Un niño de 8 años con hábitos de alimentación muy extraños encuentra un nuevo menú con EFT – AHEFT

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Publicado: febrero 26, 2021

Este excelente artículo de Rehana Webster de Nueva Zelanda combina la creatividad, la conexión y el valor que tiene hacer tapping en el cliente mientras se revela el tema. Ella dice: “Yo le pregunté a Tom si su madre había hecho tapping en él o con él y él dijo que él no quería hacerlo. Así que le pregunté si yo podía mostrarle cuán relajante era este método y antes de que él pudiera inventar una excusa, yo comencé a hacer tapping suavemente en él y vi que se relajaba inmediatamente. Yo continué haciendo tapping en él durante todo el tiempo que duró la sesión, unos 40 minutos, mientras conversábamos sobre los intrincados aspectos de la comida y las verduras y lo que él podía permitirse comer o no comer. Sin duda, él tenía algunos concepto muy complejos sobre la comida.”

Por Rehana Webster, BSc

Nota: Los nombres de las personas que figuran en este artículo fueron cambiados para preservar su privacidad.

Los comentarios o notas de Rehana figuran en caracteres normales y los comentarios de Susana figuran en letra cursiva.

SUSANA: Yo le pregunté a Rehana si ella podía tener una sesión de EFT con mi hijo Tom que tiene 8 años y siempre fue difícil para comer, lo cual lo limitaba cuando comía. Cuando era bebé, nunca aceptaba comer puré de verduras. Lo recuerdo perfectamente sintiendo náuseas ante una cucharada de crema cuando tenía alrededor de 10 meses y era la primera vez que comía algo con esa textura. (Yo sólo recuerdo que me sorprendió esa actitud y me pareció interesante). Las dificultades con la comida continuaron y tomó mucho tiempo llegar a la conclusión de que la textura de la comida era la variable que causaba la discriminación. Si la comida estaba “equivocada”, el tenía náuseas o vomitaba y esto ocurría cuando él se llevaba una pequeña porción a su boca e inclusive cuando sólo miraba esa comida.

El comía sólo una limitada variedad de verduras crudas o frutas congeladas. No comía tortas, ni salsas, ni comida aguada, ni pasta, ni arroz, ni papas, excepto cuando estaban cocidas en el horno hasta la textura correcta. También la carne y el pescado tenían que tener la textura correcta. No comía judías, ni legumbres, ni hamburguesas hechas en casa. Convertía la vida en un desafío. Al mirar la comida de textura que no fuera correcta, en la mesa del comedor, le venían náuseas y vómitos. Nosotros no podíamos comer al mismo tiempo que el resto de la familia o teníamos que poner pantallas alrededor de nuestra comida.

REHANA: Extraño Comensal.

Un niño de 8 años llamado Tom vino a la consulta con su madre porque tenía muchas manías con la comida. Su madre Susan estaba preocupada porque Tom tenía una cantidad limitada de comidas que aceptaba, a tal punto que se había convertido en un problema hacer que él cubriera todas sus necesidades nutricionales.

Susan trajo a Tom y se sentó contra una de las paredes del consultorio, para dejarme hacer la sesión completa sin interferir. Yo percibí rápidamente que Tom era un niño sumamente inteligente. Yo le pedí que me explicara de qué se trataba este problema de su manera extraña de comer.

Le pregunté a Tom si su madre había hecho tapping en él o con él y él contestó que él no quería hacerlo.

Así que le pregunté si podía mostrarle cuán relajante era y antes de que él pudiera inventar una excusa, yo le comencé a hacer tapping suavemente y vi que se relajaba inmediatamente. Continué haciendo tapping en él toda la sesión que duró unos 40 minutos, mientras hablábamos de los intrincados aspectos de la comida y de las verduras y de lo que él se permitía comer o no comer. Sin duda él tenía algunas normas complejas sobre la comida. Susan nos miraba desde el lado de la habitación. Ella me dijo más tarde que él nunca se había interesado en la técnica de tapping.

SUSANA: En realidad, nunca le mostré la técnica, pues como es tan sensible, me pareció que yo tenía que afirmarme más antes de comenzar a hacerlo en él.

REHANA: Tom me dijo que él no podía comer nada blando y tibio. Bueno, esto abarca casi todo lo que podemos pensar en nuestra dieta, excepto quizás la comida congelada. Sí, eso es todo lo que él comía. Todas las verduras tenían que estar congeladas para que él las comiera sin vomitar. Cuando le pregunté a él qué pasaba si comía algo blando y tibio, él dijo que vomitaría porque su estómago sabía que era comida blanda y tibia. Tom tenía una cantidad de normas estrictas sobre la comida.

SUSANA: Me pareció interesante que también dijo que esto comenzó cuando él comió algo y lo vomitó y así… como que lo recordaba y por lo tanto lo repetía. ¡Nunca deja de asombrarme, yo debería de haberle preguntado por qué! ¿Pero me pregunto si él recuerda cuáles fueron los incidentes?

REHANA: No había ningún incidente específico que yo pudiera hacer que Tom recordara, así que yo solamente continué haciendo tapping mientras conversábamos.

