Ni nos imaginamos lo presente que está nuestro pasado – AHEFT

AHEFT

Publicado: febrero 24, 2021

 

Un grupo de amigos acuden juntos a un curso de EFT, en un momento determinado un pequeño desencuentro a la hora de decidir una actividad conjunta desencadena un enfado que escondía un trauma de la niñez muy olvidado por la parte consciente, un duelo sin resolver que la maestría de la formadora resolvió en pocos minutos.

Por Ana Espiga de Sevilla(España)

Es domingo por la mañana en un descanso del curso al que habían decido asistir en grupo y a una de las amigas se lo ocurre que, por la tarde, ya acabado el curso, podían ir a unos baños árabes a disfrutar y descansar del fin de semana.

Otra de ellas, llamémosle María, tenía que irse a la tarde más temprano que el resto pues entraba a trabajar, por lo que si iban a los baños no podría participar. Para que ella pudiera ir necesitaban ir, sin comer, nada más acabar el curso.

María lo comentó, más bien lo exigió: pidió «que pensaran en  ella», «que la tuviesen en cuenta», que se hiciera el esfuerzo para que ella pudiera asistir. Ello significaba terminar el curso apresuradamente, no hacer la comida del mediodía y caminar bien rápido para llegar al lugar en horario (no estaba cerca).

Otra de las amigas, le pongo el nombre de Carmen, no le pareció buena idea pues necesitaba tomarse el domingo más tranquilo y consideró que iban a convertir una actividad de relax en una situación de estrés, entre otras cosas porque llevaba 2 semanas seguidas trabajando sin descanso.

Como podemos apreciar ambas personas tenían diferentes necesidades.

Carmen entonces planteó sentarse y ver posibilidades para encontrar una manera de aunar ambas necesidades.

María ahí ya estaba afectada, enfadada. Había saltado algo en su interior con intensidad: se estaba siendo no considerada, no tenida en cuenta, con tensión y ganas de llorar, sintiéndose mal.

Se retiró a una sala llorando. Tal era su enfado que quería irse lejos de allí pero viendo que se estaba estropeando el día y que realmente no era la mejor opción ni para ella ni para los amigos se hizo un poquito de EFT a solas y se calmó lo suficiente como para incorporarse al grupo y al curso de nuevo.

Dejé al resto del grupo haciendo una práctica y le propuse a María hacer un poco de tapping con ella.

María hora se sentía avergonzada y culpable porque se había creado esta situación tensa, quizás desproporcionada.

Hicimos EFT con esa vergüenza y culpa y bajó enseguida. Fue entonces cuando apareció una gran tristeza, muy profunda, muy dolorosa y surgió lo que estaba oculto y por lo que se había sentido tan afectada al ver que esta amiga no reaccionaba adaptándose a su situación.

El recuerdo que ella creía absolutamente olvidado por antiguo, convencida de que no estaba presente en su vida para nada, emergió con fuerza. Con 12 años (ahora  tiene  57) tuvo un hermanito que murió a los 25 días de nacer. Como la mamá estaba muy ocupada con muchas tareas, María, durante esos 25 días, fue muy activa cuidando a ese bebé. Le cambiaba los pañales, le acunaba.

Una mañana se lo llevaron al hospital porque algo no estaba bien y ya no regresó vivo.

La familia pensó que era mejor que María no lo viera. Lo hicieron creyendo que la protegían.  Además, todos estaban tan afectados que nadie pudo o supo ver lo que esta niña sentía. Cuando reclamó atención se le pidió que se encerrara en su habitación.

Allí lloró su dolor en soledad. Nadie se daba cuenta, ni  le preguntó, ni la consoló. También advirtió que no había podido despedirse de ese hermanito al que cuidó y amó. No lo había podido tocar por última vez, ni verlo siquiera. Y  su corazón todavía lo necesitaba, después de 45 años.

Hicimos EFT  con todas las emociones que surgieron hasta liberarlas y luego Reimpronta Matricial para reescribir ese pasado y poder no sólo tocar, abrazar y despedirse de su hermanito sino incluso pudo charlar con él y contarle lo importante que había sido para ella.

Esa mañana, María tomó conciencia de:

lo activo que estaba ese pasado, sin saberlo,

que esas emociones estaban atrapadas sin resolver

que cualquier situación mínimamente parecida las activaba

entendió su respuesta desproporcionada que no le permitía siquiera sentarse a hablar de posibilidades que encajaran en el sentir y necesidades de todos los demás. Su necesidad no atendida era tan intensa que no podía empatizar con nadie.

María lloró amargamente la pérdida de ese bebé mientras hicimos EFT.

Quienes conocemos esta técnica de liberación sabemos que este dolor es breve porque EFT al tiempo que abre el corazón actúa liberando las emociones.

Cuando acabó no daba crédito a lo sucedido, a lo que surgió y a lo que había bajo su reacción a un pequeño altercado actual. Algo tan antiguo y a la vez tan activo.

Transcurrieron apenas 25 minutos en esta sesión improvisada, hasta sentirse tranquila, calmada y con capacidad para dar continuidad al curso y al domingo con sus amigos.

Ciertamente no nos imaginamos lo presente que está nuestro pasado y el cambio de por vida que conlleva limpiarlo y soltarlo.

Quienes usamos EFT sí somos muy conscientes y por eso seguimos limpiandonos para caminar más libres, más presentes.

Ana Espiga, Sevilla (España)

Ana Espiga, acupuntora, facilitadora y formadora de EFT.

Visita su web: www.anaespiga.com

 

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