¿Puede una emoción paralizar el intestino? – AHEFT

AHEFT

Publicado: febrero 18, 2021

En este artículo Sergio Lizárraga describe cómo ayudó a un hombre a soltar un enojo… y desbloquear su intestino. Es interesante notar cómo enriquece la técnica de EFT con aportaciones de TFT y kinesiología aplicada.

Por Sergio Lizárraga

¡Saludos!

Quiero compartir una experiencia donde pude aplicar pruebas musculares en mí mismo, para identificar la emoción de una persona, y cómo al limpiar esa emoción, el intestino empezó a trabajar de nuevo.

Hace unas semanas, un sábado, recibí una llamada por la noche. Era una amiga de mi esposa, que me platicaba que su esposo estaba en cama desde hacía ya 4 días, debido a que estaba sufriendo de parálisis intestinal. Me llamaba porque había escuchado que yo practico EFT, y aun cuando su esposo estaba siendo medicado, no veía ningún alivio todavía. Quedé en ir a visitarlos al siguiente día.

Llegamos a casa de esta familia a media mañana del domingo, y nos hicieron pasar (a mi esposa y a mí) a la habitación del matrimonio, en donde estaba este hombre (lo llamaré Pedro) acostado. Acababa de irse una enfermera, que le había aplicado algún medicamento.

Empezamos a platicar un poco los cuatro, y él me dijo en ese momento que traía un dolor y una sensación “como una bola” al nivel del estómago y los intestinos. También me mencionó que le acababan de hacer en la tarde del sábado un ultrasonido de la zona abdominal, donde se veía claramente la obstrucción que tenía.

Hicimos unas rondas de EFT con frases como “A pesar de esta bola en mi abdomen, que me causa tanto dolor, me acepto y me amo como soy”. Además, usé el punto de la clavícula y el punto 9-gama para bajarle el dolor (Esta técnica la mencionó una asistente a un curso al que fui hace algunos años, viene de TFT, y consiste en dar tapping unas 70 veces en cada uno de esos dos puntos, el dolor se disipa inmediatamente, y te invito a que lo pruebes).

Cuando ya su dolor se había disipado, veía que todavía él se veía incómodo (pero la intuición me decía que su malestar era más emocional que físico). En ese momento, hice pruebas musculares sobre mí mismo, preguntando cuál emoción era la que él tenía atorada en ese momento. La respuesta que obtuve fue “Enojo”. Seguí probando, y la respuesta completa era “Un enojo que tengo en estos momentos, que no puedo soltar”. Recordé el caso que documentó Gisel Sotelo, acerca de un dolor de muñeca y que se refería a una emoción atorada. Y basado en ese concepto, le pregunté:

-¿Te has enojado por algo últimamente?

Sus ojos se entrecerraron, como si le hubiera dado al clavo. Luego, de manera amable, le pidió a su esposa y a la mía, si nos podían dar unos momentos a solas para platicar.

Una vez que nos quedamos solos, me dijo “No sé cómo supiste que tengo este enojo trabado en mí, pero te platicaré de qué se trata”.

Le dije que por favor, mientras me platicaba de su enojo, se fuera haciendo tapping en los diferentes puntos de EFT. Fue sacando poco a poco una situación fuerte que acababa de vivir precisamente con su esposa y una sobrina de ésta. A medida que lo iba platicando, la emoción empezó a salir a flote, hasta que llegó el momento en que él ya no podía hablar más, tenía un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.

En ese momento, empecé yo a hacer tapping sobre mí, pero dirigiendo mi intención hacia él, diciendo “Este enojo que no puedo liberar” en la primera ronda… en la segunda ronda “Elijo liberar este enojo”, “Elijo llenarme de paz y tranquilidad ahora”, “Elijo liberar esto que traigo atorado”.

Fueron dos o tres rondas así, y de pronto el respiró profundamente, y siguió haciendo tapping sobre sí mismo, repitiendo las frases “Elijo llenarme de paz ahora”, “Elijo sacar esto que tengo dentro de mí”.

Así trabajamos por unos 45 minutos. Después, él estaba muy tranquilo, con una sonrisa en la cara (en contraste con el llanto y el nudo en la garganta que tenía antes).

Me dijo que se sentía muy tranquilo y que estaba sintiendo que su intestino tenía movimiento, como si brincara un poco.

Me despedí, y salí de la habitación. Su esposa y mi esposa se encontraban afuera, platicando. Nos despedimos y nos fuimos.

A los pocos días, la amiga de mi esposa nos llamó para agradecernos por haber acudido a su llamada. Y nos mencionó que su esposo mejoró notablemente ese día y el siguiente. De hecho, le hicieron otro ultrasonido dos días después, donde se mostró que ya no había obstrucciones ni deshechos acumulados.

Es interesante ver la correlación que había con una emoción que no se suelta y su efecto sobre el cuerpo.

Además es importante el poder identificar cuál es esa emoción. Hay diferentes formas de hacerlo pero últimamente he estado probando (con muy buenos resultados) el uso de pruebas musculares.

¡Muchos saludos a todos y seguimos en contacto!

Sergio Lizárraga

Sergio@cibertrabajo.ws

http://www.libemo.com

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