Hola a todos, todas,
Diane Nicholson de Canadá, nos brinda otra sorprendente historia de recuperación con EFT. Antes de hacer EFT, dice acerca de su cacatúa, “Tenía diarrea, no comía, estaba sumamente letárgica (cerrando con frecuencia sus ojos), y se sentaba sacudiéndose, tratando de mantener su temperatura corporal.”
Por Diane Nicholson
Comencé a practicar recientemente EFT, debido a una grave condición que estaba sufriendo, con muy buenos resultados. Ya que los animales han sido siempre una gran parte de mi vida y de mi familia, era lógico que mi interés en EFT se inclinara hacia el tapping a distancia para ellos.
Recientemente, Simón, mi cacatúa de 14 años, de repente se puso muy enfermo, por supuesto en un domingo. Al día siguiente, lo trasladé una distancia considerable a un veterinario de aves, ya que sabía que los pájaros se debilitan rápidamente.
Tenía diarrea, no comía, se encontraba extremadamente letárgico (cerrando sus ojos con frecuencia), y se sentaba sacudiéndose, tratando de mantener su temperatura corporal.
El veterinario lo examinó, no encontró nada obvio, y sugirió que el mejor camino de acción sería realizarle una batería de sangre completa y rayos-X. Quería que lo dejara ahí, en una incubadora, para darle de comer en el buche (alimentarlo forzadamente mediante un tubo directo a su buche), mientras esperábamos los resultados. Se suponía todo, desde una infección a un fallo orgánico, especialmente por ser considerado anciano.
Esta opción no sólo era excesivamente cara, sino que yo no me sentía cómoda dejándolo, sabiendo que estaría muy estresado al ser separado de su familia. Así es que llegamos a un acuerdo y me vine a casa con un antibiótico de amplio espectro y una fórmula infantil para loros.
Simón fue puesto en un cuarto pequeño el cual estaba equipado con un calentador de espacios, este permitía que el aire del ambiente permaneciera a unos cálidos 30 grados. Con todo y que me forcé a alimentarlo cada hora, estaba consciente de que no era capaz de hacerle ingerir suficiente alimento como para que mantuviera su peso, y de añadirle las onzas adicionales necesarias. Su letargo era intenso, con apenas un pío cuando lo levantaba para alimentarlo. Era claro que tenía que comenzar a comer él mismo para que pudiera sanar.
El primer día pasó solamente con mi deseo de que estuviera vivo cada vez que lo iba a ver. Cuando el martes no hubo cambio, decidí tratar con EFT. “Qué diablos,” me encogí de hombros. “No puede hacer daño.” Así que hice la preparación del procedimiento mientras hacía tapping a distancia en mi punto Karate:
Yo, Simón, me siento muy enfermo y no quiero hacer nada. De todas formas deseo ponerme bien para regresar a mi vida normal, jugando con mi perro favorito y mi amigo el periquito. Para poder hacer eso, tengo que empezar a comer. Sólo teniendo la nutrición correcta mi cuerpo será capaz de sanarse a sí mismo. Pero aunque no tengo hambre y no me siento como que quiero comer, de todas formas me amo y acepto completa y profundamente.
Hice tapping en los puntos de EFT y repetí, Yo, Simón, necesito comenzar a comer para poder sanar. Alrededor de la mitad del camino a través del tapping, me encontraba distraída mientras Simón alcanzaba y levantaba su comida. Eso sí fue impresionante.
Ya no hubo más forcejeo para alimentar a Simón. Aunque había intentado darle el antibiótico 2 veces, jadeaba y silbaba cada vez, de tal forma que me di cuenta que me estaba diciendo que no era requerido o necesario.
En 2 días su recuperación fue completa, estaba de nuevo con su amigo el periquito, y jugando con su gran compañero canino de 18 años. Ha estado completamente sano desde entonces y se encuentra tan activo como cuando joven.
No hay duda de que hay algunos que gritarán, “¡Coincidencia!”. Pero para mí, fue solamente una experiencia más con EFT, la cual sacudió mi cabeza agitada por el asombro y apreciación.
Diane
Traducido por Laty Naime, – Escribir a Laty