Le pregunté a Tom cómo sabía que la comida era blanda y tibia antes de que entrara en su boca. Tom dijo que las papilas sensoras de su lengua se lo decían y que las papilas sensoras a los lados de su lengua también le decían que la comida era tibia y caliente. ¡Bastante creativo! Yo me puse a jugar con lo que Tom me “daba” y le pregunté si sus papilas gustativas cometían algún error alguna vez. “No” respondió. Le dije que me gustaría hacer un experimento durante el cual él tenía que cerrar los ojos y él me hizo prometer que yo no pondría nada en su boca.

Susana tenía un plato de comida blanda y tibia pronta y esperando por el experimento. Había un trozo de palta, brócoli, torta y salsa de garbanzos en el plato. Le dije a Tom que el experimento consistía en que yo le iba a ir poniendo las cosas en su dedo una por vez y él tenía que adivinar con la ayuda de las “papilas sensoras” de su dedo de qué se trataba lo que le ponía.

Le puse cada uno de los alimentos del plato sobre su dedo y le pregunté cada vez qué pensaba él que era. Después le pedí que abriera sus ojos y le pregunté cuántas adivinanzas correctas creía que había hecho. El dijo que había hecho las cuatro adivinanzas correctamente. Le dije que las “papilas sensoras” de su dedo habían estado EQUIVOCADAS todo el tiempo. ¡Sí, todo el tiempo! Yo observaba de cerca la expresión de Tom y sin duda había confusión en su rostro. Sus ojos giraban alrededor mientas él trataba de comprender lo que esto significaba. ¿Cómo podían equivocarse sus “papilas sensoras”?

A esta altura, Tom cambió de táctica. Súbitamente comenzó a hablar de una parte de él que se conectaba de noche y otra parte que se conectaba de día y que esas partes se estaban mezclando y una de las partes quería cambiar y dijo que él había estado pensando en cómo podía suceder esto. Realmente… ¿esto de un niño de 8 años? ¡INCREIBLE!

SUSANA: Como dato complementario, después que Tom se enoja y golpea a su hermano en algunas ocasiones, él me dice que una parte de él dice: “Sí, sí, ve y hazlo, véngate”, y la otra parte dice: “No, está bien”. Yo pensé que eso estaba mostrando su inmadurez, que se estaba desarrollando lentamente, ¡pero pienso que mejor debo reconsiderar esto y ofrecerle hacer tapping cuando esto suceda!

REHANA: Así que esta era una oportunidad sin precedentes que no se debía perder. Yo le pregunté qué hacía la Parte Número Uno. El dijo que la Parte Uno podía comer papas fritas en su casa. Yo le dije que las papas fritas son suaves y tibias y él dijo que las fritas sólo deben cocinarse en aceite caliente durante 3 segundos y no más y por lo tanto eran comestibles. La Parte Dos sólo comería verduras congeladas. Yo quería introducir un contra-ejemplo para las papas fritas y sugerí poner verduras congeladas en vez de papas en el aceite caliente durante 3 segundos y no más de 3 segundos. ¿Podía la Parte Uno comerlas tal como si fueran papas fritas? Después de todo, las “papilas sensoras” de su lengua y de su estómago pensaban que las fritas eran admisibles, así que ¿por qué no verduras congeladas fritas?

Después continuamos hablando de los méritos de las dos partes de él. Mientras hablábamos, yo seguí haciendo tapping en sus puntos EFT y lo mantuve enganchado en la conversación sobre estas partes disidentes.

Esa fue una sesión intensa y antes de que termináramos le pedí a Tom si podía probar las verduras y ver si su estómago respondía. El dijo que iba a probar, pero sin duda no parecía convencido en absoluto.

SUSANA: Mi parte en esto fue que él quedó muy convencido de que esto funcionaría y realmente, realmente positivo y deseando darle una posibilidad.

REHANA: ¡Ahí está lo poco que sé sobre Tom! También le pedí que me informara a la mañana siguiente y yo puedo decirles que tenía pocas esperanzas de que esto cambiara sus hábitos de alimentación. ¡Ay de mí, persona de poca fe!

A la mañana siguiente toda la familia estaba esperando por mí. ¡Oh no, pensé… esto no funcionó, se puso peor…! Sorpresa, sorpresa… Susana tenía una sonrisa de oreja a oreja. El joven Tom tenía una tarjeta de agradecimiento que él había hecho para mí… y Susana dijo que él NUNCA hacía tarjetas para nadie. Sin embargo, la mejor noticia que realmente me hizo volar fue…

Cuando ellos se fueron después de la sesión, Tom insistió en que fueran al supermercado y compraran algunas verduras congeladas. El procedió a cocinarlas (sí, este jovencito cocina la mayor parte de sus comidas) y se comió todo. ¡Como si esto fuera poca sorpresa, a la mañana siguiente él cocinó otra cantidad de verduras para el desayuno! Sus padres no podían creer lo que veían y yo no podía creerlo tampoco. La persistencia y la creatividad juntas habían logrado tales cambios rápidos y sorprendentes en Tom.

Eso no era todo. Esa noche Tom pidió a su madre que le hiciera tapping y nuevamente la primera cosa en la mañana fue que él quería más tapping.

Yo les puedo decir que me sentí muy aliviada. ¡Sentí como si hubiera pasado uno de los mayores exámenes de mi carrera de EFT y lo pasé con honores!

Así que, como dice Gary, ¡prueben EFT en todo y sean persistentes!

Rehana Webster

Traducido por Dalila Milicúa

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