozac después de algunos meses. En algún punto de sus sesiones con el terapeuta previo, ella mencionó el suicidio, así que se armó un gran lío alrededor de eso, y después ella se encerró en sí misma con ese terapeuta. Y dijo que actualmente ella no quería ir a este viaje con su esposo, y que incluso había estado pensando en formas de zafarse del mismo.

Así que empezamos el tratamiento con “Aunque tengo el temor de que mi esposo me está siendo infiel…” y ella se calmó mucho. Dijo que podía ver el asunto sin que sus entrañas se hicieran nudos. Después de algunas rondas más, la ansiedad se había ido.

Entonces empezamos a tratar el sentimiento de tristeza que ella tenía cuando pensaba acerca del momento en que descubrió que su primer esposo le estaba siendo infiel. Esto descubrió instancias de abuso sufridas en su niñez. Su madre murió muy joven, y su padre trató de criarla. Pero para la edad de 5 años, él la dio en adopción. Entonces fue cuando emigró a América. Fue adoptada por una pareja sin niños. Y su padre adoptivo empezó a abusar sexualmente de ella.

Cuando le dijo a su madre adoptiva acerca de esto, ella no le prestó atención alguna (¿creo que esto es algo común?) Así que ella creció siempre temiendo que su padre adoptivo entrara a su cuarto por la noche. Y con el patrón de pensamiento de que si los hombres abusaban de ella y ella se defendía, ellos la abandonarían (palabras de su padre adoptivo). Su miedo más grande era a estar sola. Y aún cuando ella ha trabajado durante toda su vida adulta, y tiene un buen trabajo, y ha pasado por un divorcio y ha sido capaz de mantenerse a sí misma y criar a su hijo, ella todavía temía estar sola.

Así que hablamos acerca de cómo ella había sido capaz de manejar su vida por sí misma, y cómo merece un hombre que la trate decentemente, y que cuando se ame a sí misma lo suficiente como para exigir eso, ella lo obtendrá. Usamos EFT para tratar su miedo de estar sola, y que no tiene que tolerar ningún tipo de abuso (mental, emocional o físico) por parte de hombres ahora, y cómo ella merece amor, por parte de sí misma y de los demás.

Esta se tornó en una sesión larga. Afortunadamente fue en un fin de semana y yo no había citado a otros pacientes. Nunca olvidaré su reacción cuando nuestra sesión terminó –¡ella pedía a Dios que me bendijera mil veces! No sólo su dolor físico había desaparecido, sino que emocional y mentalmente ella estaba en paz.

Continuó buscando las emociones que habíamos liberado, repasamos muchas “películas” una y otra vez para obtener reacciones, pero ella dijo que se sentía tan libre que un gran peso de encima había sido levantado. ¡Terminó yendo a Colorado con su esposo y relató que fue como una segunda luna de miel! Yo podía distinguir una gran diferencia en el tono de su voz cuando ella me llamó después de su vacación –la vida era divertida para ella nuevamente, y me tenía riendo al contarme historias de su viaje.

Este es un gran ejemplo de cómo llegan personas con dolores físicos que realmente son sólo síntomas de ansiedades y traumas –¡y cómo tratando el dolor físico las libera lo suficiente como para abrir el asunto subyacente real! La mayor parte del tiempo podemos rastrearlo hasta su infancia.

Amor y luz,

Gwenn Bonnell

Traducido por Ana Paula Aguirre Hall Escribir a Ana

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